Lo peor de todo es que tú te estás imaginando un stendhalazo en una iglesia románica preciosa, con un coro increíble y unas vidrieras de belleza sobrecogedora, pero todo esto sucedió en una iglesia feísima de barrio obrero de Bilbao, en un día lluvioso de mierda, con un cura medio gagá, y en una mierda de funeral.Polina escribió: ↑23 Ene 2023 11:20 Corle, en breve votarás a Ciudadanos, es el devenir lógico de la vida.
No, fuera de coñas y siendo yo atea férrea también, te diré que el asombro ante la belleza y el disfrute de ésta no creo que deba estar reñido con las creencias o la falta de ellas.
Yo me recreo muchísimo y si pudiera ponerme palote también me pasaría, cuando se escucha la Carta de San Pablo a los Corintios, cuando estudiaba iconografia cristiana (una de mis asignaturas preferidas) o cuando escucho el Requiem de Mozart y el embeleso va más allá de lo maravilloso de la música porque el fervor contenido resulta igualmente emocionante.
Por qué no empatizar y disfrutar de las emociones más profundas aunque nos sean ajenas?
Se me ocurre también lo fascinante que es la iconografia nazi, lo que no quita el horror de su significado, pero cómo no flipar ante esa estética?
Déjate llevar sin cuestionar siempre que haya un resquicio de placer estético.
Y digo "una mierda de funeral" porque (y esta es otra de las cosas que quería comentar, pero no quería abusar en cuanto a extensión) el puto funeral era DOBLE (que ya he visto varios). Se mueren dos personas de una misma parroquia, que no se conocen entre sí, y se hace el funeral el mismo día. Y se crean notables diferencias: en una familia sale alguien a hablar (una nieta que nos puso el corazón en la garganta con una intervención PERFECTA que era puro amor a la abuela, muy bien escrita) y en la otra familia (la de mi amiga) no sale nadie a hablar. El cura habla de una con mucho detalle, y del otro muerto dice cuatro cosas genéricas ("amigo de sus amigos"). Y yo no podía parar de pensar que si llega a ser el funeral de mi padre (funeral que no hicimos, y este tema da para otro cuent you sobre la importancia de los ritos de paso) me habría tocado las pelotas que fuera de dos personas a la vez. Es tu puto día, se te ha muerto el padre, qué menos hablar solo de él, y no de Mari Carmen, la otra de la parroquia que la palmó el mismo día.
En fin, son muy raros estos católicos, dos en uno.
Pero vamos, a lo que iba: que mi sensación de confort en la iglesia probablemente vino más de que llegué echando el puto bofe a la iglesia, estresado, y una vez que ya me senté me tomé esos 50 minutos de chapa curil como "mi momento de jacuzzi".