valla valla
Publicado: 20 Sep 2005 14:37
http://www.elperiodico.com/default.asp? ... 1&h=050920
copypaste pa cuando se joda y/o no-registrados:
Desterrada por la valla
• La alambrada de Melilla dejó aislada en el lado marroquí la vivienda de una familia española
• "Cada vez que voy a casa tengo que enseñar los papeles", dice el dueño
jeje,
ANTONIO BAQUERO
MARIUARI / ENVIADO ESPECIAL
La alambrada le sacó de España. En 1999, Miguel Ángel Fernández vio cómo la doble valla de tres metros que construyó el Gobierno para frenar la llegada de inmigrantes subsaharianos pasaba justo delante de su vivienda, dejándola en zona marroquí y separándola para siempre del territorio español.
"La Delegación de Gobierno me dijo que no querían saber nada de mi caso porque consideraban que mi casa estaba en territorio de Marruecos", relata. Y recuerda el día en que policías antidisturbios se desplegaron ante su casa, llamada Villa Los Abuelos, mientras los operarios levantaban la valla.
Estudio topográfico
"De pronto me dejaron con mi familia en Marruecos, donde no teníamos documentos de residencia. Éramos como sin papeles", recuerda. Este hombre de negocios inició entonces una batalla legal para conseguir, al menos, un derecho de paso por la alambrada.
Encargó un estudio topográfico que determinó que, de los 1.800 metros cuadrados que tiene esa villa, los 300 metros frontales son territorio español. Con esos argumentos, consiguió que se construyera, pegada a la valla, una pista también vallada que conduce a su casa desde el paso fronterizo y que sólo pueden usar él y su familia.
"La valla me cambió la vida. Cada vez que quiero ir a mi casa tengo que pasar la frontera y enseñarle mi documentación a un policía y a un guardia civil", comenta. Para que su hija pueda ir a la escuela vive en Melilla, aunque regresa a Los Abuelos todos los fines de semana.
Espino en la terraza
El acceso a su casa es asfixiante. La alambrada se levanta a un metro de la entrada y el alambre de espino invade su terraza. Aunque podría buscarse otra vivienda, Miguel Ángel Hernández no quiere. "No me voy --sentencia-- porque mi padre levantó la casa en 1947 y porque aquí he pasado los mejores años de mi vida. De niño fui feliz jugando con mis amigos marroquís. Todo era distinto. Era un mundo sin alambradas".
Miguel Ángel se ha convertido en un líder para sus vecinos, todos marroquís muy pobres que viven junto a la frontera. Él encabeza la protesta vecinal para que España reabra el puesto fronterizo de Mariuari, cerrado por seguridad tras los atentados de Casablanca de mayo de 2003.
Barrio empobrecido
Desde entonces, sólo los escolares marroquís que estudian en Melilla pueden pasar por ese puesto fronterizo. "Con ese cierre han arruinado Mariuari", denuncia Hernández. "Este barrio --explica-- vivía del comercio con la gente de Melilla. Ahora las tiendas se han hundido".
Los vecinos, todos ellos marroquís que hablan con acento andaluz, asienten a las palabras de Miguel, al que llaman el Barbas. Ellos, además, están en plena trinchera de la lucha que cada noche enfrenta a los subsaharianos que quieren saltar la alambrada con los guardias civiles y los agentes marroquís. "Aquí --dice Hamed, un anciano-- no hay quien duerma. Cada noche hay saltos, gritos, disparos de fogueo... Parecen las fallas".
Ninguno habla mal de los africanos. "Nunca han entrado a robar ni ha habido agresiones", dice Hamed, que recuerda: "Antes, los guardias españoles venían a Mariuari y Rostrogordo a entrenar el tiro al blanco. Ahora, cada noche, hacen el tiro al negro". No lo dice con sorna.
