Lo que voy engullendo...(si no me muero).

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M. Corleone
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Re: Lo que voy engullendo...(si no me muero).

Mensaje por M. Corleone »

dunker escribió: 23 Feb 2023 09:20 Bacon sí, carne de costilla de cerdo desmenuzada sí, pero chistorra no?

No entiendo el motivo.
El motivo es el siguiente: pimiento choricero/pimiento rojo/pimentón es MAL en una hamburguesa, porque toda la burger sabe solo a eso.

Por ese mismo motivo, jamás pondria chorizo de Pamplona "Pamplonica" en una hamburguesa, una ensalada... mientras que sí pondría bacon, jamón...
Polina escribió: 28 Mar 2023 22:01 Siempre puedes ajustarte las gafas de montura carey y degustar tu copa de Soberano mientras escribes una postal con tus quejas al apartado de correos 2376 de San Cugat del Valles.

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Criadillas
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Re: Lo que voy engullendo...(si no me muero).

Mensaje por Criadillas »

A lo mejor el objetivo concreto de esa burguer es que el sabor predominante sea el del pimentón.

Yo la recuerdo fetén digas lo que digas.

Corle: flacucho cobardica vergüensa de San Gordon.

Como en Madrid no te aprietes unos buenos callos y una oreja contundente, te revelarás como el pusilánime falsario que se te adivina con tus melindres.
Dunkis dijo:

Criadillas es un hombre triste de derechas, quién lo iba a decir.

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Ruttiger
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Re: Lo que voy engullendo...(si no me muero).

Mensaje por Ruttiger »

Íbamos Habitual y yo en su coche de camino a Toledo a comernos unos sobres de pavo sentados al sol en la plaza de Zocodóver cuando, de repente, la salida de la autopista se ilumina con una luz celestial mostrándonos el nombre de uno de los pueblos más bellos de toda la españa mesetaria: Illescas. De reflejos aviares e instintos reptiles, la Habitual echa mano del freno de ídem y de dos vueltas de campana acabamos frenando, provocando, de paso, retenciones habituales en la A-42.
- ¿Vamos?
- Pojclaro.

Para los ajenos, Illescas es donde tiene el restaurante Pepe Rodríguez, uno de los gilipollas que hace de jurado en el reality show infecto y culinario que seguimos algunos de los Pariah Carey del phoro y que coincide, además, con uno de los rincones cibercatódicos que Habitual y yo compartimos con puntualidad para enarbolar con orgullo nuestro garrulismo en los sábados por la tarde de Pryca. Aunque intuimos que será complicado reservar acordamos que, si hay sitio, para ese día, vamos.

Y hubo. Y fuimos. A cenar.

Imagen

Sitio sobrio, elegante, camareros, todos ellos clones endogámicos de Pepe Rodríguez en diferentes momentos de su juventud, adolescencia y madurez y distintos universos paralelos, todos ellos demasiados, abruma un poco y hasta molesta tener en todo momento a tres o cuatro moscardones trabajando simultáneamente en tu mesa, coreografiando innecesarios y excediéndose en la atención.

La cosa empezó con cuatro entrantes, cuatro bocaítos de dame quince:

Primero un abreboca que no aparece en el menú por lo que no me veo capaz de recordar su nombre. Nosequé con espuma de nosequé.
Imagen
Cítrico, aéreo, escaso y sin tinta suficiente como para dejar alguna impronta en mi cerebro maltrecho.

Siguiendo con los entrantes, Escabeche de perdiz (enterrado en nosequé de textura nosecuantos porque ni menú ni memoria a corto plazo dan más pistas, tenía que haber hecho este post nada más salir del antro):
Imagen

Cocreta (BIEN!) de jamón y buñuelo de lentejas con butifarra negra.
Imagen
¿No creéis que butifarra está mal escrito, que debería escribirse BOUTIFARRA? En fin, que esto mu rico, la croqueta con una capa crujiente de panko (o algo moderniki equivalente) por encima y posada sobre la misma movida a modo decorativo pero que barruntamos rebañar a cucharadas, saborazo y escasez, mi autobiografía sepsual, aunque de solvencia gramatical y sobriedad argumental: Una buena cocreta, sin más. Algún día abriré un nuevo capítulo en el phoro de RUTI EL ICONOCLASTA hablando sobre las cocretas pero hoy no es el día. El buñuelo, en cambio, dos escalones más en la escala de riconiez. Explosión líquida de phelicidad concentrada en la boca, matices, tiovivos y árboles genealógicos de cerdos con pedigrí; ligera capsulita de flipar. De los preferidos de Habitual.

