Piratas

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Babylon
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LA PIRATERÍA EN EL CARIBE Y LAS ANTILLAS

Un océano y dos grandes mares interiores rodean el litoral cubano: el 0céano Atlántico por el NE y E, el Golfo de México por el N y NO, y el Caribe o de Las Antillas por el S. Estos dos mares interiores suman de conjunto una extensión de más de 2 700 000 kilómetros cuadrados.
Dos corrientes marítimas atraviesan estos mares interiores. Una ecuatorial, caliente, el famoso Gulf Stream; y otra cálida de menor intensidad y extensión, que se mueve por el Norte de las Grandes Antillas.
Una de las características climatológicas antillanas lo constituye la persistencia de vientos húmedos de mar a tierra. La presencia de pequeños anticiclones locales produce grandes alteraciones en el régimen barométrico, y da lugar a frecuentes huracanes y ciclones cuya violencia ocasiona naufragios y catástrofes a lo largo de la historia meteorológica antillana.
En esta región las estaciones se hallan marcadas, más que por los cambios termométricos, por el régimen de las precipitaciones. Corre una estación seca de noviembre a mayo y otra lluviosa de junio a octubre.
Esta información geográfica es necesaria para situar el marco dentro del cual, durante tres siglos, habrán de sucederse las más memorables hazañas de la historia pirática del mundo. Así la geografía se hace auxiliar de la historia y se comprenden mejor los lugares que fueron asiento y refugio de piratas y filibusteros.

II

En los casi 3 millones de kilómetros cuadrados de superficie acuática que suman los dos grandes mares interiores del trópico americano, emergen más de un millar de islas, islotes y cayos.
Este variado e irregular archipiélago es designado en conjunto con el nombre de Las Antillas. Durante un tiempo fueron conocidas como Indias Occidentales o West Indies.
Se extienden Las Antillas en forma de semicírculo entre los 62 y los 85 grados de longitud Oeste y los 10 y 27 grados de latitud Norte. Desde la desembocadura del Orinoco en Venezuela hasta la península de Yucatán y la Florida, malecones exteriores del Golfo de México.
Hay tres grupos principales de islas en Las Antillas. Uno, formado por pequeñas islas e islotes de origen volcánico, que comprende las islas de San Eustaquio, St. Kits, Nevis, Redonda, Monserrat, Saba, Dominica, Santa. Lucía, San Vicente, Granada y la parte occidental de Guadalupe.
Un segundo grupo comprende islas de mayor extensión, de formación sedimentaria, alterada por movimientos tectónicos arcaicos, en el que se agrupan Cuba, Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud), Santo Domingo, Puerto Rico, Jamaica, Vírgenes, Santa Cruz, Anguila, San Bartolomé, Antigua y la parte oriental de Guadalupe.
El tercer grupo, de formación mucho más reciente, geológicamente hablando, algunas todavía en actividad coralina, comprende el sinnúmero de islas, islotes y cayos de Las Bahamas o Lucayas, y hacia el sur, Barbudas, Anegadas, Sombrero y Barbados.
En general, el archipiélago antillano presenta una tendencia montañosa bien definida, debido probablemente a su formación volcánica más o menos remota, o a los grandes cataclismos tectónicos sufridos a lo largo de su milenaria historia geológica.
Hay algunas desproporciones, como por ejemplo la isla de Saba, que con sólo 13 kilómetros cuadrados de extensión, eleva su más alta cima a más de 840 metros sobre el nivel marino.
El clima antillano es tórrido, pero goza de una refrescante brisa nocturna que sirve de compensación y equilibrio. Es, en general, sano. La mayor parte del archipiélago es rico en aguas.
En los siglos de la piratería, antes que el urgido régimen precapitalista los echara abajo, abundaban los bosques en casi todas estas islas. La vegetación natural era extraordinaria, y crecían de esa manera, la yuca, la papa, el boniato, el maíz, el coco, el zapote, el tamarindo, el aguacate, el mamey, la guayaba, la piña, la fruta bomba, y también el cacao, el algodón y el tabaco.
Sus bosques son ricos en mangle, palo santo, caoba, palo de hierro, ácana y otros maderables.
Durante los siglos de colonización, los españoles irían aclimatando la caña de azúcar, el café, el naranjo, y leguminosas de origen occidental.
La fauna antillana, rica en aves y peces, era pobre en mamíferos, pero los españoles lograron aclimatar una fauna útil y prolífera, tales como la caballar, bovina, cabría, vacuna y porcina, y fue tan abundante, que superó los límites de los hatos y corrales y se hizo cimarrona, dando lugar un siglo después de la conquista, a la aparición del pintoresco grupo caribeño de los bucaneros.
El paisaje antillano, en resumen, en los primeros siglos de la colonización, era variado y brillante, caracterizado por tupidas selvas de altos árboles e inextrincable frondosidad. Habría que distinguir dos tipos de bosques, uno bajo y litoral, formado por manglares, palmeras y cocoteros; y otro alto e interior, donde abundaban especies xerófitas y las hierbas espinosas.
La población aborigen, no tan abundante como cronistas e historiadores exageraron, desapareció desde los primeros decenios de la conquista y colonización.

