Good morning Mr. Chance.
- Nicotin
- Manuel Fraga Iribarne
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Obras Maestras del Cine Presenta:
El Rey Arturo
Sinopsis:
Un genio del guión que ya ralló lo sublime escribiendo “Gladiator” –o sea, plagiando “Ben Hur”- se levanta una mañana y, probablemente mientras completa el círculo kármico de retornar a la siempre generosa Madre Naturaleza lo que ella amorosamente le dio de mamar, pare una idea rompedora: el Rey Arturo... ¡era un romano!
Escribe feliz su guión, lo justifica con peregrinas teorías salidas de algún documental que ponían en el canal Historia mientras estaba medio dormido en el sillón, et voilà! Película al canto. El estudio decide que dirija tan inteligente proyecto el director de “Training Day”, quien, confuso ante la idea de que hubo algo llamado “Imperio Romano” en donde al parecer no jugaban al baloncesto y ni siquiera había Hip-Hop, termina de redondear la historia desperdiciando alocadamente el presupuesto de producción en construir un pedazo de muralla.
Puntuación:
Resulta casi inevitable: cuando para una película se parte de una idea estúpida, se necesita una cantidad ingente de talento para enderezar las cosas y que el resultado no devenga en algo todavía más estúpido que la idea inicial. No importa lo que puedan elucubrar algunos historiadores sobre la figura histórica que pudo inspirar las diferentes leyendas artúricas: definitivamente... ¡¡el Rey arturo no puede ser un puto romano!! Hay cosas que, sencillamente, no funcionan.
En fin, intentan convertir la leyenda del rey Arturo en algo históricamente verosímil... y, para más “inri”, ¡meten con calzador los tópicos artúricos! (la escena en la que Arturito, sin venir a cuento, saca la espada de una piedra, y cómo “traducen” eso a términos verosímiles... por Dios, no me reía tanto con una película “no cómica” -es un decir- en semanas). Los procedimientos para convertir la leyenda del rey Arturo en algo verosímil rallan en el delirio paranoide:
1) El Rey Arturo es un centurión romano... sólo que no es romano, sino del este de Europa, y es un alma torturada por un magistralmente descrito conflicto de identidad, un personaje exquisitamente desarrollado y pleno de matices que... ¡ni de coña! Dejémoslo en que es... ¡un puto romano!.
2) Lancelot y los otros caballeros de la mesa redonda son compañeros de la mili de Arturo. Literalmente. De la mili.
3) Merlín es un piojoso caudillo tribal, que vive en torno a una hoguera como los indios, y que tiene de mago lo que Zapatero de estadista.
4) Ginebra es una atlética amazona que puede abrirle la cabeza, ella solita, a docenas de fornidos vikingos de dos metros.
5) El malo es un obispo.
6) Arturo y sus desarrapados rescatan a una familia patricia: en el viaje de vuelta, los propios hombres de Arturo se cargan al padre de la familia. El subsiguiente diálogo entre Arturo y el hijo adolescente del muerto viene a ser cual sigue:
-“Lamento tu pérdida”.
-“No pasa nada, si él era muy malo con los criados” (¿¿¿????)
7) Seis jinetes y un puñado de cretinos bosquimanos vencen a todo un ejército sajón (vikingo, para entendernos).
8) Hay una inteligentísima alegoría, en la que el jefe vikingo ve bajo el hielo de un lago helado el rostro de uno de sus guerreros, que ha muerto ahogado, ¡cuán elegante forma de convertir en un hecho históricamente verosímil lo de la Dama del Lago! ¡qué despliegue de talento e imaginación! ¡qué amplitud de recursos!
9) Un caballero mata de un flechazo a un tipo... que está, ¡escondido en la copa de un árbol! ¡entre las hojas! ¡a 500 metros de distancia! ¡al otro lado de la muralla! ¡y dispara sin mirar! Buf... esto ya no es rigor histórico, es directamente rigor mortis histórico.
...y así todo (hay más, ¡mucho más!). Una verdadera delicia de película. Los momentos sonrojantes/hilarantes se cuentan por docenas (yo me partía vivo cada vez que soltaban su ridiculísimo grito de guerra: “¡Honooooor!”). Evidentemente, no podría comparar semejante obra maestra con una peliculilla del montón como “Excalibur”, en la que, incomprensiblemente, ¡no respetan la Historia! ¡salen magos y brujas! ¡y Arturo lleva armadura! ¡¡y no es un romano!! ¡y buscan el Santo Grial! Pffff... qué despelote.
¿El reparto? Un total y absoluto desastre: Arturo es como el Eric Bana tras una noche de resaca y vómitos, Lancelot es como Dave Navarro recién salido de la peluquería, a Merlín sólo le falta empujar un carrito de supermercado con sus pertenencias... lo único potable de la película es la zorrilla que hace de Ginebra (Keira Knightley, 18 añitos), que es algo así como una mezcla entre Natalie Portman y Natalia Verbeke, aunque bastante más delgadita. Eso sí, las fotos no le hacen justicia.
En definitiva, un manjar cinematográfico al alcance de muy pocos paladares (más concretamente, el paladar del guionista, el director y sus respectivas madres). Además, tienen los santos cojones de presentar el DVD como “Director’s cut”, como si fuera “Alien” o “Apocalypse now” ... o quizá querían decir que el director es “corto”, en ese caso sí se justifica.
Recomendada sólo para aficionados al rico y gratificante género de la “comedia involuntaria”.
PD: Si eres un empollón de la historia, y quieres convertir alguna leyenda en nueva versión históricamente verosímil, ¡no lo hagas! Aunque parezca increíble (y sí, sé que te va a resultar duro) hay gente a la que no le molesta que el rey Arturo no vaya vestido de romano. Sí, lo sé, ¡es indignante! Pero bueno... son como niños, dejémosles disfrutar con sus maguitos Merlines y sus Santos Griales. Y recuerda: ¡honooooor!
Todo lo aprovechable de la película:
Ah, cierto, me he dejado la puntuación: ¡un 10, por supuesto! Y ahora, ¡a por "El reino de los cielos"! Creo, por lo que me han dicho, que el Orlando Bloom está sublime. Tanto, que cuando le preguntaron a su compañero de reparto (Jeremy Irons) sobre qué le había parecido la actuación de Bloom... ¡no quiso decir nada y se fue por las ramas para no tener que mojarse! Huuuyyyy huy huy huy....
Sí, lo sé... ¡qué grande es el cine!
Contenido Extra:
Esta es la pinta del protagonista (os lo juro por Arturo)
Esta es la pinta de la Reina Ginebra... igual de estrafalaria,
pero más enriquecedora para la vista y el espíritu.
Este es Merlin, probablemente diciendo algo así como:
"¡En ese cajero duermo yo!" o "¡No toquéis mi carrito!"