Acabando con los entrantes: Royal de pato
Imagen
Ahí, pobrecilla, sepultada en un puré. Cabe y huelga decir que tengo una particular y personal aversión por las cremas, las papillas y los purés, provocada sin duda por un trauma infantil relacionado con el pene de mi viejo y las natillas danone pero que alimento con un "Masticad, hijosdeputah que cuando no tengáis dientes añoraréis cada bocado que dejasteis de dar en favor de la siniestra miniprimer". En cualquier caso, siendo yo consciente del terrible pecado que cometo en nombre del Santo Gordo, en estas situaciones litúrgicas trato siempre de contener mi repugnancia y deglutir con la misma avidez con la que deglutiría cualquier otro manjar mucho más íntegro en su composición molecular. El puré, en este caso que escondía la royal de pato, casi a modo del caramelo de una natilla, era de maíz, aireado casi hasta ser espuma, con un punto dulce y trozacos de kiko crujiente a modo de sorpresiva regañá. Y estaba bastante rico sin ser yo muy ni nada de eso. La royal, en cambio, se presentaba brillante y caramelizada pero algo escasa, apenas un par de masticares.

Y aquí concluyen los entrantes. Me señalaba Habitual y habréis notado que todo es muy cárnico, muy castellano, con rarísimas y muy puntuales trazas de vegetal de algún tipo. La cosa seguirá bastante así (lo que en ningún caso es algo negativo para mí, lo fue ligeramente para Habitual, aficionada, apenas simpatizante de La Doctrina).

Comienzan los platos.
Tarta sacher de caza con holandesa de pichón
Imagen
TrampantojejejejeQUE TE CALLES SUCNORMAL. Bizcochito con textura y cremosidad de una Sacher al uso pero cambiando el chocolate por fuá. Fuá. Igual es el momento de ser un cretino y usar la palabra "MATICES" en esta crítica gastronómica. Pues eso. Matices. Gonchada riquísima.

El error. Hasta el siguiente plato no nos ofrecieron el pan. Con el de arriba habríamos gastado siete barras cada uno. El pan (lo único del menú que no hacen ellos, sic) estaba lo suficientemente rico y lo suficientemente inexpresivo para acompañar con solvencia pero no despistar.
El agua, lo mismo.

Seguimos.

Ensalada de trucha y mano de cerdo, vinagreta de jamón y trufa
Imagen
Mi preferido. También el de Habitual que no prestaba mucha atención y pensó que las manos de cerdo eran Salmón. Y entiendo el error perfectamente porque su textura, su tratamiento y casi hasta su sabor recordaban muchísimo. Frescor verde al fin (no habrá más, ni falta que hace), con algunos encurtidos escondidos que aún no hemos sido capaces de identificar que explotaban de sabor, crujor y tostor.

Antes de que nos trajesen el siguiente plato, observamos con horror que en la mesa de al lado una pareja de pijos hablaban con uno de los camareros para que se llevasen la tarta sacher de caza de ella prácticamente sin empezar porque "Yo no soy mucho de estas texturas". Tuve que sostener de los hombros y zarandear muy fuerte a Habitual para que no se abalanzase sobre la mesa para agredir a aquella insensata insensata. La imagen de ese manjar precipitándose a cámara lenta hacia un cubo de basura por la necedad de una triste señora de derechas me acompañará ya en todas mis pesadillas hasta el fin de mis días.

Cuando logramos serenarnos un tipo nos agasajó con:
Tartar de quisquilla, patata, yema curada y sopa de pimentón
Imagen
Y qué movidote lo de la sopa de pimentón. Pienso incorporarla a mi recetario porque estoy seguro de que es fácil de hacer y tiene un saborazo de puto diez. Sus acompañamientos graciosos y elegantes aunque, a ojo entrenado tras diez años viendo Masterchef diría que la sopa es la protagonista del plato y no el tartar de quisquilla como debería. Pero oye, ponme un tupper.

