La Tragedia De La Inteligencia
La Tragedia De La Inteligencia
Estamos condenados a pensar. La inteligencia humana es la base de todas las tragedias. ¿Acaso alguien conoce algún animal o alguna planta trágicos? ¿Alguno salvo aquellos de las fábulas o mitologías a los que se les humaniza dotándolos de inteligencia y razón?
La libertad, el bien, el mal, la moral. Todo queda regido por nuestros pensamientos, nuestros análisis, nuestras valoraciones. Todo filósofo, pensador o persona con dos dedos de frente ha sabido distinguir entre las dos actitudes principales con las que alguien se puede enfrentar a la vida: una es siendo imbécil y otra es no siéndolo. El ingenuo, el tonto el vividor, el feliz es aquel que piensa poco y que vive en parte, falto de la característica más humana día a día. Sobrevuela instantes sujeto a placeres y dolores que golpean su persona pero que consigue que resbalen y lo mezcan no comprendiéndolos y así olvidándolos facilmente para enfilar el camino hacia el siguiente. Porque su manera de vivir es chocando fortuitamente con los acontecimientos y saludándolos con la mano o pidiéndoles perdón según sea el caso.
Sin embargo, esta persona sujeta al instinto y al instante roza la vida con agrado pero no se sumerge en los abismos del que densifica las situaciones y devenir a través de sus pensamientos, como si de un mago capaz de modificar la realidad se tratara. Estos magos del buceo vital buscan, deben buscar el placer y en general y por desgracia son más perfeccionistas en su búsqueda (cosa no siempre conveniente) pero también sufren del dolor al igual que su contrario con esa mitad vital que los caracteriza como seres humanos y que es difícil domar para evitar que acabe por gobernar su tiempo. Por esta razón es fácil encontrarlo en esa soledad personal caracterizada por ojos lejanos y comentarios hirientes por realistas.
Reconozcámoslo, el pesimista ve la realidad más nitidamente y el optimista más por los sueños o por la embriaguez del desconocimiento, la suerte efímera o la fe. La única salvación de los magos de la razón es intentar recoger en su analítica el instinto animal de la ingenuidad. Evitar ese comportamiento esquizoide en el que suelen acabar, incluir el mecanicismo de la supervivencia y el desconocimiento. Crear una simbiosis o al menos un pequeño hueco para ello en su torrente de pensamiento. Les deseo suerte a todos aquellos que lo intenten. No deseo por el contrario, porque desear dolor o corrupción de los demás es uno de los horrores humanos, la desgracia para los solícitos de la ingenuidad pero sí les transmito el desprecio que siento hacia sus personas. Al contrario de lo que pensarán muchos, no por la envidia de su felicidad, sino por su negativa a aceptar la naturaleza humana, la esencia del pensamiento, la inteligencia. Sin rencor pero sí con firmeza y sin vergüenza.
¿Por qué nadie recuerda su nacimiento? ¿Es quizás una estratagema tremendamente hábil de la naturaleza para continuar con su narcisismo? Para que sigamos siendo sus componentes, sus travesaños en esta vía cíclica e infinita. Es el hombre, el animal que supone los ojos, oidos, nariz, piel y lengua unidos por el cerebro de esta realidad el único que podría darse cuenta de este engaño en el que él tanto ha creido.
La alegría del nacimiento y el miedo a la muerte. La muerte, el dejar de existir, de pensar y por tanto al mismo tiempo de sufrir pero tambíen de ser el que se es, un tremendo cerrojo, una trampa genial imposible de solucionar que evita centrar la conciencia en el otro extremo que casi toca con el temido por todos. El nacimiento, el horror de ser lanzado a la existencia, tan terrible y doloroso que nadie lo recuerda pues quedaría como un muñeco de trapo inservible para todo, incluso para la perpetuidad del conjunto. Y es que la naturaleza es ingeniera creadora de algo complejo y magnífico con partes simples, sencillas e inconscientes. Tenemos el privilegio de verla observándonos el rostro, el privilegio de ser su creación maestra, aquella que es capaz de dar fe de su existencia. De estudiarla y juzgarla al igual que hace con el resto del universo. Porque ¿qué sería de la resliad, qué sentido tendría sin que existiera la inteligencia para intentar encontrar esa paz inalcanzable que es el sentido de lo externo y lo interno?
