Re: VOD Reporter!
Publicado: 13 Feb 2018 11:34
Yo era un adicto a las series, profesional del pirateo y maestro en el noble arte de encontrar el subtítulo perfecto, siempre renegando de estos portales porque, si puedo encontrarlo absolutamente todo gratis, por qué voy a pagar por solo una parte. Pagaría gustoso por una tarifa plana de absolutamente todo, pero pagar por servicios incompletos me parecía un puto timo.
Hasta este verano. Primero me eché novia, y con el frenesí inicial, me quedaba poco tiempo para consumir al ritmo de antaño. Luego me mudé a vivir con ella y su hija y cuando la niña se dormía y podían apagarse Lady Bug y Disney Channel, era el poco rato del día en el que la madre y yo teníamos para estar solos, por lo que lo aprovechábamos para hacer cosas más entretenidas. Cuando el impulso inicial se tranquilizó y pude regresar poco a poco a mis viejas aficiones, empecé, aprovechando que la parienta es socia, poniéndome al día con las mierdas de Netflix que otrora hubiese descargado alegremente.
Una vez engullido todo lo que pudiera interesarme de la plataforma, arremangado y dispuesto a volver a acumular contendidos de forma gratuita descubrí con horror que el mundo había cambiado. Piratebay no funciona casi nunca y cuando funciona no encuentro nada. Sus alternativas son, casi siempre afuncionales, ineficaces y torpes. Encontrar una web de descarga directa en la que no te aparezca el mensajito del Avast de "SE HA DETECTADO UNA AMENAZA", es una aventura que ríete tú de Ulises, y cuando la encuentras en la mayoría de los casos o el enlace está roto, o lo que descargas está corrupto, o, si no pagas, descargas a tres Kb por segundo y te lleva una semana y media descargarte el capítulo de una serie en calidad lo más baja posible. La alternativa streaming no es mucho más halagüeña. Si consigues encontrar el enlace a un capítulo que funcione, y consigues arrancar a reproducirlo después de cerrar veintisiete ventanas emergentes, y de ponerlo a pantalla completa después de cerrar veintisiete más, no se te ocurra parar a mitad del capítulo porque las veintisiete ventanas volverán a atacarte a cada clic que hagas sobre la pantalla y corres el riesgo más que probable que cuando intentes reanudar la reproducción el bicho te diga que ha habido un error y tengas que volver a empezar.
Y oye, que aún así veo bastantes cosas además de Netflix, pero reconozco que la comodidad de ver lo que quiera cuando quiera sin tener que librar todas esas batallas poniendo a prueba la resistencia de mi estrés, bien valen los cuatro euros que pagamos a Neflix.
Hasta este verano. Primero me eché novia, y con el frenesí inicial, me quedaba poco tiempo para consumir al ritmo de antaño. Luego me mudé a vivir con ella y su hija y cuando la niña se dormía y podían apagarse Lady Bug y Disney Channel, era el poco rato del día en el que la madre y yo teníamos para estar solos, por lo que lo aprovechábamos para hacer cosas más entretenidas. Cuando el impulso inicial se tranquilizó y pude regresar poco a poco a mis viejas aficiones, empecé, aprovechando que la parienta es socia, poniéndome al día con las mierdas de Netflix que otrora hubiese descargado alegremente.
Una vez engullido todo lo que pudiera interesarme de la plataforma, arremangado y dispuesto a volver a acumular contendidos de forma gratuita descubrí con horror que el mundo había cambiado. Piratebay no funciona casi nunca y cuando funciona no encuentro nada. Sus alternativas son, casi siempre afuncionales, ineficaces y torpes. Encontrar una web de descarga directa en la que no te aparezca el mensajito del Avast de "SE HA DETECTADO UNA AMENAZA", es una aventura que ríete tú de Ulises, y cuando la encuentras en la mayoría de los casos o el enlace está roto, o lo que descargas está corrupto, o, si no pagas, descargas a tres Kb por segundo y te lleva una semana y media descargarte el capítulo de una serie en calidad lo más baja posible. La alternativa streaming no es mucho más halagüeña. Si consigues encontrar el enlace a un capítulo que funcione, y consigues arrancar a reproducirlo después de cerrar veintisiete ventanas emergentes, y de ponerlo a pantalla completa después de cerrar veintisiete más, no se te ocurra parar a mitad del capítulo porque las veintisiete ventanas volverán a atacarte a cada clic que hagas sobre la pantalla y corres el riesgo más que probable que cuando intentes reanudar la reproducción el bicho te diga que ha habido un error y tengas que volver a empezar.
Y oye, que aún así veo bastantes cosas además de Netflix, pero reconozco que la comodidad de ver lo que quiera cuando quiera sin tener que librar todas esas batallas poniendo a prueba la resistencia de mi estrés, bien valen los cuatro euros que pagamos a Neflix.