La energía eólica tiene el inconveniente de ser intermitente y poco predecible. Y ahí se acaban los inconvenientes.
¿Cara o barata? El combustible es gratis, por lo que cuando sopla el viento la eólica vende kwh más baratos que nadie, obligando al resto de tecnologías a bajar los precios ofertados para entrar en el mercado en ese momento.
En el link que ha puesto Rian lo explican detenidamente, pero en esencia, aunque al final el kwh eólico se pague a 7,8c€/kwh por las primas el efecto de arrastre sobre el resto de precios hace que reduzca el precio que pagan los compradores de electricidad. Esto es así por que la demanda es muy inelástica (la demanda de electricidad es poco sensible a los precios) como se puede ver en el gráfico de OMEL.
Según un sesudo estudio de Deloitte, el efecto neto de la eólica fue bajar el precio en 200m€, sin contar las exportaciones y el efecto arrastre en la industria.
La solar.
La solar fotovoltaica fue un boom especulativo que le estallo a Industria en las manos y sería mejor que aquello no hubiera ocurrido. No obstante, en regiones especialmente soleadas y con el petróleo a 100$, ya es competitiva sin primas.
La termosolar es otra historia, tiene el inconveniente del gasto de agua para la refrigeración, pero también se puede refrigerar por aire. El asunto está en que es la tecnología más prometedora y es en la que España ( la andaluza Abengoa mayormente) tiene una posición de líder mundial. No aprovechar eso, sería como volver a dejar de apoyar el autogiro o el subamarino en sus etapas iniciales.
Sobre el precio de la energía eléctrica pasa una cosa y es que las plantas funcionan en su mayoría con gas, carbón y uranio, y la mayor parte de estas materias primas son caras de cojones y su precio hasta la crisis ha subido notablemente. La deuda a las eléctricas ya da para pagar 2 planes E.
http://www.cotizalia.com/cache/2009/02/ ... falta.html
Sobre la nuclear estoy de acuerdo, es más, hay dos centrales (Valdecaballeros y Lemoniz) totalmente construidas, pagadas (más de una vez) por el gobierno y no amortizadas por la brillante idea de incluirlas en la moratoria nuclear.
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