¿Quien es este tipo? escribió:Ya, eso ya, pero a lo que voy. ¿Si se tiene que acabar ahora la liga?
Joder, algo pondrá en el reglamento, ¿no?
No entiendo lo de que se acabe la liga ahora. ¿Algo en plan guerra que no permita seguir? Ni idea, igual en casos de fuerza mayor se cancela la competición y au, o tiran de la clasificación del momento, en cuyo caso, seguiría tal cual. El particular me parece algo absurdo mirarlo si solo se ha jugado un partido.
Los vlog de Inda son la risión. Ah, por cierto, el otro día dijo algo tal que asín:
En las manos de Manuel Pellegrini depositaron hace ocho meses la mayor cantidad de talento por metro cuadrado jamás vista en este negocio. Doscientos cincuenta millones de euros, que vienen a ser 42.000 kilos de pelas de las de toda la vida, que se resumen en CR9, Kaká, Benzema, Xabi Alonso, Arbeloa, Albiol y Granero. O sea, media lista del FIFA World Player y media del catálogo de proyectos de Balón de Oro. La cosa pintaba no bien, requetebién. Nadie le exigía al hasta entonces reputado entrenador chileno que imitase a Pep Guardiola a las primeras de cambio por una sencilla razón: si muchas veces no se logra hacer un equipo en un lustro, ¿cómo le iban a reclamar resultados para ayer o anteayer en lo que hubiera constituido un planteamiento no sé si alocado, ilógico, suicida o las tres cosas a la vez?
El proyecto pellegriniano era digo era porque me temo que más allá del 30-J no será un proyecto a varios años vista. Consistía en forjar un equipo el primer año cruzando los dedos para que sonase la flauta. El objetivo minimalista era plantarse en semifinales de la Copa de Europa, luchar a cara de perro por la Liga con el intratable Barça y evitar el acabose que supuso un año antes caer en dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante un Segunda B llamado Real Unión. Que llegaba la excelencia, pues maravilloso. Que no, pues que al menos el equipo diera la sensación de ser un tiro a medio o largo plazo luchando con dignidad en los tres frentes. De cien veces el Real Madrid puede caer dos o tres con el Alcorcón pero lo que jamás se le puede consentir es hacerlo inmerso en el más soberano de los ridículos. Tres cuartos de lo mismo cabe afirmar de una Champions League en la que a los toros blancos el presidente de la plaza ya les habían dado tres avisos en la corrida de Lyon.
Primera conclusión: la cuestión no es tanto el qué, la eliminación en la Copa del Rey y la abrupta salida del carril de La Décima, como el cómo. El chileno se fumó un puro ante los locos de turno que advertimos cual Churchills peloteros del peligro de la rotacionitis, del sinsentido de la castración de las bandas y de una preparación física que no deja mucho que desear por la sencilla razón de que es inempeorable. Como quiera que El Ingeniero es un buen hombre y cae bien, nos dijeron de todo y por su orden olvidando que a un míster merengue se le exigen títulos, no un expediente moral impoluto o que sea poco menos que San Francisco de Asís redivivo. Tras Alcorcón un servidor y en menor medida el normalmente bien informado José Ramón de la Morena alertamos editorialmente del peligro que se corría de echar a perder toda la temporada si no se corregía la equivocación a tiempo… que aún se estaba a tiempo de corregirla. Prediqué en el desierto y pasó lo que pasó en ese Waterloo en el que, contrariando al original, ganaron los franceses pasándose por el arco del triunfo todos las apuestas habidas y por haber. Waterloo que, ojo al dato, tuvo lugar el mismo día y a la misma hora que el del año pasado en Liverpool: el de 10-M.
No seré tan cruel como aquél que describió el experimento con una frase tan certera como demoledora: “Nunca se puso tanto talento en manos de tan poco”. Pero nadie en su sano juicio podrá discutirme que el míster paulnewmanesco retornará como mucho tres talentos en la misma mano en la que había recibido diez. Que no me acusen de ventajista: nada me hubiera gustado más que la historia me hubiera condenado a mí y le hubiera absuelto a él. ¿Saben por qué? Porque hubiéramos vendido periódicos como rosquillas. Su éxito, como le apunté al sabio de Las Parejas, es mi éxito.
¿Y ahora qué? Ahora sólo queda poner en práctica ese sentido común que, visto lo visto, debe ser el menos común de los sentidos. Hasta Perogrullo coincidiría conmigo en que a la mejor plantilla del mundo la tiene que preparar el mejor entrenador del mundo o, como mínimo, uno de los cinco o seis grandes. Uséase: Mourinho, Ancelotti, Benítez, Wenger, Capello y pare usted de contar. Todo lo que sea salirse de ese cortijo es jugar con fuego. ¿Y qué ocurre cuando estás todo el día dándole que te pego al mechero? Pues que antes o después sufres las consecuencias. Y, claro, no es cuestión de terminar abrasado otro año más.
PD. Juro por mi honor que es lo último que digo del caso banquillo hasta el 17 de mayo salvo nueva catástrofe. Que no es cosa que los necios de turno o los jetas de guardia me acusen de desestabilizar a la plantilla o de perder la Liga por mi culpa. Ya se sabe que la culpa es siempre del mensaka.
¿Tan fácil era sacarse periodismo en sus días?