pH, más que hamor, frensi.

Por privado y en scan, please...

Vaya bosta de microrrelato te ha quedado. Aun así...

Con la mitad de carisma, y de volumen mamario, que la de la foto podrías hacer tuyos al 98% de los hombres de este foro.

Para mi aún no te da...

Y al 98% de la humanidad. Pero mi corazón pertenece al rudo quiosquero de la plaza Cibeles y ése, oh dolor, aún no cede a mis encantos.

Y con razón.

Tu sex appeal brilla por su ausencia (dicho desde el cariño) pásame algunas fotos mas y vemos como podrías lucir tus encantos para seducirle...

¡Ya estamos!, otro forero que pretende saber más de ligar maromos que una servidora. Sois todos unos maricones, lo cual no quita que a lo mejor tengas razón. Veamos: si llevo las tetas fuera, pirchings, un collar de sumisa y un sombrero de cowgirl, ¿¿qué más se necesita para ligarse a un triste quiosquero??

Pues así a botepronto y sin pensar mucho te diría que un pantalón que te deje las nalgas al aire para poder recibir buenos azotes cuando te los hayas ganado (recuerda que los azotes son una recompensa y no un castigo).

Eso y la capacidad de levantar 4 barriles de cerveza con cada mano y llevarlos a casa sin esfuerzo ninguno.

Lo de saber de fútbol lo dejo por imposible...

Resucito una mañana más rodeada de las pruebas del delito. El olor de mi cómplice y manchas sospechosas en la ropa. Una primera inspección forense revela unas señales moradas.
La reconstrucción de los hechos me hace esbozar una sonrisa que intenta convertirse en carcajada ante la oposición del martillo que golpea mi cabeza.


Lo que hice anoche no lo vuelvo a hacer. Bueno esta noche, la última vez…

Cuánto requiebro para decir que has echado la papa.

No se sabe bien cómo pero apareció en pelotas, cagándose y en mitad de un descampado. A lo lejos vio un montículo que le pareció un termitero, pero que en realidad era un hito de los que colocan los lugareños para separar fincas. Jiñóse agachado tras la piedra, de arenisca, con la cual procedería a arrancar un trozo con su afilada navaja Bueno para la posterior limpieza de su OGT. Y sin embargo, dio un respingo tras sentir un pinchazo en el capullo: Le había picado una bicha en el nardo. Del susto corrió y corrió hasta que se cayó de boca contra un tronco de chaparro seco. se arrodeó y se quedó durmiendo con los morros llenos de cortezas negras. Al despertar, quién sabe cuánto tiempo más tarde, se incorporó sobre su cintura y, para su sorpresa, un colibrí de color verde con las pestañas rizadas y ojos de muñequita manga le miraba fijamente mientras le libaba el veneno de la polla con su delgado pico aleteando como una hermosa criatura cernida sobre su monte de Venus.

Al rato, estaba salvado.

¡Gracias, colibrí extraviado! Exclamó mientras miraba al sielo asul antes de caérsele encima un trosaco de basura espacial incandescente.