El Rey Arturo
Sinopsis:
Un genio del guión que ya ralló lo sublime escribiendo “Gladiator” –o sea, plagiando “Ben Hur”- se levanta una mañana y, probablemente mientras completa el círculo kármico de retornar a la siempre generosa Madre Naturaleza lo que ella amorosamente le dio de mamar, pare una idea rompedora: el Rey Arturo... ¡era un romano!
Escribe feliz su guión, lo justifica con peregrinas teorías salidas de algún documental que ponían en el canal Historia mientras estaba medio dormido en el sillón, et voilà! Película al canto. El estudio decide que dirija tan inteligente proyecto el director de “Training Day”, quien, confuso ante la idea de que hubo algo llamado “Imperio Romano” en donde al parecer no jugaban al baloncesto y ni siquiera había Hip-Hop, termina de redondear la historia desperdiciando alocadamente el presupuesto de producción en construir un pedazo de muralla.
Puntuación:
Resulta casi inevitable: cuando para una película se parte de una idea estúpida, se necesita una cantidad ingente de talento para enderezar las cosas y que el resultado no devenga en algo todavía más estúpido que la idea inicial. No importa lo que puedan elucubrar algunos historiadores sobre la figura histórica que pudo inspirar las diferentes leyendas artúricas: definitivamente... ¡¡el Rey arturo no puede ser un puto romano!! Hay cosas que, sencillamente, no funcionan.
En fin, intentan convertir la leyenda del rey Arturo en algo históricamente verosímil... y, para más “inri”, ¡meten con calzador los tópicos artúricos! (la escena en la que Arturito, sin venir a cuento, saca la espada de una piedra, y cómo “traducen” eso a términos verosímiles... por Dios, no me reía tanto con una película “no cómica” -es un decir- en semanas). Los procedimientos para convertir la leyenda del rey Arturo en algo verosímil rallan en el delirio paranoide:
1) El Rey Arturo es un centurión romano... sólo que no es romano, sino del este de Europa, y es un alma torturada por un magistralmente descrito conflicto de identidad, un personaje exquisitamente desarrollado y pleno de matices que... ¡ni de coña! Dejémoslo en que es... ¡un puto romano!.
2) Lancelot y los otros caballeros de la mesa redonda son compañeros de la mili de Arturo. Literalmente. De la mili.
3) Merlín es un piojoso caudillo tribal, que vive en torno a una hoguera como los indios, y que tiene de mago lo que Zapatero de estadista.
4) Ginebra es una atlética amazona que puede abrirle la cabeza, ella solita, a docenas de fornidos vikingos de dos metros.
5) El malo es un obispo.
6) Arturo y sus desarrapados rescatan a una familia patricia: en el viaje de vuelta, los propios hombres de Arturo se cargan al padre de la familia. El subsiguiente diálogo entre Arturo y el hijo adolescente del muerto viene a ser cual sigue:
-“Lamento tu pérdida”.
-“No pasa nada, si él era muy malo con los criados” (¿¿¿????)
7) Seis jinetes y un puñado de cretinos bosquimanos vencen a todo un ejército sajón (vikingo, para entendernos).
8) Hay una inteligentísima alegoría, en la que el jefe vikingo ve bajo el hielo de un lago helado el rostro de uno de sus guerreros, que ha muerto ahogado, ¡cuán elegante forma de convertir en un hecho históricamente verosímil lo de la Dama del Lago! ¡qué despliegue de talento e imaginación! ¡qué amplitud de recursos!
9) Un caballero mata de un flechazo a un tipo... que está, ¡escondido en la copa de un árbol! ¡entre las hojas! ¡a 500 metros de distancia! ¡al otro lado de la muralla! ¡y dispara sin mirar! Buf... esto ya no es rigor histórico, es directamente rigor mortis histórico.
...y así todo (hay más, ¡mucho más!). Una verdadera delicia de película. Los momentos sonrojantes/hilarantes se cuentan por docenas (yo me partía vivo cada vez que soltaban su ridiculísimo grito de guerra: “¡Honooooor!”). Evidentemente, no podría comparar semejante obra maestra con una peliculilla del montón como “Excalibur”, en la que, incomprensiblemente, ¡no respetan la Historia! ¡salen magos y brujas! ¡y Arturo lleva armadura! ¡¡y no es un romano!! ¡y buscan el Santo Grial! Pffff... qué despelote.
¿El reparto? Un total y absoluto desastre: Arturo es como el Eric Bana tras una noche de resaca y vómitos, Lancelot es como Dave Navarro recién salido de la peluquería, a Merlín sólo le falta empujar un carrito de supermercado con sus pertenencias... lo único potable de la película es la zorrilla que hace de Ginebra (Keira Knightley, 18 añitos), que es algo así como una mezcla entre Natalie Portman y Natalia Verbeke, aunque bastante más delgadita. Eso sí, las fotos no le hacen justicia.
En definitiva, un manjar cinematográfico al alcance de muy pocos paladares (más concretamente, el paladar del guionista, el director y sus respectivas madres). Además, tienen los santos cojones de presentar el DVD como “Director’s cut”, como si fuera “Alien” o “Apocalypse now” ... o quizá querían decir que el director es “corto”, en ese caso sí se justifica.
Recomendada sólo para aficionados al rico y gratificante género de la “comedia involuntaria”.
PD: Si eres un empollón de la historia, y quieres convertir alguna leyenda en nueva versión históricamente verosímil, ¡no lo hagas! Aunque parezca increíble (y sí, sé que te va a resultar duro) hay gente a la que no le molesta que el rey Arturo no vaya vestido de romano. Sí, lo sé, ¡es indignante! Pero bueno... son como niños, dejémosles disfrutar con sus maguitos Merlines y sus Santos Griales. Y recuerda: ¡honooooor!
Todo lo aprovechable de la película:

Ah, cierto, me he dejado la puntuación: ¡un 10, por supuesto! Y ahora, ¡a por "El reino de los cielos"! Creo, por lo que me han dicho, que el Orlando Bloom está sublime. Tanto, que cuando le preguntaron a su compañero de reparto (Jeremy Irons) sobre qué le había parecido la actuación de Bloom... ¡no quiso decir nada y se fue por las ramas para no tener que mojarse! Huuuyyyy huy huy huy....
Sí, lo sé... ¡qué grande es el cine!
Contenido Extra:
Esta es la pinta del protagonista (os lo juro por Arturo)

Esta es la pinta de la Reina Ginebra... igual de estrafalaria,
pero más enriquecedora para la vista y el espíritu.

Este es Merlin, probablemente diciendo algo así como:
"¡En ese cajero duermo yo!" o "¡No toquéis mi carrito!"