La libertad, el bien, el mal, la moral. Todo queda regido por nuestros pensamientos, nuestros análisis, nuestras valoraciones. Todo filósofo, pensador o persona con dos dedos de frente ha sabido distinguir entre las dos actitudes principales con las que alguien se puede enfrentar a la vida: una es siendo imbécil y otra es no siéndolo. El ingenuo, el tonto el vividor, el feliz es aquel que piensa poco y que vive en parte, falto de la característica más humana día a día. Sobrevuela instantes sujeto a placeres y dolores que golpean su persona pero que consigue que resbalen y lo mezcan no comprendiéndolos y así olvidándolos facilmente para enfilar el camino hacia el siguiente. Porque su manera de vivir es chocando fortuitamente con los acontecimientos y saludándolos con la mano o pidiéndoles perdón según sea el caso.
Sin embargo, esta persona sujeta al instinto y al instante roza la vida con agrado pero no se sumerge en los abismos del que densifica las situaciones y devenir a través de sus pensamientos, como si de un mago capaz de modificar la realidad se tratara. Estos magos del buceo vital buscan, deben buscar el placer y en general y por desgracia son más perfeccionistas en su búsqueda (cosa no siempre conveniente) pero también sufren del dolor al igual que su contrario con esa mitad vital que los caracteriza como seres humanos y que es difícil domar para evitar que acabe por gobernar su tiempo. Por esta razón es fácil encontrarlo en esa soledad personal caracterizada por ojos lejanos y comentarios hirientes por realistas.
Reconozcámoslo, el pesimista ve la realidad más nitidamente y el optimista más por los sueños o por la embriaguez del desconocimiento, la suerte efímera o la fe. La única salvación de los magos de la razón es intentar recoger en su analítica el instinto animal de la ingenuidad. Evitar ese comportamiento esquizoide en el que suelen acabar, incluir el mecanicismo de la supervivencia y el desconocimiento. Crear una simbiosis o al menos un pequeño hueco para ello en su torrente de pensamiento. Les deseo suerte a todos aquellos que lo intenten. No deseo por el contrario, porque desear dolor o corrupción de los demás es uno de los horrores humanos, la desgracia para los solícitos de la ingenuidad pero sí les transmito el desprecio que siento hacia sus personas. Al contrario de lo que pensarán muchos, no por la envidia de su felicidad, sino por su negativa a aceptar la naturaleza humana, la esencia del pensamiento, la inteligencia. Sin rencor pero sí con firmeza y sin vergüenza.
¿Por qué nadie recuerda su nacimiento? ¿Es quizás una estratagema tremendamente hábil de la naturaleza para continuar con su narcisismo? Para que sigamos siendo sus componentes, sus travesaños en esta vía cíclica e infinita. Es el hombre, el animal que supone los ojos, oidos, nariz, piel y lengua unidos por el cerebro de esta realidad el único que podría darse cuenta de este engaño en el que él tanto ha creido.
La alegría del nacimiento y el miedo a la muerte. La muerte, el dejar de existir, de pensar y por tanto al mismo tiempo de sufrir pero tambíen de ser el que se es, un tremendo cerrojo, una trampa genial imposible de solucionar que evita centrar la conciencia en el otro extremo que casi toca con el temido por todos. El nacimiento, el horror de ser lanzado a la existencia, tan terrible y doloroso que nadie lo recuerda pues quedaría como un muñeco de trapo inservible para todo, incluso para la perpetuidad del conjunto. Y es que la naturaleza es ingeniera creadora de algo complejo y magnífico con partes simples, sencillas e inconscientes. Tenemos el privilegio de verla observándonos el rostro, el privilegio de ser su creación maestra, aquella que es capaz de dar fe de su existencia. De estudiarla y juzgarla al igual que hace con el resto del universo. Porque ¿qué sería de la resliad, qué sentido tendría sin que existiera la inteligencia para intentar encontrar esa paz inalcanzable que es el sentido de lo externo y lo interno?
