Criadillas escribió: ↑03 Nov 2020 13:21
Qué va, en ese aspecto siempre me he ubicado bastante bien en lo social. Jamás fui marginado por nada ni nadie, ni tampoco estuve en el grupo de los malotes ni nada. Siempre he tenido grupo de amigos más o menos sanote y buena gente en todos los colegios e institutos a los que he ido. Nada que objetar por ahí.
Una vez sí que confieso haber participado en lo que en aquella época debía ser considerada "cosas de niños" y que hoy en día es simple y llanamente "agresión grupal al marginado de la clase".
Tendríamos todos como 11 años y parte de los chicos de clase llevaban un día metiéndose con Luís Alfonso (el nombre no ayudaba) más aún de lo que era normal. Le llamaban Dumbo por unas orejas más que considerables que además tenía de soplillo. Le daban, por supuesto, pellizcos y dolorosas "sardinetas" con los dedos (no sé si lo llamaréis así). Era alto y grande pero a la vez muy tímido, muy vulnerable. Y no se defendía nunca.
Hasta que un día se defendió cuando uno de mis amigos, llevado mi imagino por el ánimo abusón general, le dio un golpe y Luís se revolvió. Ahí todos aprovechamos nuestras neuras y nuestras mierdas y le tiramos al suelo y le dimos de tortazos (nada tampoco grave, pero una putísima mierda se mire por donde se mire) hasta que se quedó llorando en el suelo y llamando me imagino que a los profesores o pidiendo ayuda.
Es la primera y única vez que he hecho algo así y todavía me da bastante asco la sensación.
Luís Alfonso, cuando pasamos al instituto y todos tuvimos cosas más importantes en las que fijarnos (las chicas), consiguió hacer un grupo de amigos estable con chicos de otras clases, y años después me lo cruzaba de vez en cuando por los bares del Edificio Europa de Villalba. Yo alcoholizado y amistoso, y él un poco abochornado y bebiendo refrescos (pese a ser un cero a la izquierda en Educación Física, el tío al final se hizo muy deportista, hacía patinaje en línea con grupos de amigos y tal). Si nos veíamos nos saludábamos y yo me comía mis remordimientos no ya por pegarle, si no por no haber salido nunca jamás en su ayuda ni una sola vez.
Puta mierda de educación.
Hace años que no sé nada de él. Lo tuve en Facebook una temporada, pero luego desapareció. No sé si me quitó de sus amigos, o se quitó él o qué. Jamás interactuamos.
Su padre se murió cuando él era adolescente. Periodísta en el ABC, me acuerdo. Una vez nos invitó a su casa a mí y a dos amigos más y al abrir un armario para sacar algún juego, se le vino una caja del Risk encima y le dió en toda la cabeza, para solaz nuestro y posteriores anécdotas.
Una vez en clase de dibujo y tras el acoso habitual, amenazó a uno de los abusones con clavarle la punta del compás en la pierna. Ninguno dudamos de que lo iba a hacer. El profesor tampoco. Lo acabaron expulsando dos días.
En el viaje de fin de curso, unos chavales se colarón en su bungaló mientras estaba dormido y le refregaron pasta de dientes por toda la cara, lo que hizo que saliera a las 4 de la mañana gritando por el complejo "MIS OJOS, MIS OJOS!!" porque le debían picar.
Era un chaval inteligente y el que mejores notas sacaba de entre todos los chicos. Una vez lloró porque suspendió un mísero control.
Sirva esto de homenaje al bueno de Luís Alfonso. Si un chaval de mi entorno ha merecido tener una vida feliz, ha sido él.