The bigger the headache, the bigger the pill. Call me the big pill.
Cuadraos, tienes los cojones cuadraos, pero como se te ocurre ver el Rey Arturo que huele a bazofia a kilómetros. A mi en cuanto me dijeron que Ginebra era reina de los pictos ya dije apaga y vámonos, ademas produciéndola bruckheimer el truño esta casi asegurado.
Visita Pequeñas historias, no te arrepentirás, o si, o no, o que se yo.
Ultima actualización 5-8-2011
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- Perro De Lobo
- Ente de HAMOR
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Yo tambien he sufrido en mis flaccidas carnes el visionado de esa peli. Hora y media de mi vida que jamás recuperaré, y que podría haber invertido en cosas más provechosas, como un maratón de pajas, o en tirar heces a la gente por la ventana.
Se te ha olvidado comentar la escena del maduro que se carga el lago helado a hachazos, seguramente creada por una mente imbuida del espiritu de medellín.
A propósito del título del topic: Según parece, la traducción del título de Bienvenido Mr. Chance no fue literal (para variar). Being There era en el original.
Se te ha olvidado comentar la escena del maduro que se carga el lago helado a hachazos, seguramente creada por una mente imbuida del espiritu de medellín.
A propósito del título del topic: Según parece, la traducción del título de Bienvenido Mr. Chance no fue literal (para variar). Being There era en el original.
He sido asaltado fieramente por la concupiscencia carnal
Esta pelicula me pareció tan mala que hasta fué insultante, tuve que venir al foro a soltar un descargo contra ella ante la imposibilidad de poder partirle las piernas al director y los guionistas.
Que pandilla de hijos de puta, supongo que en inglaterra donde la unica história que aprenden es aquella en la que los ingleses siempre ganan les habrá gustado engrandecer a una de sus leyendas máxime contra el malo malísimo imperio romano que les estaba haciendo una "ocupación ilegal" en su foro de modernidad y paz.
Que pandilla de hijos de puta, supongo que en inglaterra donde la unica história que aprenden es aquella en la que los ingleses siempre ganan les habrá gustado engrandecer a una de sus leyendas máxime contra el malo malísimo imperio romano que les estaba haciendo una "ocupación ilegal" en su foro de modernidad y paz.
A la vuelta pasé por al lado de la tuya casa, saqué la cabesa desde mi hauto y grité: CHURETICAS!
una bandada de gabiotar alzó el vuelo, el sol iba sumerjiendose entre las montañias y solo me contestó el eco de mi propia vos...
una bandada de gabiotar alzó el vuelo, el sol iba sumerjiendose entre las montañias y solo me contestó el eco de mi propia vos...
- Nicotin
- Manuel Fraga Iribarne
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La terminal
Sinopsis: si te quedas atrapado en un aeropuerto, viene la Catherine Zeta-Jones vestida de azafata y te invita a cenar. Sí amigos, yo también estoy pensando en empaquetar unas cuantas mudas y plantarme a vivir en Barajas a ver si sale la Connelly con un trajecito azul... claro que Barajas es un agujero inmundo y el aeropuerto JFK de New York (por lo que se ve en la película) parece un sitio bastante más entretenido.
Puntuación: el problema de imitar a Frank Capra es que, si no eres Frank Capra, puedes terminar pariendo una película inverosímil, plana y, pese a tus esfuerzos por disimularlo, moñarrona. Así que la mejor forma de describir esta película es decir que se trata de una imitación descafeinada de Capra.
Pero bueno, si estás en cama con gripe, no tienes absolutamente nada más que hacer, y la fiebre te adormece el criterio, puedes llegar a pasar el rato viendo esto.
Collateral
No sé por qué, quizá con el tarro mordisqueado por la propaganda subliminal del “boca a boca” (en el que cada vez creo menos, pues no consiste más que en un encadenamiento de criterios dudosos) esperaba algo más de esta película. Incluso sabiendo que la dirigía el mismo autor de “El último mohicano”, sobrevaloradísimo novelón cinematográfico que, todo hay que decirlo, encierra notables dosis de comicidad bajo sus ínfulas de gran drama romántico.
Sinopsis: si en “La terminal” te invitaba a cenar por las buenas Catherine Zeta-Jones, aquí eres un simple taxista que recoge a una negraza yuppie guapa y triunfadora a quien encandilas con tu personalidad y te termina dando su teléfono. Mientras tanto, Tom Cruise intenta convencernos de que es un hijo de la gran puta... pero, por más que se tinte el pelo de canoso, sigue teniendo cara de alelado. Tom, chaval, ¡no cuela!
Puntuación: palomitas+cerveza+sillón. Se pasa el rato, no es aburrida, pero es artificiosa, superficial y por momentos mongoloide. Algunos diálogos (ejem) “filosóficos” dejan al “Aquí hay tomate” a la altura de Confucio. La ves y la olvidas.
La publicitadísima aparición de Bardem, de la que, ¡ingenuo de mí!, también esperaba algo, se queda en nada. No desentona pero cualquier otro secundario hubiese cumplido con la misma eficacia que él, y la escena no es ni mucho menos lo espectacular que yo había llegado a oír que era. Estoy seriamente preocupado: empiezo a tragarme por las buenas todo lo que me vende el marketing.
Ya por último, una pequeña manía personal: a veces, incluso en películas malas hasta el cólico, aparecen buenas ideas que, por desgracia, son desperdiciadas por la impericia del director o el montaje. En “Collateral” hay lo que podría haber sido una gran escena: Cruise y Jamie Foxx cruzan Los Angeles en coche,... hasta que Foxx detiene el coche sin decir nada, pese a que en teoría tienen prisa por llegar a su destino. Ambos se quedan fascinados por la inesperada y casi psicodélica aparición de unos coyotes que cruzan el asfalto: ¡gran imagen! La mini-escena de los coyotes en plena ciudad no tiene nada que ver con el argumento, y de hecho quiebra el ritmo de la acción, pero lo hace con estilo, es una especie de interludio onírico que, de no haber sido abortado, hubiese quedado magnífico en el currículum de Mr. Mann. Cuando yo ya me estaba casi emocionando por el hallazgo... ¡el puto Mann jode la escena y la corta antes de tiempo con una canción de Audioslave! Juro que me dije como diez veces “¡no puede ser!”... un tipo rueda lo que podría ser la mejor escena del film, y después, ¡se la carga!
Señor Mann: si le hubiese usted dedicado un minuto entero (¡y en silencio!) a los coyotes, hubiese dado usted un pequeño paso hacia la excelencia en su más que dudosa carrera... pedazo de inútil.
En fin, cosas mías.
El aviador
Sinopsis: la sinopsis consiste en el 5% (o menos) de las excentricidades y disparates protagonizados por el legendario Howard Hughes, uno de los personajes más complejos, fascinantes e increíbles del siglo XX. Quien no conozca al personaje, que no se equivoque: el film no exagera nada, ¡todo lo contrario! La vida de Hughes no cabe en una película, y además Scorsese ha preferido obviar algunos de los aspectos del personaje, como el secreto a voces de su bisexualidad, o varias de sus perversiones sexuales más absurdas.
Puntuación: esperaba una película peor (sobre todo después de la plúmbea “Gangs of New York”) y he de reconocer que Di Caprio se defiende, y hasta da el pego físico pese al escaso parecido entre ambos:
Howard Hughes y Ava Gardner, ¿a cuánta gente
se follaron entre ambos? Aún no ha nacido el matemático que lo calcule.
Pero bueno, Scorsese se ha empeñado en presentarlo como a un héroe atormentado, casi como a un rebelde, obviando la progresiva deriva de Hughes hacia posiciones ultra-conservadoras y sus más que turbios manejos con la CIA y las administraciones americanas.
Yo de todos modos recomiendo a cualquiera que lea alguna biografía o se interese por la vida de este sujeto, y que no se quede sólo con la película. Muchas de las mejores historias protagonizadas por el magnate no aparecen en la película, así como tampoco aparece toda la etapa última de su vida, en la que se encerró definitivamente, sin que se conserve imagen o fotografía alguna de él durante esa época, y durante la cual se dispararon sus trastornos emocionales y sus delirantes obsesiones.
En resumen, la película no es mala pero no profundiza demasiado en el personaje, termina sabiendo a poco.
Spanglish
Sinopsis: si en “La terminal” te ligas a la Zeta-Jones siendo un desarrapado que vive en un aeropuerto, y en “Collateral” te ligas a una yuppie siendo taxista, en “Spanglish” tu mujer contrata una chacha mexicana que está mucho más buena que ella y que, en realidad, parece cualquier cosa menos una chacha mexicana.
Puntuación: a mí me pareció una moñada total de película. No es que sea horriblemente mala, pero el guión parece hecho a retazos en el foro de "Cosmopolitan". Varios de sus personajes son una caricatura, especialmente la familia americana típicamente WASP: el padre triunfador y bonachón (he leído por todas partes que Adam Sandler lo hace bien... ¿? ¡si parece Ricardo Darín inflado de tranquilizantes!), la madre neurótica e insegura (una Tea Leoni totalmente salida de madre, ¿qué le ha pasado a esta mujer? No es mala actriz, pero joder... parece que se haya caído de cara en un barreño de farlopa), la abuela alcohólica pero sabia (personaje tópico y dulzón que, increíblemente, ¡deja de beber cuando quiere!), y la hija feúcha y sensata (la chiquilla lo hace bien, pero de tan sensiblón que es su personaje termina dando grima).
Y ahora lo mejor de la película. La vi con la curiosidad de cómo sería el debut de Paz Vega en Hollywood, y la vi sin prejuicios pese a que me habían hecho algún comentario graciosillo y facilón del estilo “se cree que sigue en Siete Vidas”.
Pues bien: Paz Vega se come a todo el reparto con una facilidad pasmosa. No es que lo haga bien, es que por momentos está sublime: sobre todo, cuando no habla y se ve forzada a expresarse mediante el lenguaje corporal y expresiones faciales. Lo hace con una total maestría: si en vez de Paz Vega hubiese sido una desconocida actriz pakistaní, algunos comentarios graciosillos se hubiesen transformado en admirativos.
Me doy cuenta de que a parte del público español le costará ver su actuación con perspectiva, ya la conocemos demasiado, y es cierto que parece cualquier cosa menos una chacha mexicana (y más en esta película en la que sale físicamente mejor que nunca para mi gusto), pero esta chica no es Penélope Cruz. La Pe hubiese transformado este papel en un festival de muecas, y Paz Vega lo saca adelante con una dignidad enorme.
Hagamos patria, joder. Cuando una de las nuestras se sale, se le reconoce y punto.
También, por cierto, lo hace maravillosamente bien la niña que hace de hija de Paz Vega.
En resumen, es un telefilm que no es aburrido, pero, más allá de ver a la Paz vega (ya sea por curiosidad o también por comprobar por qué a los críticos americanos se les cae la baba contemplando sus mohínes) la verdad es que es una película floja y uno puede vivir perfectamente sin haberla visto.
Gente Pez
Sinopsis: Creo que empiezo a entender por qué los del cine español se empeñan en que lo consideremos como una “excepción cultural”.
Puntuación: puedo decir dos cosas buenas (sólo dos) de esta película. Una, que sale la Diana Palazón, que por algún motivo me gusta más que a un tonto un caramelo. Y dos, que sale Diana Palazón, la de “Hospital central” que me gusta más que... ah, ¿que ya lo he dicho? En ese caso... sólo puedo decir UNA cosa buena de esta película.
Que los detengan a todos y los envíen a una “excepción geográfica” (léase Gulag), menos a la Palazón, esa que me la dejen que ya me encargo yo de aplicarle el correctivo correspondiente.
Por Dios, qué forma de tomar por subnormal al público.
El hundimiento.
SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER
Sinopsis: Alemania pierde la guerra y Hitler se suicida.
FIN DEL SPOILER
Ahora en serio: muy buena película. Quizá un pelín larga, y en algún momento tal vez falta de ritmo, pero en general rodada con mucha profesionalidad y eficacia, y con un estilo muy sobrio (algo muy alemán, por otra parte). Tiene un reparto muy, muy sólido (impresionante el tipo que hace de Hitler), una ambientación maravillosa, y en resumen una factura impecable.
El título se ajusta perfectamente al film: refleja con bastante verosimilitud el desplome final del régimen nazi y, especialmente del Führer en persona y su enfermizo entorno.
El tema tratado es muy difícil de abordar en un film. No parece tarea sencilla reflejar el ambiente enrarecido que rodeaba a la cúpula nazi en los últimos días de la guerra. Para un espectador que roe unas palomitas nunca será fácil entender por qué la gente quería suicidarse junto a Hitler, o por qué Goebbels y su mujer son capaces de asesinar a sus encantadores hijos, pensando que no hay futuro para ellos más allá del III Reich.
Pero bueno, la película sale airosa de un planteamiento tan ambicioso, y, lo que es mejor, sin grandes aspavientos, histrionismos o salidas de tono melodramáticas. El mejor ejemplo es la escena entre la protagonista (la secretaria personald e Hitler) y Albert Speer: casi sin palabras, sin sobreactuación alguna, sólo con un intercambio de miradas, la secretaria descubre con horror que los encantadores niños de los Goebbels van a ser sacrificados.
Imprescindible verla en VOS, lo contrario sería un error. Lo que hace el actor que interpreta a Hitler merece la pena ser visto en toda su magnitud. Hitler ha sido interpretado ya en alguna ocasión con mucho estilo (por ejemplo, Alec Guiness hizo un gran trabajo), pero lo de este film, siendo o no ajustado a la realidad (eso sólo lo sabrían quienes conocieron a Adolfito de cerca) es realmente enorme. En otras películas, cuando Hitler se pone a chillar a sus subordinados resulta hilarante. Aquí, te pone los pelos de punta.
En resumen: muy buena película, pero ojo, el espectador palomitero puede perecer de asco. Aviso.
Bruno Ganz metamorfoseado en Hitler. Qué yuyu, joder.

