Se están disputando los campeonatos del mundo de ciclismo en Escocia. Los llaman supercampeonatos o algo así, y es porque cada cuatro años se aglutinan multitud de disciplinas y se celebran todas juntas en un lugar. Mientras en un año normal sólo hay las pruebas de carretera en octubre (como el año pasado en Australia), en esta ocasión se suman a las pruebas de carretera otras disciplinas como la pista, BMX... es de lo más entretenido, estuve mirando la final de mountain bike downhill el sábado, una categoría que ni sabía que existía, y me lo pasé teta.
Ayer le tocó al evento principal, el mundial masculino de ciclismo en ruta. La participación era inmejorable, se contaban varios campeones del mundo (el vigente, Evenepoel, además de Alaphilippe, Perdersen y Sagan en su último mundial) y lo mejor del deporte: van Aert, van der Poel, Pogacar, Philipsen... entre los grandes nombres el único que faltaba era Vingegaard, al que no se echó de menos ni sorprendió su ausencia.
El recorrido partía de la preciosa Edimburgo para llegar a la macarra Glasgow y ahí dar vueltas a un circuito urbano. El recorrido no gustó a muchos, incluido servidor. En un afán por sacar lo bonito de una ciudad con mucha fealdad, se priorizó lo visual frente a lo ciclista. Como resultado se diseñó un circuito con una inmensa cantidad de curvas de 90º y firmes variados, incluyendo los socavones y tapas de alcantarilla que no pueden faltar en cualquier calle británica, además de un tramo con losas que se convierte en una pista de hielo a la que llueve. Y llovió. Incluyeron dos subidas muy chulas, una en Montrose street con pendientes de hasta el 14.5%, y la otra en un parque. Lo malo es que las bajadas estaban salpicadas de esas curvas en ángulo recto, haciendo la carrera peligrosa y tediosa.
Feísimo
La carrera fue mayormente dominada por Dinamarca, que quería ver a Pedersen repitiendo como campeón del mundo. Fueron con un equipo muy fuerte y variado, desde locomotoras como Asgreen hasta escaladores como Skjelmose. Croe que fue a 134 kilómetros de meta cuando empezaron los ataques entre favoritos. Había por delante un grupo de escapados a 2-3 minutos del pelotón pero sin ciclistas lo suficientemente portentosos como para creer en sus posibilidades. Ora Van der Poel, ora Alaphilippe, ora Skjelmose, Evenepoel, Pogacar... todos trataron de romper la carrera con más de 100 kilómetros por recorrer todavía, una sucesión de ataques a tal distancia que servidor no ha visto nunca.
El fuerte ritmo junto a la exigencia del recorrido (271 kms con constantes para y arranca producto de las curvas de 90º) rompió la carrera por completo. En una toma preciosa, en la que parecía la única recta de más de 200 metros del recorrido, se veía el pelotón desintegrado en varios grupitos, unos luchando por reengancharse a los de enfrente, los de enfrente luchando por hacer lo propio e impedir ser alcanzados, una estampa épica que generalmente sólo se ve en las clásicas de primavera, especialmente cuando se forman abanicos.
La realización hizo un trabajo estupendo mostrando el lado bueno de Glasgow, además de mastodontes arquitectónicos en las afueras de la ciudad que no sé a quién resultarán atractivos, junto a reliquias de un pasado industrial e industrioso que jamás volverá.
¿Están orgullosos de esto?
Con la carrera rota, pronto empezaron a descolgarse nombres importantes, entre los primeros Sagan, seguido poco después por Alaphilippe.Cuando al fin cesaron los ataques entre favoritos, varios de los ciclistas en fuga habían sido alcanzados, quedaban unos 70 kms hasta meta y en el grupo principal ya sólo quedaban van Aert, Pogacar, van der Poel, Pedersen, Bettiol y dos miembros de la fuga inicial a punto de caer de maduros, como hizo poco antes Evenepoel, que al ver que no podía ganar pasó de lanzar ataques a sencillamente dejarse ir, en lugar de haber estado ahí para ayudar a su compatriota van Aert. Nada nuevo bajo el sol en todo caso lo de verlo como un pésimo compañero.
Otros ciclistas decepcionantes fueron Pidcock y Healy, inglés e irlandés a los que les venía bien el circuito a priori pero apenas se les vio.
Una breve tregua para avituallarse entre los favoritos fue, de un modo muy italiano, aprovechada por Bettiol para lanzar un ataque perruno que lo puse como líder durante un buen tramo de la carrera, aunque la distancia no fue nunca lo suficientemente grande como para pensar en la victoria del italiano. Lo alcanzaron y superaron como un tren a 23 kms de meta en Montrose street y ahí fue cuando van der Poel lanzó su ataque. Fue brutal y nadie pudo seguirlo. Creía que era demasiada distancia y que entre Pogacar, Pedersen y van Aert bien podrían relevarse hasta atraparlo, pero el holandés estuvo "tremendo" como repitieron entre 70 y 90 veces los pésimos locutores de RTVE. No eran los dos habituales pero eran igual de malos. Vi el GP de San Sebastián en Eurosport y el tío que lo retransmitía era muy bueno, no sé su nombre (no era el subnormal del Ares) pero podrían pensar en ficharlo para la telepatria.
En fin, que estuvo tremendo. Tanto por potencia como por técnica trazando las curvas, donde se le veía mucho más veloz que sus perseguidores. Y claro, en un circuito con tanta curva, eso marca diferencias. Tan rápido fue en una curva que se fue al suelo pero tuvo la suerte de que apenas hombre y bici sufrieron daño alguno más allá de rasguños y un zapato roto. Creía que los perseguidores lo alcanzarían en ese momento pero su ventaja era ya demasiado grande y apenas pudieron volver a tenerlo a vista a la distancia para enseguida volver a perderlo de vista, el holandés volando hacia un campeonato del mundo que merece y engrandece.
Tocado pero para nada hundido
Completan el podio van Aert y Pogacar, un podio extraordinario y que sólo recuerdo comparación a nivel de calidad y palmarés en aquél en un país petrolero que no me molesto en recordar en el que coparon las primeras tres posiciones Sagan, Boonen y Cavendish.
Otro dato interesante es que primero y segundo fueron también primero y segundo en enero en el mundial de ciclocross, algo que hasta la irrupción de estos dos gigantes del ciclismo habíamos creído imposible. Tanto dar la turra con eso de que alguien que es bueno en ciclocross no puede serlo en ruta, porque los esfuerzos son distintos, la distancia muchísimo más larga en carretera... y aquí están estos dos demostrando cuán equivocados están muchos, entre ellos Sergio de ciclismo2005.
Ha sido una gran carrera con un gran vencedor, los comentaristas decían que era de los mejores de la historia y no estoy de acuerdo, sí que hubo muchos ataques pero la mayoría fogonazos sin consecuencia más allá que endurecer la carrera y soltar a compañeros y rivales menos fuertes. El recorrido influyó mucho en el resultado de la carrera, tanto el vencedor como el desarrollo de la misma y el número de ciclistas que la completaron: sólo 51 de los 180 o así que empezaron lograron terminar. Me gustó más el mundial de Flandes por ejemplo pero sí que ha sido una muy bonita carrera.