Re: Pedalea, pedalea
Publicado: 27 Feb 2022 13:15
Tenía ya muchas ganas de que llegara la Omloop Het Nieuwsblad y con ella la apertura de las grandes pruebas ciclistas, porque la vuelta a Andalucía, a Algarve o a Ruanda no pueden considerarse tal cosa. Es una clásica carrera belga, con frío, adoquines y sus muurs, partiendo de la muy bonita Gante y terminando en Ninove, ambas localidades en Flandes, la región donde el ciclismo es religión.
La participación prometía, siendo el máximo favorito Wout Van Aert, corriendo con el maillot de campeón belga, pero sin olvidar a previos ganadores de la prueba como Stybar, Stuyven o Van Avarmaet, además de otros ciclistas de categoría como Campanaerts o los italianos Trentin y Colbrelli.
La carrera transcurrió sin mayores sorpresas durante la mayor parte de la misma, hasta más o menos el momento en el que empezó la señal televisiva, qué casualidad. Un grupo de mindundis formaba la escapada del día y llegaron a coger ocho minutos de ventaja, no porque apretaran mucho si no porque el pelotón iba al ralentí. Cuando Jumbo y Quick Step se pusieron a tirar fuerte del mismo no hubo siquiera un amago de lucha por parte de la escapada.
En una de las múltiples colinas se seleccionó un grupo de favoritos y el local Tiesj Benoot (nacido en Gante), del Jumbo, compañero de Van Aert, lanzó un ataque que lo puso líder a unos 20 kms de ventaja. El pelotón andaba a medio minuto y entre ambos el grupo de los más fuertes, entre ellos favoritos como Colbrelli, Campenaerts (que después de un muy accidentado día con constantes problemas logró alcanzar el grupo puntero), Naesen, Pidcock, Trentin, Van Avarmaet...
Benoot llegó a los pies del Kapelmuur, la colina más dura del día a 16 kms de meta, con unos 10 segundos de ventaja sobre un grupo perseguidor que se hacía el remolón, seguramente muy a disgusto ante la perspectiva de llevar en volandas a Van Aert a un sprint donde es a priori el más fuerte. Al empezar la colina sin embargo el corredor de Gante se vino abajo y los demás se vinieron arriba, el que más Van Aert, que sobrepasó a su compañero y se puso a tirar de un grupo muy estirado de unos veinte corredores. Pronto uno de los corredores al que se vio con más ganas, Victor Campenaerts, lanzó un ataque alucinante teniendo en cuenta que se había pasado los anteriores 190 kms esprintando para volver al grupo tras múltiples problemas técnicos y embudos. Es otro corredor local y sin duda tenía marcada esta carrera como uno de sus grandes objetivos. Su ataque no llegó a nada ya que inmediatamente siguió un ataque brutal de Van Aert, y el único que intentó coger su rueda fue de nuevo Campenaerts, sin éxito pero con el agradecimiento de los dioses del ciclismo, que espero algún día le recompensen por sus sacrificios en Flandes este fin de semana.
El ataque del campeón belga llegó a las adoquinadas faldas de la última colina del día, el Bosberg, que empieza con una pendiente suave (aunque adoquinada) y termina con un tramo del 11% (y adoquinado). Ahí demostró su superioridad y ya fue una carrera por el puesto en el podio para los demás, tal era la superioriedad de Van Aert y la impotencia de los perseguidores que, aunque cooperaron bien en la persecución al principio, ver que no recortaban la distancia los desmoralizó y el grupo como tal dejó de existir entre peleas internas, dejando al belga enfrente, tan cerca pero tan lejos, durante once durísimos kilómetros, su cara descompuesta por el sufrimiento, y logrando su primera victoria del año, la primera gran carrera de 2022, ante su gente y en el mejor escenario que pueda ofrecer el ciclismo, Flandes.
Me recordó a una de las grandes victorias de Sagan tanto en las formas como en la sospecha de que no confía en su sprint del mismo modo que no lo hacía el eslovaco pese a ser ambos posiblemente los mejores sprinters en pruebas de un día en sus respectivas épocas (y duele decir que la de Sagan ya es pretérita pero así es, por cierto también tomó la salida pero terminó 98º a casi seis minutos). Van Aert perdió dos grandes carreras en el sprint el año pasado, Milán-Sanremo y la Flecha Bravante (ante Pidcock, uno de los que estaba en su mismo grupo), y no quiso correr el riesgo esta vez. Le ha salido muy bien pero cuidado con confiar en poder vencer a un grupo de 20 ciclistas durante diez kilómetros a menudo.
El podio lo completaron el sospechosísimo Sonny Colbrelli, que estuvo a tope durante toda la temporada pasada y empieza ya a tope el 2022, y el enorme Van Avarmaet en lo que debe de ser uno de sus últimos cantos de cisne, ojalá me equivoque.