III

La población de las grandes Antillas estaba formada por araucos, y las menores, por caribes. Ambos pueblos, de baja cultura, estaban supeditados a la caza y la pesca con una industria primitiva incipiente.
Araucos y caribes se hicieron la guerra desde un siglo antes de la llegada de los españoles, y desaparecieron ante el trato a que los sometieron los conquistadores.
Los caribes sobrevivieron durante algún tiempo más, seguramente refugiados en las pequeñas Antillas que el español ignoró y dispensó de sus presiones. Los caribes de las islas Dominica y San Vicente perduraron hasta entrado el siglo XX.
Toda esta población se enfrentó muchas veces a los piratas que infestaban los mares antillanos y algunos de los más connotados murieron en sus manos. Durante mucho tiempo fueron famosos los llamados "caribes negros" de la isla de San Vicente, mestizaje originado por africanos sobrevivientes de un buque negrero naufragado en sus cercanías.
Pero cuando se inician los siglos de la piratería en las Antillas, la población dominante en las islas mayores era española. Las grandes Antillas fueron solar permanente de españoles. Estos tomaron algunos de sus buenos puertos como centros mercantiles.
El oro y las riquezas abundaban en otras tierras americanas, pero en las islas se daban con escasez y demasiado esfuerzo, por ese motivo sólo aquellos que hacían sus negocios en el comercio con las flotas, y las guarniciones que obligatoriamente se establecían para la seguridad de los puertos, permanecían establemente en las cuatro o seis factorías de alguna importancia que sobrevivieron en las Antillas.
Esta condición mercantil, de portazgo de la riqueza indiana, no dejó de tener su importancia. Ciudades como Santo Domingo, La Habana y Santiago de Cuba crecieron al socaire de las actividades mercantiles al paso de las flotas.
Andando el tiempo, al crecer los cultivos del algodón y la caña de azúcar, los colonos irán repoblando las islas de un nuevo pueblo forzosamente importado: el negro africano. La esclavitud vendrá a constituir factor económico del desarrollo de estas islas.

IV

Poco a poco la población antillana irá adquiriendo una nueva conformación. El negro tomará importancia en el Caribe. Surgirá el mulato. Sobrevendrá el negro criollo y el rellollo. Una cultura mulata se inicia en las islas, especialmente en los últimos tiempos de la etapa pirática.
En esos tiempos -siglo XVIII- la población se censa por millares y cientos de millares. Santo Domingo, y especialmente La Habana, se cuentan entre las localidades más pobladas y prósperas del continente americano. Cuentan con universidades y doctores, imprimen periódicos y libros, tienen teatros y plazas de toros. Ya son emporios de la civilización y la cultura.
Los españoles descubrieron en poco tiempo casi todas las islas antillanas. En sus libros de navegación, Cristóbal Colón ya dejó inscritas un gran número de ellas. Las fue bautizando con los nombres más curiosos: el santo del día del descubrimiento, el nombre de la nave, el recuerdo de la lejana ciudad española...
Los españoles las conocieron, bautizaron, las inscribieron en sus libros de navegación, y les volvieron las espaldas, en ocasiones por siglos.
Buena parte de esas islas e islotes no fueron ocupados y permanecieron deshabitados durante siglos, y muchas de ellas serían refugio perfecto de piratas y bucaneros.
Una bula pontificia dice que bajo pena de excomunión ningún país ajeno puede arrebatarlas a la Corona española, pero en Europa hay por entonces potencias nacientes que no creen en excomuniones, y otras que, aunque creen en eso, saben también que el oro dispensa muchos pecados.
Por la época, ya un rey de Francia ironizaba sobre si este Nuevo Mundo se lo había dejado Adán en su testamento al rey de España. Y poco después Francia, Inglaterra y Holanda comienzan a poner sus plantas en el Nuevo Mundo, y por supuesto, también en las Antillas.