Hamed no hace ese comentario con sorna. Muy serio, asegura que una de las balas de goma que disparan los guardias casi le da a un vecino. "Estamos preocupados porque esas bolas, si te pegan de cerca, te pueden matar".
copypaste pa cuando se joda y/o no-registrados:
Desterrada por la valla
• La alambrada de Melilla dejó aislada en el lado marroquí la vivienda de una familia española
• "Cada vez que voy a casa tengo que enseñar los papeles", dice el dueño
jeje,
ANTONIO BAQUERO
MARIUARI / ENVIADO ESPECIAL
La alambrada le sacó de España. En 1999, Miguel Ángel Fernández vio cómo la doble valla de tres metros que construyó el Gobierno para frenar la llegada de inmigrantes subsaharianos pasaba justo delante de su vivienda, dejándola en zona marroquí y separándola para siempre del territorio español.
"La Delegación de Gobierno me dijo que no querían saber nada de mi caso porque consideraban que mi casa estaba en territorio de Marruecos", relata. Y recuerda el día en que policías antidisturbios se desplegaron ante su casa, llamada Villa Los Abuelos, mientras los operarios levantaban la valla.
Estudio topográfico
"De pronto me dejaron con mi familia en Marruecos, donde no teníamos documentos de residencia. Éramos como sin papeles", recuerda. Este hombre de negocios inició entonces una batalla legal para conseguir, al menos, un derecho de paso por la alambrada.
Encargó un estudio topográfico que determinó que, de los 1.800 metros cuadrados que tiene esa villa, los 300 metros frontales son territorio español. Con esos argumentos, consiguió que se construyera, pegada a la valla, una pista también vallada que conduce a su casa desde el paso fronterizo y que sólo pueden usar él y su familia.
"La valla me cambió la vida. Cada vez que quiero ir a mi casa tengo que pasar la frontera y enseñarle mi documentación a un policía y a un guardia civil", comenta. Para que su hija pueda ir a la escuela vive en Melilla, aunque regresa a Los Abuelos todos los fines de semana.
Espino en la terraza
El acceso a su casa es asfixiante. La alambrada se levanta a un metro de la entrada y el alambre de espino invade su terraza. Aunque podría buscarse otra vivienda, Miguel Ángel Hernández no quiere. "No me voy --sentencia-- porque mi padre levantó la casa en 1947 y porque aquí he pasado los mejores años de mi vida. De niño fui feliz jugando con mis amigos marroquís. Todo era distinto. Era un mundo sin alambradas".
Miguel Ángel se ha convertido en un líder para sus vecinos, todos marroquís muy pobres que viven junto a la frontera. Él encabeza la protesta vecinal para que España reabra el puesto fronterizo de Mariuari, cerrado por seguridad tras los atentados de Casablanca de mayo de 2003.
Barrio empobrecido
Desde entonces, sólo los escolares marroquís que estudian en Melilla pueden pasar por ese puesto fronterizo. "Con ese cierre han arruinado Mariuari", denuncia Hernández. "Este barrio --explica-- vivía del comercio con la gente de Melilla. Ahora las tiendas se han hundido".
Los vecinos, todos ellos marroquís que hablan con acento andaluz, asienten a las palabras de Miguel, al que llaman el Barbas. Ellos, además, están en plena trinchera de la lucha que cada noche enfrenta a los subsaharianos que quieren saltar la alambrada con los guardias civiles y los agentes marroquís. "Aquí --dice Hamed, un anciano-- no hay quien duerma. Cada noche hay saltos, gritos, disparos de fogueo... Parecen las fallas".
Ninguno habla mal de los africanos. "Nunca han entrado a robar ni ha habido agresiones", dice Hamed, que recuerda: "Antes, los guardias españoles venían a Mariuari y Rostrogordo a entrenar el tiro al blanco. Ahora, cada noche, hacen el tiro al negro". No lo dice con sorna.
Hamed no hace ese comentario con sorna. Muy serio, asegura que una de las balas de goma que disparan los guardias casi le da a un vecino. "Estamos preocupados porque esas bolas, si te pegan de cerca, te pueden matar".