Ropa vieja, jugo de cocido y tomate natural
Imagen
Cacareado por el camarero como el plato estrella del restaurante y ligera desepsió. No nos engañemos, la cosa estaba deliciosa y podría pasarme la vida alimentándome exclusivamente de esa movida pero no es ni de lejos lo mejor que comí esa noche. Como relleno de canelones espectacular, como plato estrella de un restaurante flojea un poco.

En este momento, entró en el restaurante un grupo de amigos. Guapos, jóvenes, pijos, petulantes. De entre ellos, brillando con luz propia, una chica de vestido precioso negro con lunares blancos luciendo en su ojo izquierdo (o más bien, allí donde debería haber un ojo izquierdo) un parche blanco con lunares negros. Estilazo a lo Elle Driver que nos dio a Habitual y a mí para unos buenos ratos de especulaciones.

Y acabamos los salados con otra de las estrellas de la temporada. Señores maitres, si me están leyendo, rebajen un poco el hype.
Jarrete de jabalí con berenjenas ahumadas y yogur especiado
Imagen
Eché en falta que ninguno de los platos del menú llevase el pronombre posesivo "su". Jarrete de jabalí con SUS berenjenas ahumadas y yogurt especiado ¿Qué les costaba? Sesenta horas de cocción lenta del jarrete y anécdota de explotación laboral por parte del camarero. Y supongo que merecerían la pena. A habitual le pareció bastante meh, yo que manejo con soltura lo pedante supe ver que estaba ante algo bastante especial aunque en el fondo también opinaba que no era pa tanto, que probablemente habían sido solo cincuenta y ocho horas de cocción. La berenjena y la salsa de yogurt en cambio, alegrías de vivir en taquitos agripicantes.

Y pensando que llegaba la hora de los postres se nos acerca un menda a preguntarnos si queremos los callos. Y queremos, claro. Y qué callos, queridos, qué callos. Tradicionales, sin movidas modernas sin alharacas, simplemente callos al punto de ternura y melosidad con una salsa densa y pegajosa que parece cola de impacto, sabrosísima, complejísima, maravillosa. Se me olvidó que soy un garrulo y no les hice foto.

Y, ahora sí, llegamos a los postres.
Plátano, regaliz y yogur
Imagen
Todo muy rico y funcional. Destaco el bizcochito de yogur, qué cosa más rica, marededeu.

Pera rellena de vainilla, sésamo negro y sorbete de pera
Imagen
Igual que arriba. También mu rico. A Habitual le gustó más éste, a mí el anterior.

Al no ser yo muy de dulces, los postres me provocan laconismo.

Y para acabar, según la carta:
Pequeñas locuras dulces para el café.
No tomamos café pero nos los pusieron igual. Unos bomboncitos tan rematadamente pequeños que apenas merecen una reflexión porque no dejaron casi poso en mi hipotálamo.

Luego no podíamos irnos porque cada vez que me acababa el vaso el camarero venía a rellenármelo y a mí no me gusta levantarme de la mesa hasta que mi vaso está vacío así que entramos en un bucle espaciotemporal y provocamos la sequía en España.

En resumen. Muy bien todo, ¿tal vez un poco carnicentrista?, ¿igual algunos contrapuntos de frescor no le habrían venido mal al asunto, pero qué callos? Pero qué callos.
¿Quien es este tipo? escribió: 14 Nov 2019 17:39 Madre mía.
CacaDeLuxe escribió: 03 Ago 2021 09:53 eres un cuck wokero de los que tiene un discurso de covidiota emponzoñado grafenado bozalero aplaudidor de balcon

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M. Corleone
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Re: Lo que voy engullendo...(si no me muero).

Mensaje por M. Corleone »

Ruttiger escribió: 06 May 2023 10:37 Íbamos Habitual y yo en su coche de camino a Toledo a comernos unos sobres de pavo sentados al sol en la plaza de Zocodóver cuando, de repente, la salida de la autopista se ilumina con una luz celestial mostrándonos el nombre de uno de los pueblos más bellos de toda la españa mesetaria: Illescas. De reflejos aviares e instintos reptiles, la Habitual echa mano del freno de ídem y de dos vueltas de campana acabamos frenando, provocando, de paso, retenciones habituales en la A-42.
- ¿Vamos?
- Pojclaro.

