Con toda la solana de la tarde
Publicado: 05 Jun 2007 22:14
Después de ver el tenis, esperando a una personilla (imaginaria) que como siempre se retrasa, en una calle de esas con toda la solana. Atendiendo al principio casi sin querer a una conversación en un local, más tarde aplicando la parabólica completa.
Así como con un deje madrileño, una pareja. No acabándose de entender bien lo que están hablando y no quedando yo a gusto (es natural) me doy la vuelta, entro en aquella especie de tienda o almacén o algo y veo que las dos personas que hablan (ambos) son completamente chinos. Bueno, chino y china en este caso concreto. Por lo que deduzco que se comunican o tratan al menos de comunicarse en un idioma también chino que les es propio. Idioma chino. Lo que no sabía era que tenían un deje así como madrileño. Igual no todos, claro, al ser tantos, tantísimos. Pero sí algunos. Psa.
Pasan un par de horas. De regreso, otra vez con toda la solana (no se veo nada casi). Voy pensando en mis cosas, camino distraído en la contemplación de un buen culete (ya se sabe, piloto automático) sin atender a nada más. Entonces me doy con todo el jeto con una chavalilla que sale de un estanco. Chocamos con la cara, pero sin violencia, como si nos estuviéramos besando. Huele a tabaco rubio. Y entonces digo “Perdo…na…” y ella dice “No…” y digo “Ah…” y dice “Ay, perdón” y digo “Yo” y dice “Bueno”. Y mueve la cabeza. Y muevo la cabeza.
No sé. Me dejó una marca con el piercing debajo del labio. La miro en el espejo y pienso que fue bastante bonito. Ahora pienso eso. Ahora mismo.
Así como con un deje madrileño, una pareja. No acabándose de entender bien lo que están hablando y no quedando yo a gusto (es natural) me doy la vuelta, entro en aquella especie de tienda o almacén o algo y veo que las dos personas que hablan (ambos) son completamente chinos. Bueno, chino y china en este caso concreto. Por lo que deduzco que se comunican o tratan al menos de comunicarse en un idioma también chino que les es propio. Idioma chino. Lo que no sabía era que tenían un deje así como madrileño. Igual no todos, claro, al ser tantos, tantísimos. Pero sí algunos. Psa.
Pasan un par de horas. De regreso, otra vez con toda la solana (no se veo nada casi). Voy pensando en mis cosas, camino distraído en la contemplación de un buen culete (ya se sabe, piloto automático) sin atender a nada más. Entonces me doy con todo el jeto con una chavalilla que sale de un estanco. Chocamos con la cara, pero sin violencia, como si nos estuviéramos besando. Huele a tabaco rubio. Y entonces digo “Perdo…na…” y ella dice “No…” y digo “Ah…” y dice “Ay, perdón” y digo “Yo” y dice “Bueno”. Y mueve la cabeza. Y muevo la cabeza.
No sé. Me dejó una marca con el piercing debajo del labio. La miro en el espejo y pienso que fue bastante bonito. Ahora pienso eso. Ahora mismo.