Sinopsis: si te quedas atrapado en un aeropuerto, viene la Catherine Zeta-Jones vestida de azafata y te invita a cenar. Sí amigos, yo también estoy pensando en empaquetar unas cuantas mudas y plantarme a vivir en Barajas a ver si sale la Connelly con un trajecito azul... claro que Barajas es un agujero inmundo y el aeropuerto JFK de New York (por lo que se ve en la película) parece un sitio bastante más entretenido.
Puntuación: el problema de imitar a Frank Capra es que, si no eres Frank Capra, puedes terminar pariendo una película inverosímil, plana y, pese a tus esfuerzos por disimularlo, moñarrona. Así que la mejor forma de describir esta película es decir que se trata de una imitación descafeinada de Capra.
Pero bueno, si estás en cama con gripe, no tienes absolutamente nada más que hacer, y la fiebre te adormece el criterio, puedes llegar a pasar el rato viendo esto.
Collateral
No sé por qué, quizá con el tarro mordisqueado por la propaganda subliminal del “boca a boca” (en el que cada vez creo menos, pues no consiste más que en un encadenamiento de criterios dudosos) esperaba algo más de esta película. Incluso sabiendo que la dirigía el mismo autor de “El último mohicano”, sobrevaloradísimo novelón cinematográfico que, todo hay que decirlo, encierra notables dosis de comicidad bajo sus ínfulas de gran drama romántico.
Sinopsis: si en “La terminal” te invitaba a cenar por las buenas Catherine Zeta-Jones, aquí eres un simple taxista que recoge a una negraza yuppie guapa y triunfadora a quien encandilas con tu personalidad y te termina dando su teléfono. Mientras tanto, Tom Cruise intenta convencernos de que es un hijo de la gran puta... pero, por más que se tinte el pelo de canoso, sigue teniendo cara de alelado. Tom, chaval, ¡no cuela!
Puntuación: palomitas+cerveza+sillón. Se pasa el rato, no es aburrida, pero es artificiosa, superficial y por momentos mongoloide. Algunos diálogos (ejem) “filosóficos” dejan al “Aquí hay tomate” a la altura de Confucio. La ves y la olvidas.
La publicitadísima aparición de Bardem, de la que, ¡ingenuo de mí!, también esperaba algo, se queda en nada. No desentona pero cualquier otro secundario hubiese cumplido con la misma eficacia que él, y la escena no es ni mucho menos lo espectacular que yo había llegado a oír que era. Estoy seriamente preocupado: empiezo a tragarme por las buenas todo lo que me vende el marketing.
Ya por último, una pequeña manía personal: a veces, incluso en películas malas hasta el cólico, aparecen buenas ideas que, por desgracia, son desperdiciadas por la impericia del director o el montaje. En “Collateral” hay lo que podría haber sido una gran escena: Cruise y Jamie Foxx cruzan Los Angeles en coche,... hasta que Foxx detiene el coche sin decir nada, pese a que en teoría tienen prisa por llegar a su destino. Ambos se quedan fascinados por la inesperada y casi psicodélica aparición de unos coyotes que cruzan el asfalto: ¡gran imagen! La mini-escena de los coyotes en plena ciudad no tiene nada que ver con el argumento, y de hecho quiebra el ritmo de la acción, pero lo hace con estilo, es una especie de interludio onírico que, de no haber sido abortado, hubiese quedado magnífico en el currículum de Mr. Mann. Cuando yo ya me estaba casi emocionando por el hallazgo... ¡el puto Mann jode la escena y la corta antes de tiempo con una canción de Audioslave! Juro que me dije como diez veces “¡no puede ser!”... un tipo rueda lo que podría ser la mejor escena del film, y después, ¡se la carga!
Señor Mann: si le hubiese usted dedicado un minuto entero (¡y en silencio!) a los coyotes, hubiese dado usted un pequeño paso hacia la excelencia en su más que dudosa carrera... pedazo de inútil.
En fin, cosas mías.
El aviador
Sinopsis: la sinopsis consiste en el 5% (o menos) de las excentricidades y disparates protagonizados por el legendario Howard Hughes, uno de los personajes más complejos, fascinantes e increíbles del siglo XX. Quien no conozca al personaje, que no se equivoque: el film no exagera nada, ¡todo lo contrario! La vida de Hughes no cabe en una película, y además Scorsese ha preferido obviar algunos de los aspectos del personaje, como el secreto a voces de su bisexualidad, o varias de sus perversiones sexuales más absurdas.
Puntuación: esperaba una película peor (sobre todo después de la plúmbea “Gangs of New York”) y he de reconocer que Di Caprio se defiende, y hasta da el pego físico pese al escaso parecido entre ambos:
Howard Hughes y Ava Gardner, ¿a cuánta gente
se follaron entre ambos? Aún no ha nacido el matemático que lo calcule.

