Odio estas cosas pegadas al coche de delante

En vez de poder seguir conduciendo a mi rollo pensando que los que van delante de mi son gente normal, al ver eso, me obligan a darme cuenta que el que tengo delante es un débil mental con una vida triste, miserable, un ser completamente incapaz de hacerse un hueco en la cadena trófica capitalista y salir del pozo de mierda de la mediocridad donde está, y por tanto debe creer en algún tipo de ser superior que le ha colocado en esa paupérrima existencia como una especie de prueba de paciencia, y que cuando por fin, para su propio descanso y la de los demás, desaparezca de este mundo sin dejar ningún tipo de rastro de que su existencia anodina realmente ocurrió alguna vez, ese ser superior le va a compensar de alguna manera con una especie de paraíso mal dibujado del que ni le han dado detalles, solo le han dicho que es más chupi que lo que tiene ahora.
Y después acabo deduciendo que tiene razón, estar muerto y dejar de existir, para él, será el puto paraíso.
Y entonces lo adelanto, acelero hasta 80 en segunda, con lo que le suelto toda la carbonilla acumulada en el tubo de escape por tanto viaje interurbano, y le digo mentalmente "ala, ponme la otra mejilla, gilipollas". Total, la carbonilla mejor que esté en la carrocería de un perdedor que jodiéndome la revisión de la ITV.