Chino escribió: ↑26 Oct 2022 11:48
Polina escribió: ↑26 Oct 2022 11:13
Dejémoslo en que da igual estar jodiendo la vida a una persona si recibes placer para ti.
Oc.
Yo nunca he hecho uso de dichos servicios, pero creo entender la postura del cliente habitual, o al menos de cierto sector de clientes habituales.
Partimos de la base de que hay que ponerse en la perspectiva masculina, y quizá eso sea lo que os falte a las que pedís la abolición.
Situémonos: eres Paco, un tipo que nació y creció en un pueblo pequeño de Ávila. La naturaleza no te ha dotado, lamentablemente, de un físico atractivo. Es más, eres bastante feo, joder. ¿Quizá los genes han sido benévolos contigo y al menos te han dado gracia, desparpajo y don de gentes? Pues no, los astros se han alineado para que, además de más feo que una nevera por detrás, seas soso y antipático.
Creces, llegas a la adolescencia, y empiezas a sentir cosquilleos por la Antonia, tu prima de la ciudad que viene de vez en cuando a visitar a la familia al pueblo. En lo más oscuro de las noches de invierno, sacas a pasear tu pequeña pilila (tampoco la naturaleza te ha regalado un miembro digno de enseñar), y te la machacas como un macaco pensando en la vez que pillaste a la Antonia en el baño con la puerta entreabierta cambiándose de ropa.
Las pocas chicas del pueblo te ignoran, para ellas es como si no existieras... Paco el feo antipático que no tiene ni pizca de gracia. Pero Paco se siente solo, las pajuelas pensando en su prima ya no son suficientes, porque se hace mayor. De la adolescencia se pasa a la juventud. Paco ve cómo sus hermanos, amigos y demás familiares de su quinta van echándose novias, salen por ahí con chavalas, se cuentan sus escarceos amorosos, sus primeras veces, esa mamada a dos carrillos que le hicieron al Tomás en el descansillo del soportal de casa de su novia la Josefina.
Paco se deprime, y se pregunta cuándo le va a llegar a él el turno. ¿Será este año? Mientras estudia en su habitación, juega a tirar bolas de papel a una papelera al otro extremo. "Si meto esta, follo este año". La bola pega en el borde de la papelera... y cae fuera. "Vaya, voy a intentarlo otra vez, al mejor de 3". Todas terminan en el suelo.
Paco no folla. No ha follado, ni tiene pensamiento de que vaya a follar en el futuro cercano.
Va a la universidad, pero como Paco es un cerebrito, termina estudiando una carrera técnica en la que el ratio de hombre/mujer es de 8 a 2. Obviamente, el 25% de mujer que le tocaría a él prefiere irse con el guaperas que va en moto a la uni... Paco sigue sin estrenarse, y los años pasan. Empieza a tener la sensación y la angustia de que nunca va a ocurrir, que se va a quedar virgen de por vida.
Pero las hormonas no entienden de fealdad ni de timidez. Ellas quieren desatarse como flores en primavera, le mandan mensajes a su cerebro de que tiene que meter su pequeño miembro en cualquier lugar húmedo, oscuro y cavernoso. Le podría valer el culo de la cabra de su tío, pero tiene ciertas reticencias por el olor.
Al final llegan los 30. Paco sigue virgen. Paco no conoce mujeres, o las que conoce le desprecian, pasan de él, o simplemente "le ven como amigo" (cof cof cof). Así que un día, el amigo Paco decide que ya está bien, que hasta aquí hemos llegado. Rompe la hucha que tenía reservada para el finde a Londres con los colegas, coge dos billets de 50€, busca en internet a la rumana rubia de ojos azules de metro ochenta que jamás podría alcanzar ni aunque naciera diez veces reencarándose... y decide follársela.
30 años de agobio, agonía, depresión, ansiedad, 10 pajas diarias... y por fin termina por conocer lo que es el sexo, lo que otros han podido practicar en su vida normal pero que a él le ha sido vetado, aunque su naturaleza pulsante le llenara el pito de sangre cada hora.
Paco ha recurrido a la prostitución. A la hoguera con Paco.