V

En 1607 los británicos desembarcan por primera vez en las Antillas. En 1623 pelean con los españoles por San Cristóbal y los franceses los ayudan, pero ambos son desalojados por los hispanos, sin embargo, volverán para apoderarse de Nevis y Monserrat, Guadalupe y Martinica.
Pero en estas nuevas conquistas un enemigo terrible es el caribe que reside allí, que no defienden imperio, sino patria, y asaban a los prisioneros de la misma manera que los bucaneros sus reses.
También hacen su aparición los navíos holandeses, unas veces en corso y otras en aventura. Así, el mundo antillano deja de ser mare nostrum para los españoles.
Las crecientes potencias occidentales comienzan a repartirse pequeñas pero suculentas tajadas. Y en este mar revuelto las ganancias habrán de ser para los aventureros. Así, durante siglos, el Caribe será el mar de la piratería.

http://www.nautica.cu/fijas/pirateria.htm

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Babylon
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La piratería del mar Caribe fue un episodio insólito en la Historia de la humanidad. Sus aventuras han levantado a partes iguales fascinación y horror en los siglos posteriores, hasta el punto de crearse mitos y leyendas muchas veces alejados de la realidad histórica. Cuando estos mitos pasaron a las novelas de aventuras y posteriormente al cine, se creó un nuevo género que, con altibajos, ha fascinado al publico hasta nuestros días.

Espero que este artículo ayude a conocer un poco mejor la realidad histórico que se esconde tras la leyenda sobre la piratería y el corso del Caribe.


Bucaneros, Filibusteros y Corsarios

Uno de los errores más comunes es el mal uso de los términos empleados para referirse a los piratas del Caribe. Pirata, bucanero, filibustero y corsario muchas veces se utilizan como sinónimos cuando en realidad cada uno tiene un origen y un significado distintos. Pirata es un término genérico dedicado a cualquiera que ejercía el pillaje en el mar en cualquier época y lugar; corsario es una versión legalizada del pirata y bucanero y filibustero son términos relacionados exclusivamente con la piratería en América.


Corsarios

A estos marinos se les concedía lo que se denominaba «patente de corso» que les autorizaba en nombre de sus gobernadores o monarcas a asaltar embarcaciones de naciones enemigas (principalmente España, en aquella época) a favor de la nación a la que representaban. En la práctica, es difícil determinar dónde empieza la piratería y dónde termina el corso, puesto que el mismo individuo podía ser considerado corsario por sus compatriotas y pirata por los enemigos. Este es el caso de Francis Drake, el más famoso de los corsarios ingleses, quien llegó a recibir el título de sir en 1581 por parte de la reina Isabel I de Inglaterra. Para los españoles, sin embargo, no pasó de ser un vulgar pirata.


Bucaneros

Así se llamó a los colonos, de diversas nacionalidades pero mayoritariamente franceses y en menor número ingleses, que a partir de 1605 se asentaron en la región nor-occidental de la Española y se dedicaban a la caza en la isla y a la venta de contrabando de la carne ahumada en el bucan, una parrilla de troncos verdes. Esta carne era muy apreciada como provisión para los barcos del Caribe por su buena conservación.

Los bucaneros fueron expulsados por los españoles de la isla lo que provocó que se unieran y se replegaran en Isla Tortuga, al norte de la Española. Al darse cuenta de que los españoles no estaban dispuestos a dejarles ejercer el contrabando, decidieron buscar un negocio más lucrativo: la piratería.
Lentamente durante veinte años los bucaneros fueron siendo asimilados por sus herederos más organizados, los filibusteros.


Filibusteros

El origen de la palabra es dudoso pudiendo ser francés (flibustier), inglés (free booter) u holandés (vrij buiter, el que captura el botín; o vrie boat por las embarcaciones ligeras que utilizaban, filibotes en español y fly boot en inglés). Los filibusteros actuaron en el mar de las Antillas durante buena parte del siglo XVII. Por norma general provenían de Inglaterra, Francia y Holanda. Su principal base de operaciones fue la isla de la Tortuga, al norte de la Española, lugar donde se formó la conocida Cofradía de los Hermanos de la Costa: una organización libertaria de filibusteros. Sus aventuras fueron contadas por el holandés Alexandre Esquelemin en su obra «Bucaneros de América» cuya portada inglesa del año 1684 .

