La tele que nos viene
Publicado: 16 Ago 2004 15:41
Siguiendo una línea de programación que haría dar arcadas al propio Orwel, el próximo otoño, desde la escalofriante Antena 3 nos espera un nuevo reality. Recién llegada del otro lado del atlántico podremos deglutir “La Granja de los Famosos”, programón donde la grácia máxima residirá en ver como los famosillos de turno se pasean entre balas de heno, pozales de estiércol y animalitos cuya existencia solo conocían por verlos envasados en el carrefour. También se les privará de toda herramienta de trabajo propia de nuestro estado de bienestar, a saber: friegaplatos, microondas, canal satélite y alguna rallita euforizante. Si esto ya será duro de por sí, figúrense cuando vean que entre toda esta escasez, tampoco les queda agua caliente con la que sacarse de encima el olor a granjerío, ni alcohol que sacie la frustración de participar en tal circo para ganar unos euros que financien las mismas chuminadas de las que han aceptado privarse en el programa.
Entre los elegidos se barajan nombres tan insignes como el del actor porno con altos deseos de desencasillarse Nacho Vidal, el presentador que ha de cumplir contrato donde sea Alonso Casparrós y la París Hilton cañí Mari Cielo Pajares, esta última será quien consiga que mi menda esté pegada a la pantalla únicamente con la esperanza de ver a la susodicha haciendo de mamporrera de algún gorrino.
¿ Que no les parece suficiente? Pues aún hay más. Para oficiar esta ceremonia quasi-satánica suena a gritos el nombre de Terelu Campos. ¿Se puede pedir más?
Entre los elegidos se barajan nombres tan insignes como el del actor porno con altos deseos de desencasillarse Nacho Vidal, el presentador que ha de cumplir contrato donde sea Alonso Casparrós y la París Hilton cañí Mari Cielo Pajares, esta última será quien consiga que mi menda esté pegada a la pantalla únicamente con la esperanza de ver a la susodicha haciendo de mamporrera de algún gorrino.
¿ Que no les parece suficiente? Pues aún hay más. Para oficiar esta ceremonia quasi-satánica suena a gritos el nombre de Terelu Campos. ¿Se puede pedir más?