Clasicorro bien decadente (II)
Calixto Bieito es un director de escena gallego (creo) que ha conseguido fama mundial convirtiéndose en el Tarantino de la ópera. Que un estreno suyo produzca abucheos entre parte del público no es ninguna novedad. Al contrario, el día que eso no ocurra supondrá una tremenda decepción. Tiene por ahí circulando un montaje de un Don Giovanni donde se sodomiza a un personaje contra su voluntad. No me preguntéis en qué parte del libreto encuentra justificación para meter una cosa así. Es su marca personal.
Yo todavía no he ido a ver Wozzeck, pero caerá pronto. La ópera contemporánea permite muchas más licencias a la hora de ponerse en escena, y si Bieito no se corta con Mozart, menos aun lo hará con un título emblemático de la vanguardia.
Como muestra un botón, no de la puesta en escena de Bieito, sino de la música de Wozzeck.
[flash width=425 height=350 loop=false]http://www.youtube.com/v/UWu0BNg-8VA[/flash]
Qué densitos y patológicos son estos teutones cuando se lo proponen.
Yo todavía no he ido a ver Wozzeck, pero caerá pronto. La ópera contemporánea permite muchas más licencias a la hora de ponerse en escena, y si Bieito no se corta con Mozart, menos aun lo hará con un título emblemático de la vanguardia.
Como muestra un botón, no de la puesta en escena de Bieito, sino de la música de Wozzeck.
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Qué densitos y patológicos son estos teutones cuando se lo proponen.
- Stewie
- Ulema
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- Ubicación: Arrabales de la intelectualidad
Hombre, lo que es el montaje tiene que ser digno de ver. Pero la obra en sí, o por lo menos el fragmento que has cascado, no parece nada del otro mundo.
También anda ahora en cartel una adpatación de Plataformade Houllebecq, creo que estaban metidos los de la Fura y el montaje también era curiosillo.
¿Que qué tiene ver Plataforma con el clasicorro decadente? Pues lo mismo que las sodomías con Don Giovanni.
Tiene por ahí circulando un montaje de un Don Giovanni donde se sodomiza a un personaje contra su voluntad. No me preguntéis en qué parte del libreto encuentra justificación para meter una cosa así. Es su marca personal.
También anda ahora en cartel una adpatación de Plataformade Houllebecq, creo que estaban metidos los de la Fura y el montaje también era curiosillo.
¿Que qué tiene ver Plataforma con el clasicorro decadente? Pues lo mismo que las sodomías con Don Giovanni.
Pepe escribió: A mi todo esto (la extinción del lince) me parece una mierda. El lince mola, es bonito como gato y elegante como abrigo, que se vaya a la mierda no mola, que hagan corridas de linces.
Como hay rollo abajo y el fragmento es larguito (14:45), os lo voy cascando y así optimizáis la experiencia.
'Leb wohl, du kühnes!' - Wagner - 'Die Walküre'
[flash width=322 height=54 loop=false]http://odeo.com/flash/audio_player_gray.swf?audio_id=6104733&audio_duration=960.882&valid_sample_rate=false&external_url=http://media.odeo.com/1/4/5/Adioses_de_Wotan.mp3[/flash]
Me hallo lo suficientemente ocioso como para postear algo que debería haceros sentir como ácaros fagocitando caspa entre unas sábanas, y ya de paso me redimo de tanta finura Straussiana. Empiezo a tomar consciencia de que todo lo de Strauss va a fondo perdido, pero aún así no me resisto a divulgar mis obsesiones. Siempre lo he hecho y no parece que vaya a cambiar. En ese sentido soy todo lo contrario que Cíclope, que dice que aquí sólo pone lo que cree que puede gustar más al vulgo, y que sus caramelos más sabrosos se los reserva para la intimidad a la espera de que nuestros paladares evolucionen. Como digo, yo soy todo lo contrario.
Esto es Wagner, es el final del la Walkiria y está al alcance de todos. Es un monólogo de quince minutos a cargo de un bajo que canta, en mi opinión, la música más triste jamás escrita para bajo. Si esto último no os ha animado a cambiar de hilo, os diré que también en mi opinión es la música más hermosa jamás escrita para bajo.
