Sip, lo puedes ver de esa forma. Pero ya digo que es algo que suelo ver en muchas de las parejas de padres de mi entorno.
Es que esas dos pequeñas cabronas absorben muchísimo, no solo el tiempo sino también la energía.
Yo creo que nos iría muchísimo mejor si volviéramos a hacer cosas juntos los dos solos. El año pasado, por ejemplo, en semana santa nos fuimos un par de días a Granada... pues oye, todo muy bien, la relación vuelve a fluir, te lo pasas guay, te liberas. Pero luego vuelves a casa, y el martillo pilón del día a día te vuelve a machacar.
Tengo la esperanza de que, a medida que las dos vayan creciendo (la mayor ya va teniendo sus amigas con las que va a sus casas a merendar y nos da algo de aire), recuperemos nuestro tiempo y nuestro espacio.
Pero es que esto de la paternidad es jodido, amigo.