Para que luego digan que si el deporte es sano y toda la historia.
Ojo al dato.
El centrocampista del Servette suizo Paulo Diogo sufrió la amputación del dedo anular de su mano izquierda, después de que su anillo de casado se enganchase en el alambre que separa el terreno de juego de la grada. Las ansias por celebrar uno de los goles que su equipo marcó al Schaffhouse le salieron caras.
Que mejor quedarse repanchigá en el sofá haciendo zapping.
Pazita