F1 Sepang: Renault
Publicado: 21 Mar 2006 15:08
La Formula 1 jamás deja de sorprender. Siendo como es el deporte más tecnológico, en el que más cálculos se emplean, en el que más cerca se está de la perfecta realización, cuesta creer que luego pasen cosas como lo que le sucedió a Alonso en los oficiales. ¿Cómo nadie en el equipo Renault se dio cuenta de que Alonso estaba repostando más de lo indicado? ¿Cómo no se dio cuenta su ingeniero de pista? ¿Cómo no se dio cuenta el mecánico que le puso la gasolina? ¿Cómo no se dio cuenta el mismo Alonso? Yo personalmente no me lo explico.
Pero bueno, el caso es que Alonso se vio en unas circunstancias que no eran las deseadas (por él, desde luego sí deseadas por Fisichella) pero tampoco eran catastróficas ni mucho menos: partir desde cuarta fila con la carga de combustible más alta de la parrilla no está tan mal, siempre y cuando hagas una serie de cosas bien:
En primer lugar, debes tener en cuenta que, yendo mucho más cargado que los demás, adelantar te va a ser imposible. De modo que debes hacer una salida estupenda para ponerte lo más arriba posible y no quedarte atorado detrás de algún coche lento pero imposible de adelantar (véase el Trulli de 2005). Ya sé qué estás pensando: ¿Y cómo coño hago una buena salida yendo hasta los topes de combustible, con un coche quizá cincuenta kilos más pesado que el resto? Jeje, bueno, eso es cosa tuya.
Así de difícil. Y así de fácil lo hizo Alonso: engulló a Montoya como quien no quiere la cosa y luego cogió el exterior de un modo formidable para pasar a los dos Williams que, dicho sea de paso, estaban mucho más preocupados en ver qué hacía su compañero de escudería que en ver qué hacía el resto. Intuyo tirón de orejas postcarrera de Frank Williams.
Luego debes tener mucho cuidado con los neumáticos. Vas a tener que correr durante media carrera con ellos, de modo que más te vale no clavar frenos (hecho) y adaptarte a unas cubiertas cada vez más desgastadas, resbaladizas y traicioneras (hecho).
Alonso conservó los neumáticos mientras Webber lo presionaba, cerrando los huecos sabiamente, administrando sus gomas y esperando pacientemente a que todos fueran parando en boxes para ponerse líder momentáneamente.
Y esto nos lleva al siguiente punto: debes administrar sabiamente tus paradas en el pit, haciendo que jueguen a tu favor.
De nuevo, lo clavó. Salió de su primer pitstop dos segundos por delante de Button. Luego, en lugar de jugárselo todo a una sola parada, eligió hacer dos. Prudente elección, conservadora (en su línea), pero prácticamente necesaria teniendo en cuenta que las nubes amenazaban lluvia y en alguna parte del circuito incluso goteó.
Debes mantener en todo momento la calma y no precipitarte: puede resultar frustrante verte con un coche más cargado que el de los demás, pero no fuerces la máquina: los demás coches ya irán parando mientras tú tendrás combustible para seguir cuando todos hayan parado. No quieras adelantarlos. No quieras recuperar segundos si no puedes. No vayas a pecar de ambicioso y lo mandes todo al garete.
Sin problemas. En las últimas vueltas, quizá podría haber pisado más para intentar sobrepasar a Fisico. Pero nada de eso; bajó el motor de revoluciones para no exprimirlo y arriesgarse a un fallo mecánico de última hora, sin duda siguiendo órdenes del muro de boxes, pero acatándolas sin rechistar. Sólo volvió a ponerlo a tope cuando vio que Button se acercaba un poco por detrás: una vuelta a tope en la que sacó medio segundo al inglés. El mensaje quedó claro. Button no volvió a intentar alcanzar a Alonso y también bajó las revoluciones de su motor Honda.
Alonso es uno de esos pilotos que saben cuándo es el momento para atacar y cuándo se debe conservar. Ganó el campeonato el año pasado precisamente gracias a este don y, por supuesto, ha tomado buena nota para 2006. Será un cabrón engreído, pero es un pilotazo. Como Shumi, como Senna, como tantos otros, salvando las distancias.
