"Form follows function."
Hay una plataforma en mi escuela que pinta "El ornamento no es delito" por las paredes. El debate está bastante vivo, y aunque cada uno acaba encontrando su propia postura, el grueso de los arquitectos suele abominar del formalismo feroz. Vaya, que para aprobar, por lo general, hay que ir presentando cosas minimalistas, ortogonales, diáfanas, y sobre todo coherentes con un discurso (que por lo general uno puede acabar inventándose a posteriori) tontorrón que no suele ser más que verborrea y bonito.
Decía un profesor mío que los únicos motivos ornamentales que se podían justificar ad hoc eran los vegetales/floreales y los geométricos, porque son herencia del pasado.
Luego son Gehry y Calatrava los que venden, y todos nos echamos las manosa la cabeza por la ignorancia de la que hace gala la gente.
Me considero bastante funcionalista (me creo el enunciado de arriba), pero no soy un ceporro mendaz y caradura que eche por tierra un proyecto porque tenga una voluble marquesina de titanio. Lo echo abajo porque la caprichosísima marquesina de titanio no me gusta (bodegas de Marqués de Riscal en la Rioja del grupo de Gehry), no porque sea ornamento.

- Ornamento ni ornamento... ¡Yo soy como el viento!