Se trata del monólogo oficiosamente llamado “Los adioses de Wotan”, y más que un monólogo son tres ariosos separados por densos golpes de orquesta. Recordemos una vez más (y luego si queréis puedo hablar de mis problemas con el emule) que La Walkiria es la segunda de las cuatro óperas que forman la tetralogía de El Anillo del Nibelungo, así que la acción que transcurre en esta escena es sólo el desenlace de ese segundo capítulo.
Wotan castiga a su hija Brunilda (su favorita de las nueve walkirias que concibió junto a la diosa Erda) a dormir un sueño mágico, aunque accede a protegerla con una cortina de fuego para evitar que cualquier pelele pueda tomarla mientras no puede valerse. Si alguien ha de atravesar ese fuego, que al menos tenga dos cojones (Sigfrido). La música es triste debido a que Wotan no quiere castigar a su hija. Ésta tuvo que revelarse en contra de una orden que él le dio (matar a su hijo Sigmund) porque sabía que en el fondo era lo último que deseaba. Aunque así era, el dios no puede tolerar un desacato.
En esa ilustración aparecen flotando unos pentagramas con las notas del motivo de "El sueño mágico". El discurso orquestal de esta escena, rotundo, áureo, avasallador, está compuesto en un buen porcentaje por motivos orquestales que se entrelazan entre sí.
Durante el primer bloque (“Adiós, osada, magnífica niña”) predomina el del motivo de “el fuego”, y mientras aborda las últimas cuatro estrofas (1:49) la trompas dibujan por primera vez en la tetralogía el motivo de Sigfrido, puesto que a él hace mención las estrofas que canta Wotan:
Ardiente llama rodee la roca;
con devorador horror
ahuyente al pusilánime:
¡que el cobarde huya de la roca
de Brunilda!
¡Que sólo uno pretenda a esta novia,
uno más libre que yo, el dios!
A continuación, el primero de los interludios orquestales, en el que se desarrolla un motivo que ahora no sé nombrar, pero que supongo estará asociado a la familia de los motivos de “El Amor”, que son unos cuántos. Las cuerdas por el fondo dibujan lo que supongo que son variaciones del motivo de “La Naturaleza”. La masa orquestal se eleva sangrante para después ir remansando en un plácido vaivén que acompañará a Wotan en el segundo bloque del monólogo casi como un susurro. Esa agradable figuración a cargo de los violines es el motivo de “el sueño mágico”, y lo que canta Wotan es una página de un lirismo extremo. Música conmovedora para palabra conmovedoras.
En estos luminosos ojos
que a menudo yo acaricié sonriente,
recompensado con un beso
tu conducta en el combate,
cuando balbuciente
fluía de tus divinos labios
la loa de los héroes;
estos dos radiantes ojos
que a menudo me iluminaron
durante el ataque,
cuando la esperanza me abrasaba
el corazón,
cuando a las delicias del mundo
aspiraba mi deseo
desde el temor trémulo:
¡por última vez
me solazo hoy en ellos
les doy el último beso del adiós!
Que sepáis que los muy wagnerianos lloran con esta mierda. Y no es para menos. La verdad es que La Walkiria es una ópera tan larga que hay que amarla y conocerla mucho para llegar a este momento sin estar exhausto. Hay que imaginarse cómo debe sentirse el pobre infeliz que lleve cuatro horas partiéndose el pecho.
El bloque termina con algún instrumento soplando el umbrío motivo de “la maldición”, que enlaza con la melancólica melodía de “La renuncia al amor” mientras Wotan sentencia:
Mientras para el hombre afortunado
brilla su propia estrella;
para el desdichado eterno,
la suya debe apagarse.
¡Así se aparta de tu lado el dios,
así te quita con un beso
la divinidad!
La magia no decae durante el sereno y conmovedor interludio que lo sigue (7:39). El motivo de “El sueño mágico”, esta vez sin disfraces, se entrelaza con la línea melódica con la que Wotan abría este segundo bloque, esta vez a cargo de los chelos. Los cuernos repiten dos veces omniosamente el motivo de “La maldición” para ir cortando el rollo. Y después, estalla un furibundo motivo que se llama “La frustración de Wotan”. El dios invoca a Loge, dios del fuego, para que encienda el anillo de fuego que proteja a la Walkiria mientras duerme. No aparece ningún cantante nuevo en escena, pero las figuraciones titilantes que ilustran a este personaje son fáciles de reconocer. Van también remansando hasta reaparecer el motivo del sueño mágico.