Fisichella tuvo uno de esos días en los que parece un campeón del mundo potencial. De vez en cuando sucede: Giancarlo lo hace todo bien, de cabo a rabo, de modo incontestable, con sangre fría y calidad sobrada. Como en Melbourne el año pasado. Luego vienen dos carreras en las que no termina por alguna gilipollez y vuelve a ser él mismo. Quiera dios que no, que por fin Fisico encuentre la fortuna y no la suelte, que tiene calidad como para merecer mucho más de lo que sus números demuestran. Sin embargo, yo no apostaría por ello.
Y bueno, el primer doblete de Renault desde aquél en 1982, en Francia, con dos protagonistas también franceses: Arnoux y Prost. Bonita dedicatoria de Giancarlo a su amigo Pietro, recientemente difunto, como colofón y firma final de un GP excesivamente táctico y repleto de abandonos. Yo personalmente esperaba más de Sepang, más que nada por el inicio espectacular en Bahrein.
Gran inicio de Alonso, que acumula 18 de 20 puntos posibles. Pero que nadie (de los que quieran que gane Alonso de nuevo el campeonato, entre los que no me incluyo) cante victoria y menos aún que canten gilipolleces como la que he leído hoy en el 20 minutos. En una columna en la que ponen notas a distintos deportistas, le ponían un diez a Alonso (que no a Fisichella) y un cero a Raikkonen (que no a Klien, que fue quien lo echó de pista), con este texto acompañándolo: "El piloto finlandés volvió a demostrar ayer el escaso acierto de quienes le bautizaron como el hombre de hielo. Mandó su McLaren contra la valla en la primera vuelta. Dirá que le tocaron o que fue mala suerte, pero a Fernando Alonso eso no le pasa. ¿Quién es el hombre de hielo?". Estupidez ciclópea la de este columnista de mierda, rebasando incluso las soplapolleces soltadas cada domingo en telecinco, algo que ciertamente parecía difícil. Yo por mi parte he escrito ya a 20 minutos pidiendo la cabeza del responsable.
Pues para mí, lo mejor del gran premio fue el plano desde la cámara subjetiva de Kimi en el que se notaba primero cómo le daban por detrás y luego cómo hacía una serie de contravolantes preciosos, geniales, para intentar mantener el coche en pista. Si no lo consiguió fue porque era imposible. De haberse podido, lo hubiera hecho. Grandes, inmensos esos últimos metros de Raikkonen. Como para que luego un chovinista mongólico le ponga un cero.
Pero bueno, el caso es que Alonso se vio en unas circunstancias que no eran las deseadas (por él, desde luego sí deseadas por Fisichella) pero tampoco eran catastróficas ni mucho menos: partir desde cuarta fila con la carga de combustible más alta de la parrilla no está tan mal, siempre y cuando hagas una serie de cosas bien:
En primer lugar, debes tener en cuenta que, yendo mucho más cargado que los demás, adelantar te va a ser imposible. De modo que debes hacer una salida estupenda para ponerte lo más arriba posible y no quedarte atorado detrás de algún coche lento pero imposible de adelantar (véase el Trulli de 2005). Ya sé qué estás pensando: ¿Y cómo coño hago una buena salida yendo hasta los topes de combustible, con un coche quizá cincuenta kilos más pesado que el resto? Jeje, bueno, eso es cosa tuya.
Así de difícil. Y así de fácil lo hizo Alonso: engulló a Montoya como quien no quiere la cosa y luego cogió el exterior de un modo formidable para pasar a los dos Williams que, dicho sea de paso, estaban mucho más preocupados en ver qué hacía su compañero de escudería que en ver qué hacía el resto. Intuyo tirón de orejas postcarrera de Frank Williams.
Luego debes tener mucho cuidado con los neumáticos. Vas a tener que correr durante media carrera con ellos, de modo que más te vale no clavar frenos (hecho) y adaptarte a unas cubiertas cada vez más desgastadas, resbaladizas y traicioneras (hecho).
Alonso conservó los neumáticos mientras Webber lo presionaba, cerrando los huecos sabiamente, administrando sus gomas y esperando pacientemente a que todos fueran parando en boxes para ponerse líder momentáneamente.
Y esto nos lleva al siguiente punto: debes administrar sabiamente tus paradas en el pit, haciendo que jueguen a tu favor.