Más tarde, tras la conquista de Jamaica por los ingleses, los filibusteros de esa nacionalidad empezaron a ocupar la isla bajo la tutela de las autoridades inglesas, lo que convirtió a Jamaica junto a Isla Tortuga en una base filibustera. En los siguientes años, los filibusteros ejercieron de corsarios en numerosas ocasiones en beneficio de Francia e Inglaterra, y poco a poco Tortuga y Jamaica se fueron convirtiendo en colonias de estos países respectivamente. A las naciones europeas, una vez que consiguieron romper el monopolio español sobre América, ya no les interesaba propiciar el incontrolable fenómeno de la piratería, por lo que finalmente, y tras varias estrategias, consiguieron acabar con los filibusteros, convirtiendolos en honorables colonos.

Uno de los filibusteros más famosos fue el galés Henry Morgan cuya hazaña más exitosa fue el asalto a Panamá en 1671.

http://capitaine_rouge.en.eresmas.com/info/historia.html

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Babylon
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Mensaje por Babylon »

El tráfico de cocaína por vía marítima entre las costas continentales
colombianas del Caribe y el golfo de México ha despertado una ola de
piratería en aguas de Nicaragua y Honduras que ha dejado en el último
año decenas de muertos en alta mar e incalculables desaparecidos.
También ha provocado súbitas caídas en los precios de la droga en
Estados Unidos cuando los asaltantes le venden su botín a mitad de
precio a los proveedores callejeros.

Centenares de toneladas de la droga que se consume en las ciudades
estadounidenses actualmente viajan hasta el estado de la Florida ó
variados puertos caribeños de México a bordo de lanchas rápidas de
fabricación colombiana que el pescador artesanal colombiano Randolf
Hudsson describe como "ataúdes flotantes".

Estas lanchas, fabricadas con fibra de vidrio en Colombia, suelen
llevar cada una hasta 2.000 kilogramos de cocaína y tres tripulantes
que navegan a la intemperie durante tres días continuos, con breves
escalas a mitad de camino y en mar abierto para reabastecer
combustible en medio de aguas infestadas de forajidos que los
rastrean.

Los navegantes carecen de mayor movilidad durante las travesías. El
espacio disponible lo ocupan la cocaína y los tanques de gasolina
adicionales para tres motores de 200 caballos de fuerza cada uno.

Conocidas como "voladoras", son el plato preferido de los piratas que
las interceptan, matan a los tripulantes, sacan la droga y continúan
la travesía que llevaban sus víctimas pero también suelen ser
atracados y muertos por otros salteadores que consiguen, a la postre,
llegar a los puertos de destino.

Fabio Huffington, alcalde de la isla colombiana Old Providence,
situada frente a las costas de Nicaragua, tiene una cuenta de 40
hombres de su comunidad desaparecidos. Sospecha que cedieron a la
tentación de proveerles clandestinamente combustible a las "voladoras"
en mar abierto o de conducir algunas de ellas hasta el Golfo de México
pero fueron asesinados por los piratas, naufragaron, o cayeron presos
en algunos de los países que es preciso transitar a lo largo de la
ruta.

"A veces no son apresados ni asaltados por los piratas sino que las
lanchas se parten por los golpes que sufren saltando olas a una
velocidad constante de 50 kilómetros por hora", explicó el capitán de
policía Oscar Echeverry.

La coronel Gloria Quintero, comandante de policía del archipiélago de
San Andrés, al que pertenece Old Providence, desde hace cuatro meses
ha agudizado el control de la venta de combustibles en las islas y
enjuiciado a nativos que intentaron zarpar con provisiones desmedidas
de gasolina.

Quintero reveló a El Nuevo Herald que ha crecido el hallazgo de
"voladoras" a la deriva, sin tripulantes y con señales claras que
fueron saqueadas las bodegas de cocaína con la que habían zarpado de
las costas continentales.

El pescador artesanal de Old Providence Gonzalo Housmi, dijo a El
Nuevo Herald que los narcotraficantes de un tiempo para acá contactan
a los nativos del archipiélago para que les suministren combustible en
alta mar a estas barcas de la droga que fluyen cada vez con mayor
frecuencia y pagan la mercancía a precios hasta 20 veces más altos del
que rige en las gasolineras colombianas.

El almirante Fernando Quintero Alzate, comandante militar del
archipiélago, cuya base de operaciones se encuentra en San Andrés (con
unos 50 mil habitantes), la isla capital, explicó que los 205 mil
kilómetros cuadrados de mar territorial bajo su jurisdicción son
vigilados con un radar estratégico de cobertura completa, compartido
con Estados Unidos.

La vigilancia electrónica está integrada a un sistema de patrullajes
que incluye una fragata colombiana. Estos controles, sin embargo,
tratan de ser burlados transitando por aguas nicaragüenses y
hondureñas, cuyos sistemas de guardacostas carecen de embarcaciones
apropiadas y el paso de las "voladoras" suele ser detectado primero
por los piratas.