No es la gran prueba que esperaba, quería más ataques y más variables, pero Jumbo ha sabido jugar sus cartas, Quick Step ha estado muy mal en toda la prueba, y los demás estaban a ver qué hacían estos dos superequipos. La superiridad de Van Aert ha terminado por hacer la carrera un poco decepcionante, pero es junto a Campenaerts (que terminó quinto en el sprint del grupo perseguidor) el corredor que más merecía la victoria.
Venga.
La participación prometía, siendo el máximo favorito Wout Van Aert, corriendo con el maillot de campeón belga, pero sin olvidar a previos ganadores de la prueba como Stybar, Stuyven o Van Avarmaet, además de otros ciclistas de categoría como Campanaerts o los italianos Trentin y Colbrelli.
La carrera transcurrió sin mayores sorpresas durante la mayor parte de la misma, hasta más o menos el momento en el que empezó la señal televisiva, qué casualidad. Un grupo de mindundis formaba la escapada del día y llegaron a coger ocho minutos de ventaja, no porque apretaran mucho si no porque el pelotón iba al ralentí. Cuando Jumbo y Quick Step se pusieron a tirar fuerte del mismo no hubo siquiera un amago de lucha por parte de la escapada.
En una de las múltiples colinas se seleccionó un grupo de favoritos y el local Tiesj Benoot (nacido en Gante), del Jumbo, compañero de Van Aert, lanzó un ataque que lo puso líder a unos 20 kms de ventaja. El pelotón andaba a medio minuto y entre ambos el grupo de los más fuertes, entre ellos favoritos como Colbrelli, Campenaerts (que después de un muy accidentado día con constantes problemas logró alcanzar el grupo puntero), Naesen, Pidcock, Trentin, Van Avarmaet...
Benoot llegó a los pies del Kapelmuur, la colina más dura del día a 16 kms de meta, con unos 10 segundos de ventaja sobre un grupo perseguidor que se hacía el remolón, seguramente muy a disgusto ante la perspectiva de llevar en volandas a Van Aert a un sprint donde es a priori el más fuerte. Al empezar la colina sin embargo el corredor de Gante se vino abajo y los demás se vinieron arriba, el que más Van Aert, que sobrepasó a su compañero y se puso a tirar de un grupo muy estirado de unos veinte corredores. Pronto uno de los corredores al que se vio con más ganas, Victor Campenaerts, lanzó un ataque alucinante teniendo en cuenta que se había pasado los anteriores 190 kms esprintando para volver al grupo tras múltiples problemas técnicos y embudos. Es otro corredor local y sin duda tenía marcada esta carrera como uno de sus grandes objetivos. Su ataque no llegó a nada ya que inmediatamente siguió un ataque brutal de Van Aert, y el único que intentó coger su rueda fue de nuevo Campenaerts, sin éxito pero con el agradecimiento de los dioses del ciclismo, que espero algún día le recompensen por sus sacrificios en Flandes este fin de semana.
El ataque del campeón belga llegó a las adoquinadas faldas de la última colina del día, el Bosberg, que empieza con una pendiente suave (aunque adoquinada) y termina con un tramo del 11% (y adoquinado). Ahí demostró su superioridad y ya fue una carrera por el puesto en el podio para los demás, tal era la superioriedad de Van Aert y la impotencia de los perseguidores que, aunque cooperaron bien en la persecución al principio, ver que no recortaban la distancia los desmoralizó y el grupo como tal dejó de existir entre peleas internas, dejando al belga enfrente, tan cerca pero tan lejos, durante once durísimos kilómetros, su cara descompuesta por el sufrimiento, y logrando su primera victoria del año, la primera gran carrera de 2022, ante su gente y en el mejor escenario que pueda ofrecer el ciclismo, Flandes.
Me recordó a una de las grandes victorias de Sagan tanto en las formas como en la sospecha de que no confía en su sprint del mismo modo que no lo hacía el eslovaco pese a ser ambos posiblemente los mejores sprinters en pruebas de un día en sus respectivas épocas (y duele decir que la de Sagan ya es pretérita pero así es, por cierto también tomó la salida pero terminó 98º a casi seis minutos). Van Aert perdió dos grandes carreras en el sprint el año pasado, Milán-Sanremo y la Flecha Bravante (ante Pidcock, uno de los que estaba en su mismo grupo), y no quiso correr el riesgo esta vez. Le ha salido muy bien pero cuidado con confiar en poder vencer a un grupo de 20 ciclistas durante diez kilómetros a menudo.
El podio lo completaron el sospechosísimo Sonny Colbrelli, que estuvo a tope durante toda la temporada pasada y empieza ya a tope el 2022, y el enorme Van Avarmaet en lo que debe de ser uno de sus últimos cantos de cisne, ojalá me equivoque.
No es la gran prueba que esperaba, quería más ataques y más variables, pero Jumbo ha sabido jugar sus cartas, Quick Step ha estado muy mal en toda la prueba, y los demás estaban a ver qué hacían estos dos superequipos. La superiridad de Van Aert ha terminado por hacer la carrera un poco decepcionante, pero es junto a Campenaerts (que terminó quinto en el sprint del grupo perseguidor) el corredor que más merecía la victoria.
Venga.