Pero bueno, Scorsese se ha empeñado en presentarlo como a un héroe atormentado, casi como a un rebelde, obviando la progresiva deriva de Hughes hacia posiciones ultra-conservadoras y sus más que turbios manejos con la CIA y las administraciones americanas.
Yo de todos modos recomiendo a cualquiera que lea alguna biografía o se interese por la vida de este sujeto, y que no se quede sólo con la película. Muchas de las mejores historias protagonizadas por el magnate no aparecen en la película, así como tampoco aparece toda la etapa última de su vida, en la que se encerró definitivamente, sin que se conserve imagen o fotografía alguna de él durante esa época, y durante la cual se dispararon sus trastornos emocionales y sus delirantes obsesiones.
En resumen, la película no es mala pero no profundiza demasiado en el personaje, termina sabiendo a poco.
Spanglish
Sinopsis: si en “La terminal” te ligas a la Zeta-Jones siendo un desarrapado que vive en un aeropuerto, y en “Collateral” te ligas a una yuppie siendo taxista, en “Spanglish” tu mujer contrata una chacha mexicana que está mucho más buena que ella y que, en realidad, parece cualquier cosa menos una chacha mexicana.
Puntuación: a mí me pareció una moñada total de película. No es que sea horriblemente mala, pero el guión parece hecho a retazos en el foro de "Cosmopolitan". Varios de sus personajes son una caricatura, especialmente la familia americana típicamente WASP: el padre triunfador y bonachón (he leído por todas partes que Adam Sandler lo hace bien... ¿? ¡si parece Ricardo Darín inflado de tranquilizantes!), la madre neurótica e insegura (una Tea Leoni totalmente salida de madre, ¿qué le ha pasado a esta mujer? No es mala actriz, pero joder... parece que se haya caído de cara en un barreño de farlopa), la abuela alcohólica pero sabia (personaje tópico y dulzón que, increíblemente, ¡deja de beber cuando quiere!), y la hija feúcha y sensata (la chiquilla lo hace bien, pero de tan sensiblón que es su personaje termina dando grima).
Y ahora lo mejor de la película. La vi con la curiosidad de cómo sería el debut de Paz Vega en Hollywood, y la vi sin prejuicios pese a que me habían hecho algún comentario graciosillo y facilón del estilo “se cree que sigue en Siete Vidas”.
Pues bien: Paz Vega se come a todo el reparto con una facilidad pasmosa. No es que lo haga bien, es que por momentos está sublime: sobre todo, cuando no habla y se ve forzada a expresarse mediante el lenguaje corporal y expresiones faciales. Lo hace con una total maestría: si en vez de Paz Vega hubiese sido una desconocida actriz pakistaní, algunos comentarios graciosillos se hubiesen transformado en admirativos.
Me doy cuenta de que a parte del público español le costará ver su actuación con perspectiva, ya la conocemos demasiado, y es cierto que parece cualquier cosa menos una chacha mexicana (y más en esta película en la que sale físicamente mejor que nunca para mi gusto), pero esta chica no es Penélope Cruz. La Pe hubiese transformado este papel en un festival de muecas, y Paz Vega lo saca adelante con una dignidad enorme.
Hagamos patria, joder. Cuando una de las nuestras se sale, se le reconoce y punto.
También, por cierto, lo hace maravillosamente bien la niña que hace de hija de Paz Vega.
En resumen, es un telefilm que no es aburrido, pero, más allá de ver a la Paz vega (ya sea por curiosidad o también por comprobar por qué a los críticos americanos se les cae la baba contemplando sus mohínes) la verdad es que es una película floja y uno puede vivir perfectamente sin haberla visto.
Gente Pez
Sinopsis: Creo que empiezo a entender por qué los del cine español se empeñan en que lo consideremos como una “excepción cultural”.
Puntuación: puedo decir dos cosas buenas (sólo dos) de esta película. Una, que sale la Diana Palazón, que por algún motivo me gusta más que a un tonto un caramelo. Y dos, que sale Diana Palazón, la de “Hospital central” que me gusta más que... ah, ¿que ya lo he dicho? En ese caso... sólo puedo decir UNA cosa buena de esta película.
Que los detengan a todos y los envíen a una “excepción geográfica” (léase Gulag), menos a la Palazón, esa que me la dejen que ya me encargo yo de aplicarle el correctivo correspondiente.
Por Dios, qué forma de tomar por subnormal al público.
El hundimiento.
SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER
Sinopsis: Alemania pierde la guerra y Hitler se suicida.
FIN DEL SPOILER
Ahora en serio: muy buena película. Quizá un pelín larga, y en algún momento tal vez falta de ritmo, pero en general rodada con mucha profesionalidad y eficacia, y con un estilo muy sobrio (algo muy alemán, por otra parte). Tiene un reparto muy, muy sólido (impresionante el tipo que hace de Hitler), una ambientación maravillosa, y en resumen una factura impecable.
El título se ajusta perfectamente al film: refleja con bastante verosimilitud el desplome final del régimen nazi y, especialmente del Führer en persona y su enfermizo entorno.
El tema tratado es muy difícil de abordar en un film. No parece tarea sencilla reflejar el ambiente enrarecido que rodeaba a la cúpula nazi en los últimos días de la guerra. Para un espectador que roe unas palomitas nunca será fácil entender por qué la gente quería suicidarse junto a Hitler, o por qué Goebbels y su mujer son capaces de asesinar a sus encantadores hijos, pensando que no hay futuro para ellos más allá del III Reich.
Pero bueno, la película sale airosa de un planteamiento tan ambicioso, y, lo que es mejor, sin grandes aspavientos, histrionismos o salidas de tono melodramáticas. El mejor ejemplo es la escena entre la protagonista (la secretaria personald e Hitler) y Albert Speer: casi sin palabras, sin sobreactuación alguna, sólo con un intercambio de miradas, la secretaria descubre con horror que los encantadores niños de los Goebbels van a ser sacrificados.
Imprescindible verla en VOS, lo contrario sería un error. Lo que hace el actor que interpreta a Hitler merece la pena ser visto en toda su magnitud. Hitler ha sido interpretado ya en alguna ocasión con mucho estilo (por ejemplo, Alec Guiness hizo un gran trabajo), pero lo de este film, siendo o no ajustado a la realidad (eso sólo lo sabrían quienes conocieron a Adolfito de cerca) es realmente enorme. En otras películas, cuando Hitler se pone a chillar a sus subordinados resulta hilarante. Aquí, te pone los pelos de punta.
En resumen: muy buena película, pero ojo, el espectador palomitero puede perecer de asco. Aviso.
Bruno Ganz metamorfoseado en Hitler. Qué yuyu, joder.

