Merodeador
Hay sabores que tenemos olvidados.
Con el paso de los años y las modas lo que nos daba nuestra madre de bocadillo, aquel plato en casa de la abuela pasó a nuestra memoria y luego ES olvidado con los años. Un pequeño matiz un sabor que se nos hace familiar destapa el bote, que teníamos cerrado u olvidado, y explota en nuestros cerebros con todos los sentimientos que creíamos dormidos para siempre.
Estrujad vuestros recuerdos, yo el mió lo rescate sin querer.
Por la añoranza de los recuerdos y la gratificación necesaria.
Pan con membrillo
Este de queso con membrillo

Un, dos, tres, responda otra vez