Para los ajenos, Illescas es donde tiene el restaurante Pepe Rodríguez, uno de los gilipollas que hace de jurado en el reality show infecto y culinario que seguimos algunos de los Pariah Carey del phoro y que coincide, además, con uno de los rincones cibercatódicos que Habitual y yo compartimos con puntualidad para enarbolar con orgullo nuestro garrulismo en los sábados por la tarde de Pryca. Aunque intuimos que será complicado reservar acordamos que, si hay sitio, para ese día, vamos.

Y hubo. Y fuimos. A cenar.

Imagen

Sitio sobrio, elegante, camareros, todos ellos clones endogámicos de Pepe Rodríguez en diferentes momentos de su juventud, adolescencia y madurez y distintos universos paralelos, todos ellos demasiados, abruma un poco y hasta molesta tener en todo momento a tres o cuatro moscardones trabajando simultáneamente en tu mesa, coreografiando innecesarios y excediéndose en la atención.

La cosa empezó con cuatro entrantes, cuatro bocaítos de dame quince:

Primero un abreboca que no aparece en el menú por lo que no me veo capaz de recordar su nombre. Nosequé con espuma de nosequé.
Imagen
Cítrico, aéreo, escaso y sin tinta suficiente como para dejar alguna impronta en mi cerebro maltrecho.

Siguiendo con los entrantes, Escabeche de perdiz (enterrado en nosequé de textura nosecuantos porque ni menú ni memoria a corto plazo dan más pistas, tenía que haber hecho este post nada más salir del antro):
Imagen

Cocreta (BIEN!) de jamón y buñuelo de lentejas con butifarra negra.
Imagen
¿No creéis que butifarra está mal escrito, que debería escribirse BOUTIFARRA? En fin, que esto mu rico, la croqueta con una capa crujiente de panko (o algo moderniki equivalente) por encima y posada sobre la misma movida a modo decorativo pero que barruntamos rebañar a cucharadas, saborazo y escasez, mi autobiografía sepsual, aunque de solvencia gramatical y sobriedad argumental: Una buena cocreta, sin más. Algún día abriré un nuevo capítulo en el phoro de RUTI EL ICONOCLASTA hablando sobre las cocretas pero hoy no es el día. El buñuelo, en cambio, dos escalones más en la escala de riconiez. Explosión líquida de phelicidad concentrada en la boca, matices, tiovivos y árboles genealógicos de cerdos con pedigrí; ligera capsulita de flipar. De los preferidos de Habitual.

Acabando con los entrantes: Royal de pato
Imagen
Ahí, pobrecilla, sepultada en un puré. Cabe y huelga decir que tengo una particular y personal aversión por las cremas, las papillas y los purés, provocada sin duda por un trauma infantil relacionado con el pene de mi viejo y las natillas danone pero que alimento con un "Masticad, hijosdeputah que cuando no tengáis dientes añoraréis cada bocado que dejasteis de dar en favor de la siniestra miniprimer". En cualquier caso, siendo yo consciente del terrible pecado que cometo en nombre del Santo Gordo, en estas situaciones litúrgicas trato siempre de contener mi repugnancia y deglutir con la misma avidez con la que deglutiría cualquier otro manjar mucho más íntegro en su composición molecular. El puré, en este caso que escondía la royal de pato, casi a modo del caramelo de una natilla, era de maíz, aireado casi hasta ser espuma, con un punto dulce y trozacos de kiko crujiente a modo de sorpresiva regañá. Y estaba bastante rico sin ser yo muy ni nada de eso. La royal, en cambio, se presentaba brillante y caramelizada pero algo escasa, apenas un par de masticares.

Y aquí concluyen los entrantes. Me señalaba Habitual y habréis notado que todo es muy cárnico, muy castellano, con rarísimas y muy puntuales trazas de vegetal de algún tipo. La cosa seguirá bastante así (lo que en ningún caso es algo negativo para mí, lo fue ligeramente para Habitual, aficionada, apenas simpatizante de La Doctrina).

Comienzan los platos.
Tarta sacher de caza con holandesa de pichón
Imagen
TrampantojejejejeQUE TE CALLES SUCNORMAL. Bizcochito con textura y cremosidad de una Sacher al uso pero cambiando el chocolate por fuá. Fuá. Igual es el momento de ser un cretino y usar la palabra "MATICES" en esta crítica gastronómica. Pues eso. Matices. Gonchada riquísima.

