Para empezar, el del sr. Penetreitor, que ni siquiera se ha dignado a ponerle narices rojas a los dos hijos de la gran puta de su avatar.
Y luego está el del moro, que ha sustituido a su agente del servicio secreto británico (¿Calatrava? ¡Y una mierda!) por el de arafat, más visto que los Pogüer Ranllers.

