pH, más que hamor, frensi.

EEUU, país de oportunidades ( oportunidades para hacer el cafre se entiende) concede los (Premios Stella a las sentencias más ridículas y absurdas. El sistema de justicia en ocasiones aplica la Ley de modo cuanto menos pintoresco:

La tal Stella que da nombre al premio es una señorita que a la edad de 79 años, sufrió un accidente en un McDonalds al caérsele por encima el café que le produjo quemaduras graves; fue indemnizada con 2.9 millones de dólares. Desde entonces, en las tazas de café se advierte de que el contenido está muy caliente y del peligro de quemarse.

Y desde el génesis al día de hoy, las sentencias finalistas son:

3º POSICION: Wanda Hudson, 44 años, de Mobile (Alabama). Después de que Hudson perdiera su casa por impago de hipoteca, llevó todas sus pertenencias a un almacén alquilado. Según ella, estaba una noche en su almacén “buscando unos papeles” cuando el propietario pasó por allí, halló la puerta entreabierta y la cerró. Huson niega que estuviera durmiendo en ese momento, pero incomprensiblemente no pidió ayuda ni golpeó la puerta para que la oyeran. Hudson permaneció en el almacén durante 63 días, y sobrevivió a duras penas: de los 80 kilos que pesaba al principio, pasó a tener 43 en el momento en que la encontraron. Luego denunció al dueño del almacén por negligencia y le exigió 10 millones de dólares. Aunque al jurado no se le permitió averiguar que los psiquiatras habían diagnosticado tiempo atrás que Hudson sufría problemas mentales, tuvo la sangre fría de fallar que Hudson era 99% responsable de su propia desgracia: así que sólo la recompensó con 100.000 dólares.

2º POSICION: Doug Baker, 45 años, de Portland (Oregón). Baker dice que Dios “guió sus pasos” hasta un perro extraviado. Admite que “la gente pensaba que yo estaba loco” por gastar 4.000 dólares en veterinarios para curar al pobre animal, pero ¡eh, era el perro de Dios! Pero 4.0000 dólares no son nada: ni siquiera podía llevar a su novia a cenar sin contratar a una canguro de perros que cuidara al can en su ausencia. Cuando el desagradecido perro se escapó de la canguro, Baker no puso un simple anuncio en el periódico, sino que contrató una página entera para poder incluir una foto. Su negocio quebró puesto que él dedicaba todo su tiempo a buscar al perro. Ni siquiera propuso matrimonio a su novia, puesto que quería que fuese el perro quien llevase el anillo de pedida ante ella. Contrató cuatro “telépatas animales” para que detectaran al perro por sus pensamientos, e incluso a una bruja para que lanzara hechizos. Baker regó todas las inmediaciones de su casa con su propia orina, a fin de “marcar su territorio” y hacer que el perrro encontrara el camino a casa. Y, según dijo, lloraba todos los días. Tras dos meses de búsqueda, se puso a buscar al perro en el lugar exacto donde este se había perdido… y lo encontró inmediatamente. Lo primero que hizo fue poner una correa al animal (no lo había hecho antes porque el perro era “valiosísimo”). Lo segundo fue demandar a la canguro, a la que exigió 20.000 dólares por el coste de la búsqueda, 30.000 por los ingresos que había perdido tras la quiebra de su negocio, 10.000 por “la pérdida temporal de un objeto de extremado valor sentimental”, y 100.000 en concepto de “daños emocionales”. En total, 160.000 dólares que se embolsó ricamente. Dios no fue nombrado como abogado defensor.

Y EL GANADOR DE LOS PREMIOS STELLA 2003: la ciudad de Madera (California). Una oficial de policía de esta ciudad, Marcy Noriega, llevaba en la parte trasera de su coche patrulla a un sospechoso de provocar una pequeña pelea. Cuando el sospechoso, que estaba esposado, empezó a dar patadas a las ventanas del coche, Noriega decidió tranquilizarlo con su Taser, una pistola que lanza una pequeña descarga eléctrica para atontar a una persona. Sin embargo, en vez de sacar la Taser, que llevaba en un bolsillo de la chaqueta, sacó su pistola reglamentaria del cinturón y disparó al hombre en el pecho, con lo que le mató al instante. No obstante, la ciudad dijo que la muerte no fue culpa de la policía, puesto que “cualquier policía razonable” podía “coger y disparar por equivocación un arma de fuego en vez de una Taser”, y lo que hizo fue demandar a la empresa Taser, exigiendo que sea ella la que pague cualquier reclamación que presente la familia del fallecido.

Estos americanos están locos, locos.

Y EL GANADOR DE LOS PREMIOS STELLA 2003: la ciudad de Madera (California). Una oficial de policía de esta ciudad, Marcy Noriega, llevaba en la parte trasera de su coche patrulla a un sospechoso de provocar una pequeña pelea. Cuando el sospechoso, que estaba esposado, empezó a dar patadas a las ventanas del coche, Noriega decidió tranquilizarlo con su Taser, una pistola que lanza una pequeña descarga eléctrica para atontar a una persona. Sin embargo, en vez de sacar la Taser, que llevaba en un bolsillo de la chaqueta, sacó su pistola reglamentaria del cinturón y disparó al hombre en el pecho, con lo que le mató al instante. No obstante, la ciudad dijo que la muerte no fue culpa de la policía, puesto que “cualquier policía razonable” podía “coger y disparar por equivocación un arma de fuego en vez de una Taser”, y lo que hizo fue demandar a la empresa Taser, exigiendo que sea ella la que pague cualquier reclamación que presente la familia del fallecido.

NORNA escribió:La tal Stella que da nombre al premio es una señorita que a la edad de 79 años, sufrió un accidente en un McDonalds al caérsele por encima el café que le produjo quemaduras graves; fue indemnizada con 2.9 millones de dólares. Desde entonces, en las tazas de café se advierte de que el contenido está muy caliente y del peligro de quemarse.

Palahniuk escribió:Tiene que ver con esto porque hay gente que se quemo con el cafe de un McDonalds y los denuncio,ganando bastante.Desde enyonces,los vasos llevan una advertencia:el liquido que contiene puede estar caliente...