El error. Hasta el siguiente plato no nos ofrecieron el pan. Con el de arriba habríamos gastado siete barras cada uno. El pan (lo único del menú que no hacen ellos, sic) estaba lo suficientemente rico y lo suficientemente inexpresivo para acompañar con solvencia pero no despistar.
El agua, lo mismo.

Seguimos.

Ensalada de trucha y mano de cerdo, vinagreta de jamón y trufa
Imagen
Mi preferido. También el de Habitual que no prestaba mucha atención y pensó que las manos de cerdo eran Salmón. Y entiendo el error perfectamente porque su textura, su tratamiento y casi hasta su sabor recordaban muchísimo. Frescor verde al fin (no habrá más, ni falta que hace), con algunos encurtidos escondidos que aún no hemos sido capaces de identificar que explotaban de sabor, crujor y tostor.

Antes de que nos trajesen el siguiente plato, observamos con horror que en la mesa de al lado una pareja de pijos hablaban con uno de los camareros para que se llevasen la tarta sacher de caza de ella prácticamente sin empezar porque "Yo no soy mucho de estas texturas". Tuve que sostener de los hombros y zarandear muy fuerte a Habitual para que no se abalanzase sobre la mesa para agredir a aquella insensata insensata. La imagen de ese manjar precipitándose a cámara lenta hacia un cubo de basura por la necedad de una triste señora de derechas me acompañará ya en todas mis pesadillas hasta el fin de mis días.

Cuando logramos serenarnos un tipo nos agasajó con:
Tartar de quisquilla, patata, yema curada y sopa de pimentón
Imagen
Y qué movidote lo de la sopa de pimentón. Pienso incorporarla a mi recetario porque estoy seguro de que es fácil de hacer y tiene un saborazo de puto diez. Sus acompañamientos graciosos y elegantes aunque, a ojo entrenado tras diez años viendo Masterchef diría que la sopa es la protagonista del plato y no el tartar de quisquilla como debería. Pero oye, ponme un tupper.

Ropa vieja, jugo de cocido y tomate natural
Imagen
Cacareado por el camarero como el plato estrella del restaurante y ligera desepsió. No nos engañemos, la cosa estaba deliciosa y podría pasarme la vida alimentándome exclusivamente de esa movida pero no es ni de lejos lo mejor que comí esa noche. Como relleno de canelones espectacular, como plato estrella de un restaurante flojea un poco.

En este momento, entró en el restaurante un grupo de amigos. Guapos, jóvenes, pijos, petulantes. De entre ellos, brillando con luz propia, una chica de vestido precioso negro con lunares blancos luciendo en su ojo izquierdo (o más bien, allí donde debería haber un ojo izquierdo) un parche blanco con lunares negros. Estilazo a lo Elle Driver que nos dio a Habitual y a mí para unos buenos ratos de especulaciones.

Y acabamos los salados con otra de las estrellas de la temporada. Señores maitres, si me están leyendo, rebajen un poco el hype.
Jarrete de jabalí con berenjenas ahumadas y yogur especiado
Imagen
Eché en falta que ninguno de los platos del menú llevase el pronombre posesivo "su". Jarrete de jabalí con SUS berenjenas ahumadas y yogurt especiado ¿Qué les costaba? Sesenta horas de cocción lenta del jarrete y anécdota de explotación laboral por parte del camarero. Y supongo que merecerían la pena. A habitual le pareció bastante meh, yo que manejo con soltura lo pedante supe ver que estaba ante algo bastante especial aunque en el fondo también opinaba que no era pa tanto, que probablemente habían sido solo cincuenta y ocho horas de cocción. La berenjena y la salsa de yogurt en cambio, alegrías de vivir en taquitos agripicantes.

Y pensando que llegaba la hora de los postres se nos acerca un menda a preguntarnos si queremos los callos. Y queremos, claro. Y qué callos, queridos, qué callos. Tradicionales, sin movidas modernas sin alharacas, simplemente callos al punto de ternura y melosidad con una salsa densa y pegajosa que parece cola de impacto, sabrosísima, complejísima, maravillosa. Se me olvidó que soy un garrulo y no les hice foto.

