M. Night Shyamalan.
La película, cuyo estreno verá la luz en algún mes indeterminado aún de 2006, narrará la historia de un hombrecillo fracasado que trabaja como empleado de mantenimiento de un bloque de pisos de cualquier ciudad gigantesca de EEUU.
Un día cree ver algo extraño en la piscina.
Algo que quizá sea...
... ¿una sirena?
Para dar vida al triste y gris hombrecillo, el indio tarado ha elegido a uno de los actores de moda, antihéroe por excelencia, y un profesional con una calidad totalmente fuera de cualquier duda:
Paul Giamatti.

Posiblemente el mejor icono del cine indy norteamericano con permiso de Philip Seymour Hoffman.
Todo un acierto y una garantía de un gran papel asegurado.
Como contrapunto, la sirena será la todavía-por-demostrar-casi-todo:

No es una miembro del Ku-Klux-Klan daltónica, no.
Bryce Dallas Howard.
Será la ¿sirena? (lo pongo en interrogaciones porque todavía no está claro si será una sirena -que es lo más probable- u otro tipo de ser extraño) que trastoque la vida de Giamatti.
Una actriz con sólo una película estrenada, en la que lo hace bien, bien (El Bosque) y que tiene por estrenar nada menos que lo último del Emperador Gafapasta; el retrasado mental de Lars Von Trier. O sea, que tiene que estrenar Manderlay, la segunda parte de Dogville y que personalmente va a ir a ver su puta madre.
Poniendonos en el tema, comentar que por suerte Shyamalan se ha desligado por fin (¡por fin!) de ése cáncer que no hace más que usurpar y joder a mentes maestras del cine moderno; Disney.
Al igual que hizo Lasseter, el indio ha decidido buscarse otros caminos de financiación (no ha tenido muchos problemas, la verdad, cualquiera quiere darle pasta a ver qué será lo próximo que haga), y ahora se ha asociado con nada menos que la Warner, jeje.
Este indio...
El motivo principal, pues es conocido por todos; la funesta campaña de marketing que realizó Disney con la película El Bosque, a la cual, como todos sabemos, la tildaba como "una película de terror como nunca has visto", y demás chorradas que luego no tenían nada que ver con la realidad.
Libre, seguro y con alas, Shyamalan se ha puesto manos a la obra y ya está cerrando el casting y ultimando localizaciones.
Queda un año para el estreno, pero va a ser una de las películas del año, como todo lo que hace este cabrón.
¿Una "Splash" tuneada?
¿Una revolución en el cine fantástico, como ya hizo con el de superhéroes con "El Protegido"?
El tiempo lo dirá (y nosotros antes, ya veréis).
Seguiremos informando.