De nuevo, lo clavó. Salió de su primer pitstop dos segundos por delante de Button. Luego, en lugar de jugárselo todo a una sola parada, eligió hacer dos. Prudente elección, conservadora (en su línea), pero prácticamente necesaria teniendo en cuenta que las nubes amenazaban lluvia y en alguna parte del circuito incluso goteó.
Debes mantener en todo momento la calma y no precipitarte: puede resultar frustrante verte con un coche más cargado que el de los demás, pero no fuerces la máquina: los demás coches ya irán parando mientras tú tendrás combustible para seguir cuando todos hayan parado. No quieras adelantarlos. No quieras recuperar segundos si no puedes. No vayas a pecar de ambicioso y lo mandes todo al garete.
Sin problemas. En las últimas vueltas, quizá podría haber pisado más para intentar sobrepasar a Fisico. Pero nada de eso; bajó el motor de revoluciones para no exprimirlo y arriesgarse a un fallo mecánico de última hora, sin duda siguiendo órdenes del muro de boxes, pero acatándolas sin rechistar. Sólo volvió a ponerlo a tope cuando vio que Button se acercaba un poco por detrás: una vuelta a tope en la que sacó medio segundo al inglés. El mensaje quedó claro. Button no volvió a intentar alcanzar a Alonso y también bajó las revoluciones de su motor Honda.
Alonso es uno de esos pilotos que saben cuándo es el momento para atacar y cuándo se debe conservar. Ganó el campeonato el año pasado precisamente gracias a este don y, por supuesto, ha tomado buena nota para 2006. Será un cabrón engreído, pero es un pilotazo. Como Shumi, como Senna, como tantos otros, salvando las distancias.
Fisichella tuvo uno de esos días en los que parece un campeón del mundo potencial. De vez en cuando sucede: Giancarlo lo hace todo bien, de cabo a rabo, de modo incontestable, con sangre fría y calidad sobrada. Como en Melbourne el año pasado. Luego vienen dos carreras en las que no termina por alguna gilipollez y vuelve a ser él mismo. Quiera dios que no, que por fin Fisico encuentre la fortuna y no la suelte, que tiene calidad como para merecer mucho más de lo que sus números demuestran. Sin embargo, yo no apostaría por ello.
Y bueno, el primer doblete de Renault desde aquél en 1982, en Francia, con dos protagonistas también franceses: Arnoux y Prost. Bonita dedicatoria de Giancarlo a su amigo Pietro, recientemente difunto, como colofón y firma final de un GP excesivamente táctico y repleto de abandonos. Yo personalmente esperaba más de Sepang, más que nada por el inicio espectacular en Bahrein.
Gran inicio de Alonso, que acumula 18 de 20 puntos posibles. Pero que nadie (de los que quieran que gane Alonso de nuevo el campeonato, entre los que no me incluyo) cante victoria y menos aún que canten gilipolleces como la que he leído hoy en el 20 minutos. En una columna en la que ponen notas a distintos deportistas, le ponían un diez a Alonso (que no a Fisichella) y un cero a Raikkonen (que no a Klien, que fue quien lo echó de pista), con este texto acompañándolo: "El piloto finlandés volvió a demostrar ayer el escaso acierto de quienes le bautizaron como el hombre de hielo. Mandó su McLaren contra la valla en la primera vuelta. Dirá que le tocaron o que fue mala suerte, pero a Fernando Alonso eso no le pasa. ¿Quién es el hombre de hielo?". Estupidez ciclópea la de este columnista de mierda, rebasando incluso las soplapolleces soltadas cada domingo en telecinco, algo que ciertamente parecía difícil. Yo por mi parte he escrito ya a 20 minutos pidiendo la cabeza del responsable.
Pues para mí, lo mejor del gran premio fue el plano desde la cámara subjetiva de Kimi en el que se notaba primero cómo le daban por detrás y luego cómo hacía una serie de contravolantes preciosos, geniales, para intentar mantener el coche en pista. Si no lo consiguió fue porque era imposible. De haberse podido, lo hubiera hecho. Grandes, inmensos esos últimos metros de Raikkonen. Como para que luego un chovinista mongólico le ponga un cero.