Y, ahora sí, llegamos a los postres.
Plátano, regaliz y yogur
Imagen
Todo muy rico y funcional. Destaco el bizcochito de yogur, qué cosa más rica, marededeu.

Pera rellena de vainilla, sésamo negro y sorbete de pera
Imagen
Igual que arriba. También mu rico. A Habitual le gustó más éste, a mí el anterior.

Al no ser yo muy de dulces, los postres me provocan laconismo.

Y para acabar, según la carta:
Pequeñas locuras dulces para el café.
No tomamos café pero nos los pusieron igual. Unos bomboncitos tan rematadamente pequeños que apenas merecen una reflexión porque no dejaron casi poso en mi hipotálamo.

Luego no podíamos irnos porque cada vez que me acababa el vaso el camarero venía a rellenármelo y a mí no me gusta levantarme de la mesa hasta que mi vaso está vacío así que entramos en un bucle espaciotemporal y provocamos la sequía en España.

En resumen. Muy bien todo, ¿tal vez un poco carnicentrista?, ¿igual algunos contrapuntos de frescor no le habrían venido mal al asunto, pero qué callos? Pero qué callos.
¿Precio por persona?
Polina escribió: 28 Mar 2023 22:01 Siempre puedes ajustarte las gafas de montura carey y degustar tu copa de Soberano mientras escribes una postal con tus quejas al apartado de correos 2376 de San Cugat del Valles.

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Ruttiger
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Re: Lo que voy engullendo...(si no me muero).

Mensaje por Ruttiger »

No, por comida.
¿Quien es este tipo? escribió: 14 Nov 2019 17:39 Madre mía.
CacaDeLuxe escribió: 03 Ago 2021 09:53 eres un cuck wokero de los que tiene un discurso de covidiota emponzoñado grafenado bozalero aplaudidor de balcon

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M. Corleone
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Re: Lo que voy engullendo...(si no me muero).

Mensaje por M. Corleone »

Ruttiger escribió: 06 May 2023 12:46 No, por comida.
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Polina escribió: 28 Mar 2023 22:01 Siempre puedes ajustarte las gafas de montura carey y degustar tu copa de Soberano mientras escribes una postal con tus quejas al apartado de correos 2376 de San Cugat del Valles.

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Yongasoo
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Re: Lo que voy engullendo...(si no me muero).

Mensaje por Yongasoo »

Pintaca!

En particular la Marta Sánchez y la ensalada de trucha.

Viendo el emplatado veo alguno que Samantha le pondría caras.
"Shake it, don't break it. It took too damn long to make it"

GNU Terry Pratchett

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Ruttiger
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Re: Lo que voy engullendo...(si no me muero).

Mensaje por Ruttiger »

Contraviniendo cualquier atisbo de prudencia ante el riesgo que suponen mis orígenes innegablemente catalanes, el viernes pasado aparecí en madrid y, con un acusado acento gallego impostado y un bigotote postizo, me personé, junto con Habitual, en La Tasquería de Javi Estévez.

Llegamos con hambre y sin prejuicios, ganas de sumergirnos en ese universo de sesos, hígados y casquería en general que suele prometer este Estrella Michelín (nariz infulosa al aire ondeando pedantería culinaria y goce explosivo, cómo nos gusta, cómo nos gusta) y tuvimos la suerte (o que ya lo reservamos así) de sentarnos en la barra donde pudimos ejercer de auténticos paletos señalando, hipando, interjecionando, y babeando ante la sonrisa condescendiente de unos camareros/cocineros, guapísimos y simpatiquísimos acostumbrados a nuestro nivel de paletismo. La cocina es pequeña para la cantidad de peña que se aglutina y las coreografías bastante menos marciales y estrictas de las que pude ver en el Abac, pero la cara de Javi Estévez es de no tener muchos más amigos que el imbécil de Jordi Cruz, y sin necesidad de BEHINDS, ni grititos de YA PODÉIS CORRER, todo fluía en un caos metódico muy eficaz.

Bebimos agua.

Nos pedimos el menú caro, 90 pavos y compensa cada céntimo de pavo. Lamento no haber fotografiado todos los pases, me hago mayor y me olvido de las mínimas normas básicas de urbanidad del paleto gastonófilo, aún conservo en las costillas las marcas de los codazos reprobatorios de Habitual, espero que os compense el castigo físico.