- Merodeador
- Mojahedín
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Re: La Tragedia De La Inteligencia
Ariadna ¿Por qué tantas "ideas" deshilvanadas?
¿Tú te lees luego?
Esperando esa característica con la que nos vas a iluminar continúas con esta otra aportación de tus vapores etílicos.
Etc. etc. etc.
No bebas.
Ariadna escribió:Reconozcámoslo, el pesimista ve la realidad más nitidamente y el optimista más por los sueños o por la embriaguez del desconocimiento, la suerte efímera o la fe.
¿Tú te lees luego?
Ariadna escribió:El ingenuo, el tonto el vividor, el feliz es aquel que piensa poco y que vive en parte, falto de la característica más humana día a día.
Esperando esa característica con la que nos vas a iluminar continúas con esta otra aportación de tus vapores etílicos.
Ariadna escribió: Sobrevuela instantes sujeto a placeres y dolores que golpean su persona pero que consigue que resbalen y lo mezcan no comprendiéndolos y así olvidándolos facilmente para enfilar el camino hacia el siguiente. Porque su manera de vivir es chocando fortuitamente con los acontecimientos y saludándolos con la mano o pidiéndoles perdón según sea el caso.
Etc. etc. etc.
No bebas.
Afinador de cisternas
Es normal que sea un caos. No lo escribí pretendiendo orden ni calidad sino sólo dejar que el cerebro soltara lo que bullía por ahí. Es más algo de lo que se pueden tomar notas para luego sacar algo e intentar desarrollarlo o discutirlo. Me apetecía colgarlo aquí y vistos los temas que hay últimamente casi hasta se puede considerar un un arrojo por no tratar de reuniones para fumar porros y beber o planetas bebidos.
No bebo. En exceso.
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- Dallas
- moromielda
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Re: La Tragedia De La Inteligencia
Ariadna escribió:Porque ¿qué sería de la resliad, qué sentido tendría sin que existiera la inteligencia para intentar encontrar esa paz inalcanzable que es el sentido de lo externo y lo interno?
Bueno yo me quedo con este fragmento.
Toda nuestra historia como seres pensantes viene destilada de nuestro particular sistema cognoscitivo, la inteligencia es más bien una virtud por la cual analizamos lo percibido, pero no deja de ser un producto, reitero, de la información que nuestros sentidos recogen de lo que nos rodea.
La configuración de estos sentidos es la verdadera medida de nuestra inteligencia entonces.
Por esto lo inquietante, para mí al menos, nisiquiera es la existencia de nuestra especie o nuestra capacidad de consciencia, sino de algo más evolucionado o superior.
Para ilustrar la premisa podría mostrar la analogía de un hormiguero, una comunidad trabajadora y con clases sociales como la nuestra.
Si un agente externo perturba su realidad, un humano pisándolas, las hormigas pueden percibir el peligro y el desconcierto pero nisiquiera saben qué les ocurre.
Están limitadas y no pueden ver más allá.
La losa durante mucho tiempo de los seres humanos fue nuestra ignorancia, pero tras la explosión de conocimiento sufrida mayormente a lo largo del siglo XX y comienzos del XXI , nos hemos percatado de lo nimios que somos en el universo (nisiquiera conocido en su extensión en más de un 5%).
La humanidad en el universo no puede interactuar a nivel global, como no pueden las hormigas, por decirlo de algún modo, sobre nosotros.