The bigger the headache, the bigger the pill. Call me the big pill.
- Nicotin
- Manuel Fraga Iribarne
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...y he llegado tarde, pero, ¡todos de rodillas ante James Gandolfini!
The Sopranos
Probablemente yo era ya el último individuo del público diana de “The Sopranos” en permanecer sin haber visto un solo capítulo. Ni que decir tiene que me la habían recomendado un sinnúmero de veces, y que por doquier oigo hablar de las carretillas de premios que le caía a esta serie. Pero me había limitado a pasar del asunto (¿qué? ...cada uno es como es) y a vivir una tranquila existencia pensando que el teniente Columbo (parte indispensable de mi bagaje cultural) era el personaje italoamericano definitivo de la televisión, y que nunca surgiría ningún otro personaje del mismo calibre.
Por lo general me resulta difícil tragarme dos películas seguidas en DVD. Tienen que gustarme mucho, pero normalmente termino agotado al finalizar la segunda, así que no veo demasiadas películas últimamente.
..hasta que ha llegado a mis manos la primera temporada de “The Sopranos” ... y bueno, me he tragado los capítulos como si fuesen gominolas. Por una vez, y no ocurre a menudo (¡ni mucho menos!), los comentarios entusiastas que había escuchado y las expectativas levantadas en torno a la serie han quedado por debajo de la realidad. He visto capítulo tras capítulo flotando en una puta nube, y he tenido que hacer un esfuerzo de voluntad para apagar el DVD y dedicarme a otras cosas llegado el momento.
He sido el último en subirme al barco de “The Sopranos”.. pero sabe Dios que seré también el último en bajarme.
En realidad, creo que la serie es buena, pero no taaan buena. Lo que hace de ella un artilugio único tiene nombre y apellidos: Tony Soprano. Es el personaje más increíble que he visto en mucho tiempo en TV. Está destinado a pasar a la historia, y, del mismo modo que Peter Falk hizo un trabajo tan descomunal con Columbo que actor y personaje ya son inseparables para todo el mundo, James Gandolfini será recordado como Tony Soprano por los siglos de los siglos.
Y es fácil de resumir con una única palabra: Carisma.
Gandolfini ha encontrado el papel de su vida: de ser un secundario gordito de esos cuya cara olvidas (yo al menos no le conocía antes de esto), ha pasado a encarnar con una maestría sobrehumana al mafioso de ficción más grande desde Vito Corleone. Lo que hace Gandolfini en esta serie debería ser asignatura obligatoria en el puto Actor’s Studio. Es como ver a Pacino en sus mejores tiempos. Él y su personaje se han fundido en uno. Apenas puedo llegara entender cómo alguien puede reflejar tantas facetas de un personaje con semejante facilidad: el mafioso, el hombre de familia, el tipo de la calle, el marido juguetón, el paciente atormentado, el padre cariñoso o el asesino despiadado. Gandolfini no hace de Tony Soprano, Gandolfini es Tony Soprano. Y eso, supongo yo, es lo más alto a lo que puede aspirar un actor: a que le veas y entiendas todo lo que hace, cómo gesticula, cómo mira, y cómo es su personaje.
Para mí hay dos tipos de actores (o de actuaciones): quienes actúan con los gestos, los músculos faciales (De Niro, por ejemplo), y quienes actúan con la mirada (Montgomery Clift, por ejemplo), incluso hay quienes al principio actuaban con la mirada y con el tiempo han perdido esa capacidad y ha terminado actuando con gestos (Pacino). El ejemplo de Pacino, obviamente, no es aleatorio: no sólo porque una de sus mejores actuaciones fue interpretando a un mafioso (“El padrino II”) sino porque lo hacía casi exclusivamente a través de los ojos de su personaje, como hace Gandolfini con Tony Soprano.
Evidentemente, estoy tratando de decir que para mí “The Sopranos” es “Tony Soprano... y el resto”. Cuando un personaje tiene un carisma tan arrollador, tan apabullante, termina dando realmente igual lo que pase a su alrededor. El personaje es genial, y el actor que lo interpreta es genial. En cada capítulo, este tipo sin igual nos ofrece un pequeño puñado de momentos memorables. Me vienen a la cabeza algunos como ese en el que obliga a un tipo a quitarse la gorra en un restaurante..., sin aspavientos hollywoodienses, simplemente le mira fijamente y empieza a respirar como un toro enfurecido, ¡grandioso! O cuando es incapaz de reconocer que en el fondo detesta a su madre, y sin venir a cuento le abre la cabeza a telefonazos a un subalterno, ¡porque no sabe usar el teléfono y eso le recuerda a ella! O en los momentos en que se deprime y su cara refleja todo el sufrimiento que su posición le impide exteriorizar... la idea de un mafioso que toma Prozac me pareció una chorrada hasta que he visto a Gandolfini interpretándolo.
En resumen... ahora ya sé por qué no pude haber pasado tanto tiempo sin haber visto esta serie. Tony Soprano ya es para mí uno de los personajes de ficción definitivos, lo considero una obra de arte en sí mismo interpretada por un virtuoso, y ya estoy ansioso de poder engullir toda la segunda temporada lo antes posible.
Hacía años que no veía algo tan grande en TV. Años.
Tony Soprano, el Carisma con mayúsculas, el Personaje Definitivo,
lo más grande que ha parido el mundo de la TV en eones.

