Cuando, en días de verano como el de hoy en Madrid en los que la temperatura baja diez grados de golpe, el aire se carga con un montón de matices olfativos que disparan automáticamente resortes dormidos del alma. Y uno rememora impresiones, por no llamarlos recuerdos, que no sabría fechar ni ubicar. Es una cosa rara, esta del poder mnemotécnico del olfato, tan vago e impreciso. Le somete a uno a un estado masoquista de melancolía autocomplaciente. Y cuando se fija uno estando en este estado en otros chicos de catorce, dieciséis o veinte años, se pregunta si algún día otra brisa estival les devolverá a ellos estos mismos matices dentro de unos años, una vez que su organismo ande con dificultades para suministrarles las endorfinas, la serotonina, y todas esas sustancias químicas de las que ahora andan sobrados y creen ilimitadas, y se pregunten entonces si es que ese aire ya no sopla con la misma frecuencia que antes. O qué.
Ná, que hoy estoy moñón.
Agosto
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TonyMontana
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Sí, a Ibiza, el día 11. En plan guayón, con las dirty princess que actúan en el Privilege y otros hamigos igualmente guayones.
El problema está en que no me apetece una mierda.
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TonyMontana
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¿Por qué existen tantas palabras para describir estímulos visuales y tan pocas para describir estímulos olfativos?
En nuestra especie, el sentido de la vista está mucho más evolucionado que el resto, y ello es debido, entre otras cosas, a que se procesa en el córtex cerebral, que es la capa más externa, esto es, la última en aparecer en términos evolutivos, y por tanto es la más desarrollada y compleja y es quien controla las funciones cerebrales superiores.
Sin embargo, al olfato le pasa lo contrario: ha tenido escaso desarrollo en nuestra especie y se procesa en capas cerebrales mucho más internas y, por tanto, más «primitivas».
Es por este motivo por el que los estímulos visuales permiten un análisis y clasificación más refinados y complejos, mientras que los estímulos olfativos son más evocadores aunque menos precisos, pues se tratan en partes del cerebro más primarias que procesan la información de una manera más burda.
Piensa en esto cuando estés en Ibiza.
En nuestra especie, el sentido de la vista está mucho más evolucionado que el resto, y ello es debido, entre otras cosas, a que se procesa en el córtex cerebral, que es la capa más externa, esto es, la última en aparecer en términos evolutivos, y por tanto es la más desarrollada y compleja y es quien controla las funciones cerebrales superiores.
Sin embargo, al olfato le pasa lo contrario: ha tenido escaso desarrollo en nuestra especie y se procesa en capas cerebrales mucho más internas y, por tanto, más «primitivas».
Es por este motivo por el que los estímulos visuales permiten un análisis y clasificación más refinados y complejos, mientras que los estímulos olfativos son más evocadores aunque menos precisos, pues se tratan en partes del cerebro más primarias que procesan la información de una manera más burda.
Piensa en esto cuando estés en Ibiza.
Prez escribió:Piensa en esto cuando estés en Ibiza.
Espero no seguir en este estado moñón en Ibiza. Y los olores ibicencos no me traerán recuerdo alguno, espero.
Pero sí, es justamente eso que dices. Hoy he sido víctima (¡una vez más!) de la evocadora imprecisión del sentido del olfato.
Mola mucho más Mallorca. Vente Urdu y te invito a un café.
Parte de mi comitiva va para allá después, pero yo no. Vente tú a Madrid y me restriegas tu fondo de armario.