Apagón: Final

La editorial asocial, desde la mas inmunda basura hasta pequeñas joyas... (En obras)
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mayhem
Ulema
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Apagón: Final

Mensaje por mayhem »

Jürgen Zimmermann - Permite que me presente, Thomen. Soy Jürgen Zimmermann. De modo que tú debes ser el insurrecto.
Thomen - Si así es como quieres llamarme.
Jürgen Zimmermann - Así es como debo llamarte, ni más ni menos. Verás, es que no termino de entender tu ansia por detener el avance de la tecnología.
Thomen - Pues deberías; a fin de cuentas se entiende tan bien como tu ansia por extenderla de nuevo. Tengo tantos motivos para desear que siga dormida como tú por despertarla.
Jürgen Zimmermann - Vaya, vaya…. Y, según tú, ¿cuáles son mis motivos para ello?
Thomen - Volver a tener todo y todos bajo control, volver a hacer del mundo tu hormiguero y, de las personas, hormigas a tu servicio… ¡qué cojones! Lo que siempre habéis querido los de vuestra calaña: el provecho propio a través de la explotación de las demás personas.
Jürgen Zimmermann - Eso es ser muy injusto; tú mismo has podido ver el hambre que siguió al apagón, el caos, el descontrol, la ola de crímenes…
Thomen - La ola de crímenes fue consecuencia de la represión a que tuvisteis sometida a la gente mientras mandasteis.
Jürgen Zimmermann - ¡Vaya! Bonita justificación, sí señor.
Thomen - Quizá deba recordarte que la ola de crímenes se quedó en eso, en una oleada. Luego la criminalidad pasó a ser como mucho tan alta como antes del apagón.
Jürgen Zimmermann - Permíteme que lo dude, pero dejemos este punto por ahora. Después de todo, no disponemos de datos fiables al respecto, otra de las pegas de no contar con la tecnología. Dime, ¿y qué me dices del hambre que siguió al apagón? ¿Fue también nuestra culpa?
Thomen - Hicisteis de las personas lo que más os convino. Creasteis a individuos que, con el material adecuado, eran capaces de extraer una cadena de ADN de una célula, pero que no sabían plantar una patata, ordeñar una vaca o podar una parra. Éramos los sabios más ignorantes que jamás hayan existido, fuimos al mismo tiempo la cúspide de la evolución y su nivel más degradado. Por cojones que la gente moría de hambre, ¡ni siquiera sabían dónde empezar a buscar comida! La gente buscaba setas en campos yermos, se metían en bosques de pinos a ver si daban con algún naranjo por azar… en otras condiciones hubiera sido motivo de mofa, pero cuando esa gente estaba muriendo de hambre era, como mucho, desolador.
Jürgen Zimmermann - Ahora dirás que su ignorancia fue también culpa nuestra.
Thomen - ¡Ja! Sé dónde quieres llegar. Sí, teníamos la cultura a nuestro alcance, por supuesto. Teníamos montañas de libros, había tantos libros que no sabía uno por dónde empezar, de modo que o no empezaba o bien lo hacía por lo que le quedara más a mano:
Los pilares de la tierra, El capitán Alatriste, Stephen King, Corín Tellado… ¿de qué nos servían?
Jürgen Zimmermann - Era lo que queríais leer.
Thomen - Era lo que queríais que leyéramos. Siempre os interesó tenernos entretenidos, jamás formarnos como personas. No me vengas ahora con eso.
Jürgen Zimmermann - Vosotros escogisteis el entretenimiento en detrimento de la cultura. Nadie os impuso nada en ese sentido.
Thomen - No lo impusisteis en el sentido más estricto de la palabra, por supuesto. Hay modos mucho más subliminales de imponer; anunciando esos libros y no otros por la calle, exponiéndolos en los lugares más vistosos de las librerías. Dejémonos de rodeos: el ser humano es borrego por naturaleza; supongo que es una de las consecuencias de ser un animal social.
Jürgen Zimmermann - Eso ya sí que no fue nuestra culpa. Si escogisteis el libro que leía el vecino en lugar de otro más edificante, fue bajo vuestra responsabilidad. Nosotros siempre os dimos la opción.
Thomen - De todos modos, ya nadie leía. Preferían películas para descerebrados, espectáculos deportivos, programas de televisión insultantes… y eso sí que dependía de vosotros.
Jürgen Zimmermann - No creas. La televisión se movía por intereses económicos. Si la gente quería mierda, se le daba una montaña de ella. Y así se conseguía más audiencia. No hay vuelta de hoja.
Thomen - De acuerdo, los intereses económicos explican el modus operandi de las televisiones privadas. ¿Y las televisiones públicas? Siempre fueron lo mismo que las otras.
Jürgen Zimmermann - A mí no me hubiera importado en absoluto que en ellas se emitieran, pongamos por caso, debates filosóficos. Pero en tal caso nadie hubiera mirado las televisiones públicas. Hubiera sido un sinsentido ridículo mantener una televisión pública que nadie mira. No hace falta ser un iluminado para saber que ya no es que al gobierno le interese dar pan y circo al pueblo para tenerlo satisfecho y sumiso; es que el pueblo lo exige y, no sólo eso, si no que exige unas determinadas formas de pan y circo: comida basura, Hollywood… vosotros los hicisteis ricos, no nosotros.
Thomen - ¿También exigían ese tipo de circo los africanos cuyos hábitats invadisteis para luego explotarlos?
Jürgen Zimmermann - Por supuesto que no. ¿Pero te has parado a pensar que quizá fuera porque no lo conocían aún? Luego sí lo exigieron.
Thomen - Creo que más bien lo que pedían era pan, que, por cierto, no les faltó hasta que llegó el hombre europeo.
Jürgen Zimmermann - Vamos, despierta. La mayor parte del problema del hambre actual en África se debe a una pésima gestión por parte de sus propios gobiernos. Tampoco les sobraba comida antes, de todos modos. Aunque quizá deba recordarte que precisamente en el siglo XIX, en la misma época que nombras en la que el hombre europeo apareció en África para colonizarla, aquí en Europa sí se pasaba hambre. Y hasta no hace cosa de medio siglo así siguió siendo. Pero desde la aparición de la tecnología las cosas mejoraron. Eso es innegable. Europa antes del apagón era prácticamente un edén, y el que se quejaba lo hacía por desidia o por ignorancia. La misma situación se daba en Norteamérica. Asia y Oceanía estaban ya levantando cabeza. Lo que está claro es que no se pueden arreglar los problemas de cinco continentes en cuestión de un siglo. Fuimos parte por parte, por orden de prioridades.