Wotan canta sus últimas palabras aludiendo a Sigfrido, ya no solo en el texto, sino que las notas que canta (y que repiten las trompas) son el mismísimo motivo de Sigfrido reproducido en toda su amplitud.
¡Jamás atraviese el fuego
quien tema
la punta de mi lanza!
Vuelve a sonar de fondo la línea melódica de “En estos luminosos ojos...” que se transforma en una suave coda final formada por tres de los motivos trenzados: “el sueño mágico”, “el fuego” y “la maldición”.
No me voy a hacer pajas dialécticas. De todo lo que es grande, esto es lo más grande. Dejadlo sonando y seguid navegando.

'Leb wohl, du kühnes!' - Wagner - 'Die Walküre'
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Me hallo lo suficientemente ocioso como para postear algo que debería haceros sentir como ácaros fagocitando caspa entre unas sábanas, y ya de paso me redimo de tanta finura Straussiana. Empiezo a tomar consciencia de que todo lo de Strauss va a fondo perdido, pero aún así no me resisto a divulgar mis obsesiones. Siempre lo he hecho y no parece que vaya a cambiar. En ese sentido soy todo lo contrario que Cíclope, que dice que aquí sólo pone lo que cree que puede gustar más al vulgo, y que sus caramelos más sabrosos se los reserva para la intimidad a la espera de que nuestros paladares evolucionen. Como digo, yo soy todo lo contrario.
Esto es Wagner, es el final del la Walkiria y está al alcance de todos. Es un monólogo de quince minutos a cargo de un bajo que canta, en mi opinión, la música más triste jamás escrita para bajo. Si esto último no os ha animado a cambiar de hilo, os diré que también en mi opinión es la música más hermosa jamás escrita para bajo.
Se trata del monólogo oficiosamente llamado “Los adioses de Wotan”, y más que un monólogo son tres ariosos separados por densos golpes de orquesta. Recordemos una vez más (y luego si queréis puedo hablar de mis problemas con el emule) que La Walkiria es la segunda de las cuatro óperas que forman la tetralogía de El Anillo del Nibelungo, así que la acción que transcurre en esta escena es sólo el desenlace de ese segundo capítulo.
Wotan castiga a su hija Brunilda (su favorita de las nueve walkirias que concibió junto a la diosa Erda) a dormir un sueño mágico, aunque accede a protegerla con una cortina de fuego para evitar que cualquier pelele pueda tomarla mientras no puede valerse. Si alguien ha de atravesar ese fuego, que al menos tenga dos cojones (Sigfrido). La música es triste debido a que Wotan no quiere castigar a su hija. Ésta tuvo que revelarse en contra de una orden que él le dio (matar a su hijo Sigmund) porque sabía que en el fondo era lo último que deseaba. Aunque así era, el dios no puede tolerar un desacato.

En esa ilustración aparecen flotando unos pentagramas con las notas del motivo de "El sueño mágico". El discurso orquestal de esta escena, rotundo, áureo, avasallador, está compuesto en un buen porcentaje por motivos orquestales que se entrelazan entre sí.
Durante el primer bloque (“Adiós, osada, magnífica niña”) predomina el del motivo de “el fuego”, y mientras aborda las últimas cuatro estrofas (1:49) la trompas dibujan por primera vez en la tetralogía el motivo de Sigfrido, puesto que a él hace mención las estrofas que canta Wotan:
Ardiente llama rodee la roca;
con devorador horror
ahuyente al pusilánime:
¡que el cobarde huya de la roca
de Brunilda!
¡Que sólo uno pretenda a esta novia,
uno más libre que yo, el dios!
A continuación, el primero de los interludios orquestales, en el que se desarrolla un motivo que ahora no sé nombrar, pero que supongo estará asociado a la familia de los motivos de “El Amor”, que son unos cuántos. Las cuerdas por el fondo dibujan lo que supongo que son variaciones del motivo de “La Naturaleza”. La masa orquestal se eleva sangrante para después ir remansando en un plácido vaivén que acompañará a Wotan en el segundo bloque del monólogo casi como un susurro. Esa agradable figuración a cargo de los violines es el motivo de “el sueño mágico”, y lo que canta Wotan es una página de un lirismo extremo. Música conmovedora para palabra conmovedoras.