Quizás podamos ser la única solución de vida posible en el universo y por consiguiente capaz de investigarlo y descubrirlo (aunque me parece improbable), como una célula de nuestro cuerpo que cobrase inteligencia de modo autónomo y se dedicase a explorar nuestro organismo.
Pero puede que haya algo más que nosotros, más grande, más consciente y pensante, que nos observe. No creo en Dios, ni en los extraterrestres, ni en pajas mentales como los primigenios, bla bla.
Yo no soy pesimista pero quizás nuestra raza desaparezca del universo sin dejar ni un miserable testigo de nuestra historia, porque el precio de la inteligencia es nuestra propia destrucción, no vivimos en equilibrio con el entorno que nos rodea.
Si antes de que el sol engulla a nuestro planeta superamos nuestra siguiente barrera, que no es más que asimilar de un modo efectivo toda la información que generamos, (hasta que punto es esto éticamente hablando bueno, imaginad que todos los seres humanos pudieran ser licenciados/ingenieros superiores en todas las disciplinas, ¿usaríamos todo el conocimiento para el bien o el mal?, si estos últimos son sólo fruto de circunstancias, prejuicios y conveniencias) quizás logremos evolucionar a algo verdaderamente grande y nuevo.
- Jack_Durden
- Imán
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Re: La Tragedia De La Inteligencia
Dallas escribió:Ariadna escribió:Porque ¿qué sería de la resliad, qué sentido tendría sin que existiera la inteligencia para intentar encontrar esa paz inalcanzable que es el sentido de lo externo y lo interno?
Bueno yo me quedo con este fragmento.
Toda nuestra historia como seres pensantes viene destilada de nuestro particular sistema cognoscitivo, la inteligencia es más bien una virtud por la cual analizamos lo percibido, pero no deja de ser un producto, reitero, de la información que nuestros sentidos recogen de lo que nos rodea.
La configuración de estos sentidos es la verdadera medida de nuestra inteligencia entonces.
Por esto lo inquietante, para mí al menos, nisiquiera es la existencia de nuestra especie o nuestra capacidad de consciencia, sino de algo más evolucionado o superior.
Para ilustrar la premisa podría mostrar la analogía de un hormiguero, una comunidad trabajadora y con clases sociales como la nuestra.
Si un agente externo perturba su realidad, un humano pisándolas, las hormigas pueden percibir el peligro y el desconcierto pero nisiquiera saben qué les ocurre.
Están limitadas y no pueden ver más allá.
La losa durante mucho tiempo de los seres humanos fue nuestra ignorancia, pero tras la explosión de conocimiento sufrida mayormente a lo largo del siglo XX y comienzos del XXI , nos hemos percatado de lo nimios que somos en el universo (nisiquiera conocido en su extensión en más de un 5%).
La humanidad en el universo no puede interactuar a nivel global, como no pueden las hormigas, por decirlo de algún modo, sobre nosotros.
Quizás podamos ser la única solución de vida posible en el universo y por consiguiente capaz de investigarlo y descubrirlo (aunque me parece improbable), como una célula de nuestro cuerpo que cobrase inteligencia de modo autónomo y se dedicase a explorar nuestro organismo.
Pero puede que haya algo más que nosotros, más grande, más consciente y pensante, que nos observe. No creo en Dios, ni en los extraterrestres, ni en pajas mentales como los primigenios, bla bla.
Yo no soy pesimista pero quizás nuestra raza desaparezca del universo sin dejar ni un miserable testigo de nuestra historia, porque el precio de la inteligencia es nuestra propia destrucción, no vivimos en equilibrio con el entorno que nos rodea.
Si antes de que el sol engulla a nuestro planeta superamos nuestra siguiente barrera, que no es más que asimilar de un modo efectivo toda la información que generamos, (hasta que punto es esto éticamente hablando bueno, imaginad que todos los seres humanos pudieran ser licenciados/ingenieros superiores en todas las disciplinas, ¿usaríamos todo el conocimiento para el bien o el mal?, si estos últimos son sólo fruto de circunstancias, prejuicios y conveniencias) quizás logremos evolucionar a algo verdaderamente grande y nuevo.
