Un momento deliciosamente inolvidable, que en su día salió en todos los noticiarios y resultó verdaderamente chocante:
Fue cuando en 1992 se organizó una exhibición de "revancha por el título" entre Fischer y su viejo rival Boris Spassky, que suponía la primera ocasión (y ahora ya sabemos que definitivamente la única) en que el genio norteamericano se dignó aparecer para volver a jugar en público desde que ganase la corona en 1972. El match de exhibición se iba a celebrar en Yugoslavia, país sobre el que los EEUU tenían un embargo en aquel momento. El gobierno americano envió una seria advertencia a Fischer para que no jugase en Yugoslavia, amenazándole con muy severas medidas legales (que por desgracia para él, terminarían cumpliéndose).
A "Bobby", ya largamente conocido por sus continuos enfrentamientos con las autoridades ajedrecísticas veinte años atrás, no le hizo ni puta gracia el aviso. Convocó una rueda de prensa cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo:
"...así que aquí está mi réplica a la orden para que no defienda mi título aquí. Esta es mi respuesta".Por desgracia, aquello fue el comienzo de una triste persecución política que ha llevado a Fischer de un país a otro en sus últimos años, radicalizando sus posturas ideológicas hasta el paroxismo y agravando su ya de por sí natural tendencia a la paranoia.
Quien entienda inglés, podrá flipar con la segunda mitad de
este video, fragmento de una entrevista radiofónica del 2001 (sólo hioras después tras los atentados de Al Qaeda) donde dice cosas como
"Fuck United States! Fuck the jews!" (...él ¡era judío!) y que es "una noticia maravillosa".
Aunque no lo parezca, pongo estas cosas como homenaje: puede que se le escuche fuera de sí diciendo semejantes disparates, pero su propio país le jodió por completo la existencia y no debe resultar fácil ser moderado y equilibrado después de algo así. Puede que no tuviese medida de lo que decía, pero desde luego tenía huevos, porque lo había perdido prácticamente todo a causa de defender sus ideas.