Quintero sospecha que la paz de las islas podría quebrarse en la
medida que los nativos se afiancen en el comercio de la cocaína.
Explica que de un tiempo para acá algunas noches han sido alborotadas
con delatores festejos populares que, de acuerdo con confidentes
nativos, fueron ofrecidos para conmemorar las culminación exitosa de
alguna "voladora" que logró sortear a los piratas y a los guardacostas
y llegar a puerto en México bajo la experta conducción de un isleño.

El pasado ocho de abril, la coronel Quintero explicó a El Nuevo Herald
que la paz de las islas estaba respaldada en estadísticas sin un solo
homicidio anotado. Pero en la madrugada siguiente, el comandante de
Old Providence, teniente Andrés Bello, mato al pescador Lee Robinson,
de 33 años, cuando supuestamente se disponía a zarpar disimuladamente
con un cargamento de gasolina para aprovisionar en mar abierto a una
"voladora".

Fue la primera vez que un isleño murió a manos de una autoridad en
cientos de años de historia y las honras fúnebres congregaron a cerca
de 600 de los 4.500 habitantes de la isla. Los oficios religiosos
estuvieron a cargo del sacerdote católico Benito Huffington, con una
intervención especial del pastor Ovidio Howard, del Templo Bautista
Central.

Un oficial de los servicios de guardacostas, reveló que la profusión
de desaparecidos también ocurre entre pescadores y navegantes de las
costas continentales colombianas sobre el Caribe y el Pacífico
también, donde existen otras rutas hacia México llenas de piratas
centroamericanos.

"Cualquier drogadicto de Nueva York desconoce que un gramo de cocaína
que compra en la calle puede tener una historia de piratería con, qué
se yo, seis muertos en dos asaltos", dijo el oficial.

http://groups.google.es/groups?selm=nlsrdukivvivqnp4aqr8p78ft3f0katafn%404ax.com&output=gplain

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Mensaje por Babylon »

Piratas célebres

"En un trabajo honrado lo corriente
es trabajar mucho y ganar poco:
la vida del pirata, en cambio,
es plenitud y saciedad, placer y fortuna,
libertad y además poder"

Bartholomew Roberts


Bartholomew Roberts (Gales 1682-1722):

Su verdadero nombre era John Roberts y fue conocido como "Black Bart". Fue uno de los piratas de más éxito. Era alto, bien parecido y vestía elegantemente . En junio de 1719 el barco en que viajaba fue capturado en Gahna por Howell Davis, a quien se unió y a quien sucedió por elección como capitán cuando Davis cayó muerto por el gobernador de isla Príncipe. En 1720 capturó al gobernador de Martinica y lo colgó del mástil. La bandera que eligió lo muestra vengándose de las islas de Barbados y Martinica (con un pie sobre el cráneo del gobernador de Barbabados y con el otro pie sobre el de Martinica). Su carrera duró cuatro años y terminó por un balazo que recibió de un soldado inglés en el cuello el 10 de febrero de 1722. Su tripulación arrojó su cuerpo al mar antes de rendirse para impedir que cayera en manos de los británicos.
Imagen


Edward Teach "Blackbeard" (Barbanegra), (Bristol 1680 - 1718):

Fue quizás el más famoso de los piratas. Su verdadero nombre era Edward Drummond y usaba el nombre de Edward Teach antes de dedicarse a la piratería. Su barco "Queen Anne´s Revenge" fue tomado a los franceses. Llevaba una enorme barba negra adornada con cintas. Antes de una batalla ató mechas lentas a su sombrero que dejaban una estela de humo negro, con el fin de aterrorizar a sus enemigos. Trataba a los prisioneros salvajemente. Su actividad duró solamente dos años. En 1718 el gobernador de Virginia ofreció una recompensa por él vivo o muerto. El teniente Robert Maynard de la Royal Navy, lo persiguió con dos barcos y lucharon mano a mano sobre cubierta. Murió con veinte heridas de machete y cinco disparos de pistola. Maynard le cortó la cabeza, la colgó en su barco y regresó a por la recompensa.

Imagen

[...]
http://personal.telefonica.terra.es/web/davipiratas/acelebresdef.htm

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Sr. Taimado
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Mensaje por Sr. Taimado »

Sr. Babylon, con este homenaje acaba usted de reavivar lo que hacía tiempo había dejado. Gracias. No sabe cuanto.

Parece que entre usted y el chico de la pantera cocainómana me están dando una buena noche.

Un saludo.

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