Thomen - ¿Y la impagable deuda económica de los países tercermundistas para con el primer mundo? ¿Formaba parte de la mejora de África? ¿Qué me dices de la explotación infantil por parte de corporaciones primer mundistas?
Jürgen Zimmermann - Eso son minucias, demagogia para paletos. Hace un siglo la explotación infantil se daba en el Reino Unido, que era por aquel entonces el más grande imperio del planeta. Una especie de Pakistán pero cambiando hindúes por blancos. Así era el país más rico del mundo, ¡imagínate! ¿Te das cuenta de la mejora que experimentó el mundo entero desde entonces? ¿Te das cuenta de lo que la tecnología hizo por el hombre? ¡Déjate de historietas para hippies hijos de papá! Que empezara la industrialización en el tercer mundo, aunque sea a costa del sudor de los niños, era indicio de su progreso y su camino hacia algo mejor. Y por lo que respecta a la deuda económica… también Alemania y Japón debían cantidades insanas de dinero tras las guerras mundiales y ahora son dos de los países donde más alto nivel de vida hay. Sabes tan bien como yo que la mejora del nivel de vida en los países más avanzados tecnológicamente fue innegable. ¿Y tú quieres poner freno a la tecnología?
Thomen - No estoy en contra de su uso, si no de su abuso. Creo que en tu descripción de un mundo mejor te has olvidado de las aberraciones a las que ha llevado la tecnología. Ya que has nombrado las guerras… ¿le hizo la tecnología un favor a la población de Hiroshima?
Jürgen Zimmermann - Guerras las ha habido siempre y muertos inocentes también. La tecnología pudo haberlo hecho todo más espectacular, pero los resultados son los mismos.
Thomen - ¡Ja! ¿Que murieran veinte mil personas en un pestañeo es sólo un añadido de espectacularidad?
Jürgen Zimmermann - No dramatices, aquello no fue tan grave. ¡Jaja! ¡No pongas esa cara, hombre! Fue grave, desde luego, y fue un error tirar las bombas. Lo que pretendo decirte es que se magnificó y que lo que debe suceder, sucede. Sí que en el siglo XX murió mucha gente producto de las diversas guerras que…
Thomen - Más de cien millones de muertos.
Jürgen Zimmermann – Lo sé, lo sé. Unos ciento veinte en todas las guerras alrededor del globo en el siglo XX, si no recuerdo mal. Pero, ¿sabes?, los españoles y los portugueses que colonizaron América mataron más de ciento cincuenta millones de indígenas sin la ayuda de una simple granada de mano, no hablemos ya de bombas atómicas. El ser humano es cruel y asesino por naturaleza, no culpes de ello a la tecnología. Ella agiliza las cosas y, desde luego, también en lo que a matar se refiere. Hiroshima no debe horrorizarnos por el poder de la tecnología; debe hacerlo sólo por la crueldad del hombre.
Thomen - Pues a mí me horrorizan ambas cosas, qué quieres que te diga. Es el pensar que alguien apretando un botón puede matar millones de personas lo que me aterra. Pensar que alguien puede coger un hacha y matar a cuatro personas me parece más… digerible.
Jürgen Zimmermann - De no haber podido tirar bomba alguna, ten por seguro que hubieran mandado soldados a hacer más o menos la misma masacre. Y sin duda lo hubiera hecho con más crueldad que una bomba atómica; puede que la radiación dejara secuelas, pero como mínimo equiparables a las humillaciones, violaciones y demás barbaries cometidas en guerras cuerpo a cuerpo. La guerra nunca cambia, siempre ha sido y seguirá siendo igual, sin importar los métodos.
Thomen - ¿Crees de verdad que las armas han contribuido a aumentar la seguridad?
Jürgen Zimmermann - Eso es algo acerca de lo que no estoy seguro. Puede que sí, puede que no. Lo que sí es cierto es que han ayudado a establecer el orden en incontables ocasiones. Pero, de modo complementario, las cámaras de seguridad, micrófonos y otros modos de vigilancia electrónica sí han conseguido aumentar la seguridad.
Thomen - Sí, claro, a costa de la libertad de las personas.
Jürgen Zimmermann - ¡Libertad! Una palabra grande, sin duda, pero hueca: ¿qué es para ti la libertad?
Thomen - Para empezar no sentirme observado.
Jürgen Zimmermann - Las personas siempre han querido ser observadas. En un principio, se inventaron a Dios y los demás dioses: seres omnipresentes y omnipotentes que los observaban constantemente. A medida que los avances científicos han ido restando credibilidad a la tesis de un dios todopoderoso, la evolución lógica ha sido suplirlo por la tecnología. Puede que alguna ensoñación romántica, tal como la sobrevaloración de la libertad (muy posiblemente fruto de una idea confusa de la libertad), te haga pensar que las cámaras son un estorbo. Pero, de nuevo, le dimos al pueblo lo que él nos pidió. Y efectivamente la criminalidad disminuyó en las zonas donde pusimos cámaras. De este modo, no sólo aumentó la sensación de seguridad, si no la seguridad en sí misma. Ni cien padrenuestros hubieran conseguido algo así. Dios fue sólo una idea de buen gobierno. La tecnología será en efecto un buen gobierno. Y tú y los tuyos ya nada podéis hacer para detenerlo, afortunadamente.
Thomen - ¿Qué quieres decir?
Jürgen Zimmermann - En Berlín se ha conseguido crear de nuevo electricidad. Es cuestión de tiempo que todo vuelva a su sitio. Las fábricas de armas volverán a funcionar y con ella volverán los cuerpos de seguridad. Luego terminará esta horrible anarquía y por fin la humanidad seguirá su curso. Por supuesto tú no verás nada de eso. Tu ejército de indeseables nos ha supuesto un problema intolerable durante los últimos años y algo así merece ser arrancado de raíz. Calculo que para esta hora la mayoría de tus compañeros habrán ya muerto ejecutados. A ti te hemos reservado para el final. Allá fuera el pueblo clama por tu sangre y, bueno, ya sabes… al pueblo hay que darle lo que pide, ¿no crees?



