La entrada es bastante baratilla (35 euricos -camping incluído- por tres días de conciertos, lo cual deja bastante margen para atiborrarse de drogaínas de todos los colores, sabores y precios) y el cartel no está nada, nada mal.

Rage cuenta (bajo mi limitada y cretina opinión) con uno de los mejores baterístas que hay ahora mismo en activo, y tienen un directo del copetín, y los Toy Dolls deben de llevar como veintipico años en la brecha.
Además es una oportunidad única para ver a Mamá Ladilla... ¡¡¡Mamá Ladilla!!! Buf... Voy a por las pastillas.
Pues ahí queda eso. Ya podéis seguir con vuestras anodinas existencias.