Te recomiendo un programa de Redes que puedes encontrar en la mula, El cerebro nos engaña.
So sit back, relax, and watch our review!
In Soviet Union, review watches you!
Juan Carlos es un Latin King
La única razón para esperar un mes para follar es que ella tenga 17 años y 11 meses
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Ayer cuando lo intenté leer estaba en mal estado y solo entendí cosas a rasgos generales.
Aun así algunas de las pocas cosas que llegué a pillar no están mal dichas, o al menos, las preguntas que planteas son interesantes a nivel filosófico. Las respuestas, ya te digo que no las entendí del todo.
Eso si, si no hablas de ética y hablas de antropología, psicología y existencialismo no deberías meter de por medio valoraciones éticas. O por lo menos no meterlas al principio, poner la conclusión al principio es arriesgado en un foro, pues , el que no comparta tu punto de vista tenderá a prejugzar todo lo que venga escrito detrás bajo el mismo rasero de desacuerdo.
Pero eso, está muy bién reflexionar sobre esos temas.
Ya me lo leeré detenidamente pa darte opinión.
Aun así algunas de las pocas cosas que llegué a pillar no están mal dichas, o al menos, las preguntas que planteas son interesantes a nivel filosófico. Las respuestas, ya te digo que no las entendí del todo.
Eso si, si no hablas de ética y hablas de antropología, psicología y existencialismo no deberías meter de por medio valoraciones éticas. O por lo menos no meterlas al principio, poner la conclusión al principio es arriesgado en un foro, pues , el que no comparta tu punto de vista tenderá a prejugzar todo lo que venga escrito detrás bajo el mismo rasero de desacuerdo.
Pero eso, está muy bién reflexionar sobre esos temas.
Ya me lo leeré detenidamente pa darte opinión.
Aro.
Ariadna, creo que este es el post más profundo y sustancial que he leído en meses. Redimes a las de tu género (es broma).
Ahora bien, sí que es cierto que es muy complicado de leer. Yo me voy a poner a hacerlo por segunda vez a ver qué más puedo sacar, porque el tema me interesa. De hecho, es una constante en mis pensamientos. Pensamientos chungos, claro, pero de los que no se puede huir, sobre todo en días determinados, ¿verdad?
Ahora bien, sí que es cierto que es muy complicado de leer. Yo me voy a poner a hacerlo por segunda vez a ver qué más puedo sacar, porque el tema me interesa. De hecho, es una constante en mis pensamientos. Pensamientos chungos, claro, pero de los que no se puede huir, sobre todo en días determinados, ¿verdad?
Menudo poupourri pero comento siguiendo el sistema caótico: Ariadna, todo el texto es un compendio de absolutos, una polarización entre quien piensa y quien no piensa, optimista-pesimista, blanco-negro, vida-muerte. En realidad no creo que sea así -a no ser que se esté completamente deprimido, o no se haya pasado la adolescencia – puesto que no se es 100% algo sino por el contrario solemos tener pizcas de todo según el momento. Para mí es igualmente perjudicial ser optimista que ser pesimista , creo es más sano mentalmente quitarse las gafas de colores y ver todos los matices, osea, ser realista.
Tampoco creo que esté reñida la inteligencia con la ingenuidad , en cambio en ocasiones pienso que se cogen de la mando cuando de lo que se trata es de mantener cierta inocencia que nos permita asombrarnos ante cosas de la vida. Como los niños, ni más, ni menos, anular esta inocencia por completo sí nos lleva a convertirnos en seres grises. Por supuesto, ingenuo no es sinónimo de gilipollas.