Entrantes
Comenzamos con Lengua de Ternera vs. Lengua de Cerdo Ibérico y bola de hígado de cordero con huevas de trucha:
Imagen

Tengo un amigo de Cangas del Narcea que a menudo me trae chosco, un embutido típico delicioso a base de lengua de ternera con ajo y pimentón. Esta lengua era básicamente lo mismo sin el pimentón. Riquísima, claro, pero terreno conocido. La de cerdo, en cambio, con un punto picante y una textura que parece crujir en mi memoria me pareció un manjar tan bello como efímero, qué medio bocao tan tacaño, la hostia. La bolita de hígado da absolutamente todo lo que promete, un foie denso de sabor pero sorprendentemente aéreo, sin ninguna intención de sorprender porque cuando se ha alcanzado el cielo del riconio, no es necesario volar más alto.

Estos entrantes siempre saben a poco en este tipo de restaurantes y siempre acabas con la esperanza de que te pongan un cubo de cada al lado y se dejen de zarandajas. No se dejaron. Afortunadamente

Segundo entrante (de izquierda a derecha):
Sesos de cordero empanados con mayonesa de chimichurri.
Mini brioche relleno de lengua de ternera estofada, coliflor y eneldo.
Espuma de frijoles con colita de lechón frita.
Imagen
La croqueta de sesos muy rica y graciosa, qué puedes esperar de un empanado que no sea desparpajo y falta de sutileza. No tenemos prejuicios y los sesos nos parecieron estupendos.
El mini brioche, de los preferidos de Habitual. Suculento, sabrosón y goloso, un estofado de sabiduría ancestral que te transporta a la infancia donde los estofados... Bueno, los estofados de mi infancia son bastante medianías pero te teletransporta a la infancia de otro.
Corteza de cerdo MUY BIEN HECHA, crujientita, calentita, suflada, acogedora como los pechos enormes de mi madre (en la infancia de otro) y con esa forma de rabito, que es que es tan mono así retorcidito, el rabito del lechoncito, tan chiquito, el rabito, tan rico, me lo comía todo al serdito... Mojado en una salsa (el sindicato me tiene prohibido llamarla crema) suave pero profunda, de sabor alegre e intenciones bondadosas que hubo que acabar rebañando con buen pan porque la corteza se acabó muy rápido. Demasiado rápido.

Y ya pasamos a los platos de verdad.

Manitas de cerdo con lentejas negras, zanahoria y endivias:
Imagen
Mi preferido. Un bocado untuoso pero crujiente, delicado y poderoso, contraste tras contraste en tu puta boca que me hizo flipar bastante fuerte.

Mollejas de cordero en mantequilla de cabra con boletus:
Imagen
Este en cambio, mi menos preferido. Me encantan las mollejas y estaban buenísimas, cocinadas con mimo y en su punto pero me pareció un peldaño por debajo del resto de sus amigos (cierto es que veníamos de tocar el cielo con las manitas anteriores)(Rutti subido a una escalera sosteniendo entre sus pulgares las manitas de cerdo, tratando de tocar con ellas el cielo. El retablo).

Tallarines de calamar con carbonara de morro de cerdos:
Imagen
Mi preferido otra vez. No sabría elegir entre éste y las manitas, qué queréis que os diga. Joder, qué cosa más deliciosa, hamics, sedosa, golosa, con su huevo, su morro y su saborrrrrr. No quiero que se acabe!

Navajas y tendones de ternera a la meuniere:
Imagen
Foto robada del internec porque se me olvidó hacer el paleto en ésta.
Alguna tilde circunfleja me habré dejado en lo de meuniere. Juego de texturas entre el tendón gelatinoso aunque un punto crujiente para mi sorpresa y el de la navaja. A Habitual no le entusiasmó, a mí me pareció muy bien, el tendón me sorprendió y la salsa meuniere, agripicante y ácida me pareció deliciosa. Segundo kilo de pan. Rebañamos hasta el agua.

Riñoncitos de conejo al jerez, parmentier y setitas shitake:
Imagen
Otra foto robada.
El sabor intenso del riñón con la delicadeza de las setas. Preciosa explosión de sabor en la pituitaria. Sé que he perdido fuelle en la flor de mi prosa pero llevo cuatro días escribiendo este post en ratos libres entre tarea y tarea laboral y se me empieza a enquistar.