The Sopranos
Probablemente yo era ya el último individuo del público diana de “The Sopranos” en permanecer sin haber visto un solo capítulo. Ni que decir tiene que me la habían recomendado un sinnúmero de veces, y que por doquier oigo hablar de las carretillas de premios que le caía a esta serie. Pero me había limitado a pasar del asunto (¿qué? ...cada uno es como es) y a vivir una tranquila existencia pensando que el teniente Columbo (parte indispensable de mi bagaje cultural) era el personaje italoamericano definitivo de la televisión, y que nunca surgiría ningún otro personaje del mismo calibre.
Por lo general me resulta difícil tragarme dos películas seguidas en DVD. Tienen que gustarme mucho, pero normalmente termino agotado al finalizar la segunda, así que no veo demasiadas películas últimamente.
..hasta que ha llegado a mis manos la primera temporada de “The Sopranos” ... y bueno, me he tragado los capítulos como si fuesen gominolas. Por una vez, y no ocurre a menudo (¡ni mucho menos!), los comentarios entusiastas que había escuchado y las expectativas levantadas en torno a la serie han quedado por debajo de la realidad. He visto capítulo tras capítulo flotando en una puta nube, y he tenido que hacer un esfuerzo de voluntad para apagar el DVD y dedicarme a otras cosas llegado el momento.
He sido el último en subirme al barco de “The Sopranos”.. pero sabe Dios que seré también el último en bajarme.
En realidad, creo que la serie es buena, pero no taaan buena. Lo que hace de ella un artilugio único tiene nombre y apellidos: Tony Soprano. Es el personaje más increíble que he visto en mucho tiempo en TV. Está destinado a pasar a la historia, y, del mismo modo que Peter Falk hizo un trabajo tan descomunal con Columbo que actor y personaje ya son inseparables para todo el mundo, James Gandolfini será recordado como Tony Soprano por los siglos de los siglos.
Y es fácil de resumir con una única palabra: Carisma.
Gandolfini ha encontrado el papel de su vida: de ser un secundario gordito de esos cuya cara olvidas (yo al menos no le conocía antes de esto), ha pasado a encarnar con una maestría sobrehumana al mafioso de ficción más grande desde Vito Corleone. Lo que hace Gandolfini en esta serie debería ser asignatura obligatoria en el puto Actor’s Studio. Es como ver a Pacino en sus mejores tiempos. Él y su personaje se han fundido en uno. Apenas puedo llegara entender cómo alguien puede reflejar tantas facetas de un personaje con semejante facilidad: el mafioso, el hombre de familia, el tipo de la calle, el marido juguetón, el paciente atormentado, el padre cariñoso o el asesino despiadado. Gandolfini no hace de Tony Soprano, Gandolfini es Tony Soprano. Y eso, supongo yo, es lo más alto a lo que puede aspirar un actor: a que le veas y entiendas todo lo que hace, cómo gesticula, cómo mira, y cómo es su personaje.
Para mí hay dos tipos de actores (o de actuaciones): quienes actúan con los gestos, los músculos faciales (De Niro, por ejemplo), y quienes actúan con la mirada (Montgomery Clift, por ejemplo), incluso hay quienes al principio actuaban con la mirada y con el tiempo han perdido esa capacidad y ha terminado actuando con gestos (Pacino). El ejemplo de Pacino, obviamente, no es aleatorio: no sólo porque una de sus mejores actuaciones fue interpretando a un mafioso (“El padrino II”) sino porque lo hacía casi exclusivamente a través de los ojos de su personaje, como hace Gandolfini con Tony Soprano.
Evidentemente, estoy tratando de decir que para mí “The Sopranos” es “Tony Soprano... y el resto”. Cuando un personaje tiene un carisma tan arrollador, tan apabullante, termina dando realmente igual lo que pase a su alrededor. El personaje es genial, y el actor que lo interpreta es genial. En cada capítulo, este tipo sin igual nos ofrece un pequeño puñado de momentos memorables. Me vienen a la cabeza algunos como ese en el que obliga a un tipo a quitarse la gorra en un restaurante..., sin aspavientos hollywoodienses, simplemente le mira fijamente y empieza a respirar como un toro enfurecido, ¡grandioso! O cuando es incapaz de reconocer que en el fondo detesta a su madre, y sin venir a cuento le abre la cabeza a telefonazos a un subalterno, ¡porque no sabe usar el teléfono y eso le recuerda a ella! O en los momentos en que se deprime y su cara refleja todo el sufrimiento que su posición le impide exteriorizar... la idea de un mafioso que toma Prozac me pareció una chorrada hasta que he visto a Gandolfini interpretándolo.
En resumen... ahora ya sé por qué no pude haber pasado tanto tiempo sin haber visto esta serie. Tony Soprano ya es para mí uno de los personajes de ficción definitivos, lo considero una obra de arte en sí mismo interpretada por un virtuoso, y ya estoy ansioso de poder engullir toda la segunda temporada lo antes posible.
Hacía años que no veía algo tan grande en TV. Años.
Tony Soprano, el Carisma con mayúsculas, el Personaje Definitivo,
lo más grande que ha parido el mundo de la TV en eones.

