M. Corleone escribió: ↑16 Feb 2024 11:41
Hola, @Chino. Resulta que mi hijo mayor quiere estudiar física. ¿Qué le dirías a un jovencito de 16 años que quiere estudiar física? ¿Le animarías a ir por ese camino (que es lo que estoy haciendo yo, me maravilla que tenga una vocación, que yo no tuve) o le orientarías hacia otra carrera?
Pues tampoco te voy a descubrir América si te digo que el futuro laboral de los físicos en nuestro país suele ser, o bien el docente o bien la consultoría informática (mi caso).
Desconozco cómo andan los planes de estudio actualmente, pero cuando yo estudié, aparte de las típicas especialidades enfocadas claramente al doctorado y a chupar tiza en la Uni toda tu vida como eran Física Teórica, Meteorología y similares, había un par de opciones como eran Física de Materiales o electrónica (que fue lo que hice yo), que sí que tenían bastante salida, sobre todo en el campo de la industria.
El problema es que esas especialidades, generalmente, compiten con otros titulados como Ingenieros Industriales, Telecos, etc... que tienen mucha mejor prensa, ya que los físicos suelen tender a dar más peso a asignaturas teóricas y mucho menos prácticas que las ingenierías.
A ver, esto es como todo. Yo entré en la carrera rebotado, y te puedo decir que los primeros 3 cursos (5 años tardé en aprobarlos) fueron la peor época de mi vida. Sufrí como un auténtico hijo de puta, no me enteraba de nada, y terminaba aprobando después de meterle horas y horas de sufrimiento y congoja. En mi caso era todo lo contrario a la vocación, hasta que entré en especialidad y con la electrónica me saqué 4º y 5º a curso por año y con buenas notas.
Si el chaval tiene vocación, le gusta (y sobre todo le gustan las matemáticas, porque se va a comer unos tochos impresionantes, sobre todo los primeros años), pues yo le animaría, dejándole bien claro el futuro profesional que le espera. O bien de profesor, o bien especializarse en algo mucho más orientado a la industria o a la informática, y terminar en un Accenture de turno.
Lamento no ser portador de grandes esperanzas en este aspecto.