Y llegamos al final del pase de salados apenadísimos por toda aquella virguería que estábamos dejando atrás, pero totalmente alborozados ante la magnificencia absolutamente demoledora de los putos callos que nos presentaron como despedida del festín:
Imagen
La pipetita del costado contiene picor, sabor y tostor. Yo se la eché toda, que me gusta bombo inferno. Qué flipada, amigos, qué textura pegajosa, cola de impacto en tu boca, qué huracán de sabor, qué callos tan jodidamente exquisitos. Y además, para evitar insatisfacciones cuñadas sobre las raciones, un platazo contundente y generoso de los de desabrocharse el botón del pantalón. Monumentales. Teníamos detrás a cuatro amigos fachalecos cogiendo fuerzas para irse a Ferraz tras los carajillos que no pudieron ahorrarse el comentario sobre las cantidades. Y luego que si por qué soy de izquierdas.

Nos decepcionó un poco no probar la cabeza de lechoncito, yo me moría por haberle mordido una oreja a cualquiera de aquellos gorrinillos de ojetes cerrados y sonrisa tierna que pasaban a nuestra vera. Elegimos el menú caro y no lo contemplaba. Le propuse telepáticamente a Habitual que la pidiéramos fuera de programa pero ella entendió la letra de una canción de Manolo Escobar. Hijadeputah. Volveremos.

Pasamos a los postres y los petit fours.
Granizado de lima, manzana osmotizada, espuma de coco y sorbete de apio.
Imagen
Todo bueno, todo eficaz, fresco, desengrasante y alegre. Destacar la sorpresa superagradable y chanante que resultó el sorbete de apio.

Natilla, helado de crema de leche y frutos rojos
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El mulato guapo con una sonrisa encantadora nos hizo la broma que sin lugar a dudas les hace a todos, que si los sesos son de cordero, que si el helado está hecho con tuétano y que la mermelada es una reducción de sangre. No nos hizo gracia y le pedimos la carta de reclamación y nos salió gratis la comida. Qué os voy a decir. Que muy bueno, que rico, que postre.

Petit Fours (así se venden en la carta, yo sería reacio a aceptar sus condiciones si no tuviera ya ganas de acabar con esto)
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Más cosas ricas que no recuerdo qué eran porque no viene escrito en el menú pero vale la pena destacar lo de chocolate. Lo del chocolate es UN PUTO TORREZNO BAÑADO EN CHOCOLATE. NUESTROS SUEÑOS MÁS HÚMEDOS SE HICIERON REALIDAD. SAN GORDON NOS MIRA DESDE EL CIELO Y NOS HAMA, QUERIDOS HERMANOS.

Y eso fue todo. Totalmente extasiados y mucho más llenos de lo que solemos (y ya es decir) nos despedimos hasta la próxima porque sabe Dior que volveremos.

Es mi quinto estrella Michelín y en mi clasificación general lo pongo en segundo lugar, inmediatamente después del puto Abac del puto Jordi Cruz. Qué movida.
Última edición por Ruttiger el 15 Nov 2023 12:17, editado 2 veces en total.
¿Quien es este tipo? escribió: 14 Nov 2019 17:39 Madre mía.
CacaDeLuxe escribió: 03 Ago 2021 09:53 eres un cuck wokero de los que tiene un discurso de covidiota emponzoñado grafenado bozalero aplaudidor de balcon

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Polina
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Re: Lo que voy engullendo...(si no me muero).

Mensaje por Polina »

Dios. Delicia absoluta. Quiero vivir dentro de ese brioche.
NO TE CREERAS COMO SE HA QUEDADO ANGELITA JOLÍN DESPUÉS DE COMER POLLO AL CURRY DURANTE UN AÑO LA LECHE DE COCO COMO SE ORDEÑA UN COCO LA INDIA ES UN PAIS

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M. Corleone
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Re: Lo que voy engullendo...(si no me muero).

Mensaje por M. Corleone »

Joder, qué cabrones.
Polina escribió: 28 Mar 2023 22:01 Siempre puedes ajustarte las gafas de montura carey y degustar tu copa de Soberano mientras escribes una postal con tus quejas al apartado de correos 2376 de San Cugat del Valles.

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