Por alusiones, he aquí el final del Apagón. En un principio quería haberlo hecho mucho más largo, pero empecé y la cosa no me gustó, quizá porque lo único que tenía claro era el final. De modo que he escrito sólo el final y que cada uno rellene en su cabeza el espacio intermedio entre las historias primeras (las que escribimos un poco entre todos) y esto. Yo lo siento pero es que no tenía nada interesante con lo que rellenarlo.

Venga.
Dolordebarriga escribió: 18 Jun 2024 17:36he aclarado mil veces que fue por metérsela por el culo a pelo a una amiga durante la noche/madrugada de fin de año

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Palahniuk
Ulema
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Mensaje por Palahniuk »

Hombre, Jaymen, tu por aqui.
Creiamos que habias muerto, y tal...
This is not an exit

Alvarito
Imán
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Registrado: 23 Oct 2004 16:43

Mensaje por Alvarito »

Es un remake de todas las historias post apocalípticas (ahora sólo se me ocurren éxitos de taquilla made in USA) y de los clásicos ensayos sobre el totalitarismo (un Mundo Feliz, Farenheit 481, 1984...)

¿Algo nuevo que contar? Vale, esas cosas te preocupan, pero no pretendas hacerlas pasar por literatura si no cuentas nada, o si lo que cuentas no transmite.

He leído la letra en cursiva antes de leer el resto, me esperaba algo más.
[...] se vio tragado por la boca de una decadencia larga y serpenteante, de la que no volvería a salir hasta que, al final mismo de sus días, se enamoró por fin de su mujer.

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