En estos luminosos ojos
que a menudo yo acaricié sonriente,
recompensado con un beso
tu conducta en el combate,
cuando balbuciente
fluía de tus divinos labios
la loa de los héroes;
estos dos radiantes ojos
que a menudo me iluminaron
durante el ataque,
cuando la esperanza me abrasaba
el corazón,
cuando a las delicias del mundo
aspiraba mi deseo
desde el temor trémulo:
¡por última vez
me solazo hoy en ellos
les doy el último beso del adiós!
Que sepáis que los muy wagnerianos lloran con esta mierda. Y no es para menos. La verdad es que La Walkiria es una ópera tan larga que hay que amarla y conocerla mucho para llegar a este momento sin estar exhausto. Hay que imaginarse cómo debe sentirse el pobre infeliz que lleve cuatro horas partiéndose el pecho.
El bloque termina con algún instrumento soplando el umbrío motivo de “la maldición”, que enlaza con la melancólica melodía de “La renuncia al amor” mientras Wotan sentencia:
Mientras para el hombre afortunado
brilla su propia estrella;
para el desdichado eterno,
la suya debe apagarse.
¡Así se aparta de tu lado el dios,
así te quita con un beso
la divinidad!
La magia no decae durante el sereno y conmovedor interludio que lo sigue (7:39). El motivo de “El sueño mágico”, esta vez sin disfraces, se entrelaza con la línea melódica con la que Wotan abría este segundo bloque, esta vez a cargo de los chelos. Los cuernos repiten dos veces omniosamente el motivo de “La maldición” para ir cortando el rollo. Y después, estalla un furibundo motivo que se llama “La frustración de Wotan”. El dios invoca a Loge, dios del fuego, para que encienda el anillo de fuego que proteja a la Walkiria mientras duerme. No aparece ningún cantante nuevo en escena, pero las figuraciones titilantes que ilustran a este personaje son fáciles de reconocer. Van también remansando hasta reaparecer el motivo del sueño mágico.
Wotan canta sus últimas palabras aludiendo a Sigfrido, ya no solo en el texto, sino que las notas que canta (y que repiten las trompas) son el mismísimo motivo de Sigfrido reproducido en toda su amplitud.
¡Jamás atraviese el fuego
quien tema
la punta de mi lanza!
Vuelve a sonar de fondo la línea melódica de “En estos luminosos ojos...” que se transforma en una suave coda final formada por tres de los motivos trenzados: “el sueño mágico”, “el fuego” y “la maldición”.
No me voy a hacer pajas dialécticas. De todo lo que es grande, esto es lo más grande. Dejadlo sonando y seguid navegando.

- Cíclope Bizco
- Mulá
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- Registrado: 13 Ene 2004 03:43
Tengo entradas para mi primera ópera: Los Cuentos de Hoffman.
Me he agenciado las localidades porque se ve que a Stinguay le impresionó chuscamente y el montaje será en Málaga el mismito que en La Capital.
Luego a las ocho voy al concierto de The Fall que festeja 30 años de historia del punk presentando mundialmente álbum postrero en el mismo teatro... cosa que no viene a cuento de ná. 7€, en la azotea y Hoffman porque voy de acompañante de señoritas con bolsa de actividades incluída.
Me he agenciado las localidades porque se ve que a Stinguay le impresionó chuscamente y el montaje será en Málaga el mismito que en La Capital.
Luego a las ocho voy al concierto de The Fall que festeja 30 años de historia del punk presentando mundialmente álbum postrero en el mismo teatro... cosa que no viene a cuento de ná. 7€, en la azotea y Hoffman porque voy de acompañante de señoritas con bolsa de actividades incluída.
Al pasar Nueva Orleans dejo atrás sus lagos iridiscentes y luces de gas amarillo pálido | pantanos y estercoleros | aligátores arrastrándose sobre botellas rotas y latas | moteles con arabescos de neón | chaperos desamparados que susurran obscenidades a la gente que pasa.
Nueva Orleans es un museo de muertos.
Nueva Orleans es un museo de muertos.
Me gustaría comprimir en un post no muy largo todas las impresiones que me ha causado el Wozzeck del Real, pero no sé si va a ser posible. Hay rollito que contar y todo muy jugosete. ¡Cuánto voy a echar en falta a Penetreitor para que me corrija de todas las imprecisiones y burradas que voy a soltar!
Penetreitor, coño, pásate por este post. Es sólo un post, es por una buena causa y no te cuesta nada. Ya sé que chanas demasiado para nosotros pero come back tonight.
Va, ¿eh?..