El pensamiento humano, efectivamente dota a los hechos de significado trágico pero también cómico y por eso sí pueden existir “plantas trágicas” o “animales cómicos” porque nosotros les atribuimos ese significado totalmente personal. Lo contrario (que los animales nos atribuyan significado) no está demostrado aunque el otro día leía por ahí que al parecer nosequé monos son capaces de empatizar con sus iguales, así que imagina...
Sobre lo de la muerte y el nacimiento, toma frasecita chorri-manida: al nacer acabas de morir a la vida anterior en el vientre de tu madre. Así que para llegar a esta vida ya has muerto por lo menos una vez. Personalmente pegaría a quien me dijera esto pero yo lo que sea por fomentar la reflexión.
¿Sabías que no toda la gente alcanza el mismo tipo de capacidad cognitiva al llegar a la edad adulta? En muchísima gente con poca escolarización (no hablo de retraso mental, claro) el pensamiento abstracto está poco desarrollado y por lo tanto tienen serias dificultades a la hora de pensar en esos términos.
Tampoco creo que esté reñida la inteligencia con la ingenuidad , en cambio en ocasiones pienso que se cogen de la mando cuando de lo que se trata es de mantener cierta inocencia que nos permita asombrarnos ante cosas de la vida. Como los niños, ni más, ni menos, anular esta inocencia por completo sí nos lleva a convertirnos en seres grises. Por supuesto, ingenuo no es sinónimo de gilipollas.
El pensamiento humano, efectivamente dota a los hechos de significado trágico pero también cómico y por eso sí pueden existir “plantas trágicas” o “animales cómicos” porque nosotros les atribuimos ese significado totalmente personal. Lo contrario (que los animales nos atribuyan significado) no está demostrado aunque el otro día leía por ahí que al parecer nosequé monos son capaces de empatizar con sus iguales, así que imagina...
Sobre lo de la muerte y el nacimiento, toma frasecita chorri-manida: al nacer acabas de morir a la vida anterior en el vientre de tu madre. Así que para llegar a esta vida ya has muerto por lo menos una vez. Personalmente pegaría a quien me dijera esto pero yo lo que sea por fomentar la reflexión.
¿Sabías que no toda la gente alcanza el mismo tipo de capacidad cognitiva al llegar a la edad adulta? En muchísima gente con poca escolarización (no hablo de retraso mental, claro) el pensamiento abstracto está poco desarrollado y por lo tanto tienen serias dificultades a la hora de pensar en esos términos.
- Stewie
- Ulema
- Mensajes: 4271
- Registrado: 30 Jul 2004 15:51
- Ubicación: Arrabales de la intelectualidad
Ariadana, te recomiendo "La naúsea", toca a fondo algunos puntos que has mencionado. En concreto la dualidad consciencia - pesimismo, inocencia-felicidad. El consciente se percata de lo trágico y lo absurdo que es existir y lo irrelevantes que resultan las alegrías cotidianas frente a la incertidumbre de la muerte cierta y el qué vendra después.
También me pareció interesante la "trampa" del mantenerse ocupado para no pensar y basar la felicidad justamente en un despiste contínuo.
Por otra parte estoy de acuerdo con NORNA en que se trata de una simplificación excesiva y en que se puede disfrutar sin ignorar los aspectos negativos. De hecho, una persona inteligente preferirá evadirse de la realidad a permanecer atrapado en su absurdidad.
También me pareció interesante la "trampa" del mantenerse ocupado para no pensar y basar la felicidad justamente en un despiste contínuo.
Por otra parte estoy de acuerdo con NORNA en que se trata de una simplificación excesiva y en que se puede disfrutar sin ignorar los aspectos negativos. De hecho, una persona inteligente preferirá evadirse de la realidad a permanecer atrapado en su absurdidad.
Pepe escribió: A mi todo esto (la extinción del lince) me parece una mierda. El lince mola, es bonito como gato y elegante como abrigo, que se vaya a la mierda no mola, que hagan corridas de linces.