Estoy por apostar que sacaste la foto al Cafe Gijón de Gijón Asturias*. No al de los Mandriles.
Si es que estais asilvestrados.
Listo, que eres un listo, te vas a pasar de listo y acabarás tonto.
¿Desde cuando un Café Gijón en Gijón tiene portero?
A ti lo que te pasa es que piensas que los que no nacimos en torno a la Y Gr¡ega estamos predestinados a no viajar más allá de donde pasten las vacas. ¡Racista! ¡Capitalín de mierda! ¡Culo moyáu! ¡Carbayón! ... (no me meto con Avilés por el simple trauma que ha de ser nacer ahí)
Perdonen que reviva viejas heridas.
Hoy, 22 de Octubre me han vuelto a galatear, así que he tenido que hacer algunas cosas.
Estimado Gabinete de Dirección y/o Gerencia:
Me dirijo a ustedes porque hace meses que me rondan algunas cosas por la cabeza, y creo que es muy importante que ustedes tengan constancia de ello. Antaño sucedieron algunas cosas que me han llevado a creer conveniente esta explicación que adjunta además un ligero esbozo de algo que creo necesario.
Procedo con mi resumida explicación;
Hace ya algún tiempo se me ocurrió que ser una mujer más en el terreno de los blogs literarios no haría ningún mal. A parte de eso, frecuentaba diversos foros que mantenían viva mi inspiración a la hora de crear. La verdad es que escribo bastante mal, pero le pongo mucho empeño. Bueno, no me andaré por las ramas.
Un día publiqué un relato en uno de los foros que visitaba, semanas después en alguna otra página dedicada a la gente como yo que le gusta perder el tiempo. El Blog ya estaba bastante despierto y en él comentaban casi a diario las mismas personas. Entre ellas, la causante mi enorme estado de desequilibrio, Galatea. Galatea era una buena escritora, original, afable y muy buena lectora, me encantaba entrar a ver sus escritos.
Mi sorpresa llegó el día en que entré y .. me encontré mi propia historia escrita por ella. Me había Galateado! Al principio pensé que teníamos ideas muy parecidas y que probablemente sería tan solo parecida, pero eso solo pasó hasta que la leí. Bueno, hay que reconocer que el nombre de la protagonista cambió. Muy sutil por su parte. Hice alarde de mi situación en uno de mis foros habituales y todo el mundo pudo jugar un poco con ese acontecimiento. Ella acabó cerrando la página justo pocos días después de descubrirse que ese no era el único texto copiado.
Se preguntarán donde quiero llegar. Bueno, justo hoy me han vuelto a Galatear en otra página. Estas cosas duelen, ustedes me entenderán. Seguro que alguna vez le han copiado algo. En definitiva, creo conveniente que la palabra Galatear forme parte del Diccionario de la Real Academia Española. Que al escribir esa palabra en el Microsoft Word no salga marcada en rojo. Espero con impaciencia una respuesta.
Por un futuro mejor.
Bárbara Martín.
Creían que estaba loca solo porque le quiso desenterrar una vez.
Barbara, si te consuela, por esa tontería de que mal de muchos consuelo de tontos, el señor Buenafuente va a sacar un programa de TV que les envié hace 8 meses. Con la venta de derechos del programa yo ya podría comenzar a pagarme mi pisito, pero como lo han plagiado y la primera contestación que recibí de ellos fué la de un ciego dando palos al aire, les contesté una segunda vez rebatiendo punto por punto, no me contestaron.
Pues nada, a la espera estoy de que salga el programa, como coincida en muchas cosas el primer programa habrá que ir por lo legal, aunque no me importaría ser el follonero con un bate de beisbol, pues el programa lo tengo registrado.
Un saludo y sigue creando.
P.D: ¿Galaea es la del vestido de colegiala?¿Porque lleva vestido de colegiala?¿Es una foto de esas de gurrona de MSN?
Es todo una conspiración... los del tunel de lavado de mi barrio alimentan a las palomas.
¿Os habéis fijado?
A este hilo le faltan como veinte páginas.
Qué mal, ¿eh?
A mí me jode.
[...] se vio tragado por la boca de una decadencia larga y serpenteante, de la que no volvería a salir hasta que, al final mismo de sus días, se enamoró por fin de su mujer.
¡¡Todavía se pueden usar las bandejas de entrada!!
Pd.
A lo mejor ahora que lo he hecho notar, ya no.
[...] se vio tragado por la boca de una decadencia larga y serpenteante, de la que no volvería a salir hasta que, al final mismo de sus días, se enamoró por fin de su mujer.