Wozzeck está basada en una obra de teatro de un escritor alemán que murió con veintidós años a principios del siglo XIX, un tal Buchner. La obra original se titulaba Woyzeck, y fue transcrita como Wozzeck debido a un error tipográfico por el mal estado en que estaba el manuscrito original. Resulta que cuando un fan estudioso de Buchner pidió acceso a la familia a todos los documentos existentes para hacer una antología de sus obras, se encontró con dificultades para acceder a éste en cuestión. Para empezar, la obra estaba inacaba, y se trataba de un montón de escenas inconexas, oscuras, escatológicas y de un expresionismo kafkiano que se adelantaba cien años a todo cuanto se había escrito hasta el momento, incluído el resto de las obras del propio Bruchner. No es de extrañar que la familia no comprendiera el texto e intentara ocultarlo para proteger la reputación de su ilustre difunto.
La obra estaba inspirada en un suceso real, un soldado que asesina a su compañera a causa de las infidelidades de ésta. Se da que fue el primer caso en toda la jurisprudencia alemana en el que se alegó atenuante por trastornos psicológicos (esquizofrenia) que no hacían responsable al imputado de sus actos, aunque sin éxito. El verdadero Woyzeck fue ejecutado en público, y se desconode si la idea de Buchner era que su obra terminara de igual manera. La reconstrucción de las escenas que se ha hecho desde su descubrimiento (que varía según el montaje, siempre refiriéndonos a la obra de teatro, no a la ópera) cuenta con un final enigmático, aunque con cierta lógica: Woyzeck se interna en un lago para hacer desaparecer el arma homicida y el que desaparece es él. En la escena final, los niños del barrio se mofan de su hijo porque su madre ha aparecido muerta en un canal. El niño permanece impasible jugando con su caballito de madera.
Hablemos de la música.
En efecto, Wozzeck no es una ópera íntegramente atonal, cosa que parece que irritó al maestro de Berg (Schonberg, supuesto padre del atonalismo y autor del Pierrot Lunaire). Hay pasajes bastantes tonales, como la canción que canta Marie cuando ve la marcha militar que linké antes. Tampoco es una ópera dodecafónica, porque parece que ese movimiento (o lo que demonios fuera) se dio cronológicamente más tarde. Recordemos al gran Penetreitor cuando decía que no todo lo atonal es dodecafónico, pero todo lo dodecafónico sí es atonal). Es una música de un expresionismo extremo. Es Picasso, Kandinsky, Otto Dix. Uno va a Wozzek sabiendo que no va a escuchar música hermosa sino a vivir una experiencia. En estos pocos años que llevo de aficionado a la ópera he aprendido que cuando una ópera arrastra tanta fama siempre es por algo, y aunque no tenga precisamente una música llevadera, cuando se ve en escena (aquí influye la calidad de la representación, claro) surge una evidencia que justifica tanta gloria. Y esto también pasa con las marcianadas.
He aquí un breve fragmento de dos minutos, ejemplo de su cautivadora violencia. En ella Marie sucumbe al cortejo del Tambor Mayor y consuma el adulterio que la llevará a la tumba.
[flash width=425 height=350 loop=false]http://www.youtube.com/v/FnVsByJcg8A[/flash]
¿Por qué no suena del todo incomprensible? Porque el cine se ha valido de estos hallazgos estableciendo un lenguaje musical universal que, de tantas referencias como se tiene en una vida, uno sabe perfectamente qué efecto pretende sugerir en casi todo momento. El expresionismo es lo que tiene, que se expresa muy bien. Por eso nos lo han metido desde Hitchcock hasta Tom y Jerri. No hace falta saber quien es Berg para haberlo mamado
La puesta en escena:
El espectáculo que se está dando en el Real (vaaaaale, la producción es del Liceu. Pero el calzado lo ponía el Real, eh!) es deslumbrante. Es de las puestas en escena más memorables que he tenido ocasión de ver hasta la fecha. Pese, eso sí, a que en su ánimo por transgredir (la verdad es que la obra pide a gritos un director de escena como Bieito), incurre en topicazos gores, como autopsias, vómitos, y desnudos gratuitos que nadie ha terminado de comprender bien. Puede que eso impresione a la señorona octogenaria, pero con un mancebo en la flor de la vida como yo hay que hilar más fino. Dejando eso a un lado, ¡qué montaje! La visión de Bieito es futurista. El único decorado imita una refinería, o al protector de pantallas de Windows 95 de las tuberías, con una alambicada estructura de conductos, escaleras y pasarelas en amarillo, gris y butano efectistamente iluminada y que hará las delicias de cualquier aficionado a la arquitectura (sí, estigui, eso va por ti).