The bigger the headache, the bigger the pill. Call me the big pill.
- Criadillas
- Palomitero mórbido
- Mensajes: 17854
- Registrado: 01 Ago 2003 19:38
- Ubicación: En la calle del pepino.
Enhorabuena por este descubrimiento.
No miento lo más mínimo si digo que Los Soprano fue la única cosa que he visto en televisión los últimos dos años (quitando alguna hora perdida y aleatoria en la Mtv, o algún informativo cuando pasaba algo gordo...). Nada más.
Por supuesto Los Sopranos es Tony (Dios, me das mucha envidia Nicotin; ¡todavía tienes docenas y docenas de capítulos completamente nuevos por ver!) en un 70%, y el resto en un 30...
Sin embargo, y ésto es algo que se acentúa en las siguientes temporadas, hay cada secundario con un trasfondo que realmente es imposible que pase desapercibido, desde los "capitanes" leales y crueles como Polly o Silvio, pasando por la amistad de Pussy Bonpenciero, o la empanada mental del sobrino; Christopher, personaje que evoluciona hasta límites insospechados ultimada la cuarta temporada, que es hasta donde se ha podido ver.
Los Soprano se terminan la temporada que viene, las relaciones entre Gandolfini y los productores de HBO no son buenas en absoluto, y tuvieron juicios y mierdas burocráticas que finalmente se solucionaron con un sueldo estratosférico en favor del actor, y de un contrato de 13 capítulos, los cuales ultimarán la historia de Tony y los suyos.
Lo más curioso de esta serie es que cada temporada va a más, en serio. Si la primera es estupenda, la segunda es arrolladora, y la tercera es magistral, y la cuarta insuperable.
Espero que la tónica siga yendo por el mismo camino.
Y ojo también a la banda sonora que elige personalmente David Chase. Y los putos guiones... madre mía, qué guiones y qué diálogos.
No me extraña que haya actores que han prácticamente suplicado por tener un personaje más o menos importante (otros tan sólo han conseguido pequeñas participaciones), como Robert Patrik, Steve Buscemi, Annete Bening (en una aparición delirante, haciendo de sí misma) y sobre todo Ralph Cifaretto, que ha sido el mejor papel y el mejor personaje de la irregular carrera de Joe Pantoliano.
Tremenda serie, efectivamente.
No miento lo más mínimo si digo que Los Soprano fue la única cosa que he visto en televisión los últimos dos años (quitando alguna hora perdida y aleatoria en la Mtv, o algún informativo cuando pasaba algo gordo...). Nada más.
Por supuesto Los Sopranos es Tony (Dios, me das mucha envidia Nicotin; ¡todavía tienes docenas y docenas de capítulos completamente nuevos por ver!) en un 70%, y el resto en un 30...
Sin embargo, y ésto es algo que se acentúa en las siguientes temporadas, hay cada secundario con un trasfondo que realmente es imposible que pase desapercibido, desde los "capitanes" leales y crueles como Polly o Silvio, pasando por la amistad de Pussy Bonpenciero, o la empanada mental del sobrino; Christopher, personaje que evoluciona hasta límites insospechados ultimada la cuarta temporada, que es hasta donde se ha podido ver.
Los Soprano se terminan la temporada que viene, las relaciones entre Gandolfini y los productores de HBO no son buenas en absoluto, y tuvieron juicios y mierdas burocráticas que finalmente se solucionaron con un sueldo estratosférico en favor del actor, y de un contrato de 13 capítulos, los cuales ultimarán la historia de Tony y los suyos.
Lo más curioso de esta serie es que cada temporada va a más, en serio. Si la primera es estupenda, la segunda es arrolladora, y la tercera es magistral, y la cuarta insuperable.
Espero que la tónica siga yendo por el mismo camino.
Y ojo también a la banda sonora que elige personalmente David Chase. Y los putos guiones... madre mía, qué guiones y qué diálogos.
No me extraña que haya actores que han prácticamente suplicado por tener un personaje más o menos importante (otros tan sólo han conseguido pequeñas participaciones), como Robert Patrik, Steve Buscemi, Annete Bening (en una aparición delirante, haciendo de sí misma) y sobre todo Ralph Cifaretto, que ha sido el mejor papel y el mejor personaje de la irregular carrera de Joe Pantoliano.
Tremenda serie, efectivamente.
Dunkis dijo:
Criadillas es un hombre triste de derechas, quién lo iba a decir.
Criadillas es un hombre triste de derechas, quién lo iba a decir.
- niñosimio
- Ayatolillah
- Mensajes: 986
- Registrado: 20 Mar 2003 14:40
- Ubicación: vivo con tu madre en la calle del pepino
iba a hacer unas apresaciones pero ya las ha hecho peladillas.
a mi Tony soprano me gusta el que más y es evidentemente el personaje protagonista ya que 'Los soprano' no es una serie coral desas que se dicen ahora.
Yo le daría aún más importancia al resto de personajes que como dice peladillas van cogiendo mayor entidad a lo largo que avanza la serie y oxigenan la historia y el personaje de Gandolfini.
grandes personajes como el tío junior que lleva las mismas gaficas que yo
jeje, soy yo
cristopher
paulie
y los maravillosos personajes femeninos:
Livia (que nombre mas bien puesto)
Adriana
Y como no, la consorte de Tony: Carmela
Una magnifica galeria de grandes personajes que hacen de esta serie una maravilla de la televisión, sin duda la mejor serie de producción norteamericana de los ultimos años junto con 'Frasier'
a mi Tony soprano me gusta el que más y es evidentemente el personaje protagonista ya que 'Los soprano' no es una serie coral desas que se dicen ahora.
Yo le daría aún más importancia al resto de personajes que como dice peladillas van cogiendo mayor entidad a lo largo que avanza la serie y oxigenan la historia y el personaje de Gandolfini.
grandes personajes como el tío junior que lleva las mismas gaficas que yo
jeje, soy yo

cristopher

paulie

y los maravillosos personajes femeninos:
Livia (que nombre mas bien puesto)

Adriana

Y como no, la consorte de Tony: Carmela

Una magnifica galeria de grandes personajes que hacen de esta serie una maravilla de la televisión, sin duda la mejor serie de producción norteamericana de los ultimos años junto con 'Frasier'