rianxeira escribió:Me estoy leyendo un libro de divulgación científica, "Una breve historia de casi todo" de Bill Bryson, que sale por 9 lerus de nada y es bastante ameno, como no es de antesdeayer (tiene unos 5 años) aun tiene cosas como considerar planeta a Plutón, pero como lectura ligera esta la mar de bien, no tiene formulas ni nada y todo es a base de ejemplos bastante descriptivos. Por si alguien quiere prescindir de tomarse 4 cervezas y culturizarse científicamente un poco
A mí me bajó un poco los humos en mi displicente cruzada (le grito a la tele y a la web de la casa del libro desde el sillón de orejas en el que fumo en pipa ataviado con batín y monóculo) contra los libros tipo filosofía para dummies. Si leyendo un libro como de divulgación científica como este un mongoloide de mi calibre, incapaz de hacer una división de más de dos cifras sin calculadora, se entera de cosas que bien te pueden reportar un quesito en una partida de Trivial, es posible que los otros sí sirva de algo a los curiosos sin desvirtuar mucho el asunto.
Por otro lado, no me cabe duda de que el autor de Una breve historia de casi todo lo que en realidad intenta es inquietar el lector, aludiendo en cada capítulo las posibilidades existentes de que acontezca algún tipo de cataclismo que nos joda la vida a todos, o explicando de una manera compresible aquello de que el universo se expande, dejando por tanto mucho más espacio para que cada vez haya más gordas ¡horror! Pero le termina saliendo desviado el tiro y la sensación que a mí me quedó al final es de tranquilidad: en realidad no somos nosotros, patéticos habitantes de un phoro de interné, lo que jamás han tocado ni tocarán una teta. Nadie jamás ha tocado nunca ninguna, sino que el campo electromagnético de los átomos que componen sus manos han experimentado un rechazo con el de los que componen la teta. O algo así era.