En las escenas que transcurren en el interior de la casa desciende colgado una caseta de obra tipo container seccionada, y el efecto es fantasmagórico. Al niño se le retrata como un asmático calvo conectado a una bombona de oxígeno. Todo muy Dune, muy Fura dels Baus, especialmente cuando comienza a caer una copiosa lluvia fina entre el intrincado de tuberías sobre la que se proyectan imágenes confusas. Campo abonado para que alguien con el nombre y el presupuesto de Bieito tire la casa por la ventana.
Estupenda Angela Denoke. Aunque no se tenga ni idea de cómo se debe cantar esto, cuando se canta bien se convence aunque en la partitura haya arcadas.
Y con eso vais aviaos. Si leo alguna otra cosa cachonda ya volveré a cascarla.
Penetreitor, coño, pásate por este post. Es sólo un post, es por una buena causa y no te cuesta nada. Ya sé que chanas demasiado para nosotros pero come back tonight.
Va, ¿eh?..
Wozzeck está basada en una obra de teatro de un escritor alemán que murió con veintidós años a principios del siglo XIX, un tal Buchner. La obra original se titulaba Woyzeck, y fue transcrita como Wozzeck debido a un error tipográfico por el mal estado en que estaba el manuscrito original. Resulta que cuando un fan estudioso de Buchner pidió acceso a la familia a todos los documentos existentes para hacer una antología de sus obras, se encontró con dificultades para acceder a éste en cuestión. Para empezar, la obra estaba inacaba, y se trataba de un montón de escenas inconexas, oscuras, escatológicas y de un expresionismo kafkiano que se adelantaba cien años a todo cuanto se había escrito hasta el momento, incluído el resto de las obras del propio Bruchner. No es de extrañar que la familia no comprendiera el texto e intentara ocultarlo para proteger la reputación de su ilustre difunto.
La obra estaba inspirada en un suceso real, un soldado que asesina a su compañera a causa de las infidelidades de ésta. Se da que fue el primer caso en toda la jurisprudencia alemana en el que se alegó atenuante por trastornos psicológicos (esquizofrenia) que no hacían responsable al imputado de sus actos, aunque sin éxito. El verdadero Woyzeck fue ejecutado en público, y se desconode si la idea de Buchner era que su obra terminara de igual manera. La reconstrucción de las escenas que se ha hecho desde su descubrimiento (que varía según el montaje, siempre refiriéndonos a la obra de teatro, no a la ópera) cuenta con un final enigmático, aunque con cierta lógica: Woyzeck se interna en un lago para hacer desaparecer el arma homicida y el que desaparece es él. En la escena final, los niños del barrio se mofan de su hijo porque su madre ha aparecido muerta en un canal. El niño permanece impasible jugando con su caballito de madera.
Hablemos de la música.
En efecto, Wozzeck no es una ópera íntegramente atonal, cosa que parece que irritó al maestro de Berg (Schonberg, supuesto padre del atonalismo y autor del Pierrot Lunaire). Hay pasajes bastantes tonales, como la canción que canta Marie cuando ve la marcha militar que linké antes. Tampoco es una ópera dodecafónica, porque parece que ese movimiento (o lo que demonios fuera) se dio cronológicamente más tarde. Recordemos al gran Penetreitor cuando decía que no todo lo atonal es dodecafónico, pero todo lo dodecafónico sí es atonal). Es una música de un expresionismo extremo. Es Picasso, Kandinsky, Otto Dix. Uno va a Wozzek sabiendo que no va a escuchar música hermosa sino a vivir una experiencia. En estos pocos años que llevo de aficionado a la ópera he aprendido que cuando una ópera arrastra tanta fama siempre es por algo, y aunque no tenga precisamente una música llevadera, cuando se ve en escena (aquí influye la calidad de la representación, claro) surge una evidencia que justifica tanta gloria. Y esto también pasa con las marcianadas.
He aquí un breve fragmento de dos minutos, ejemplo de su cautivadora violencia. En ella Marie sucumbe al cortejo del Tambor Mayor y consuma el adulterio que la llevará a la tumba.
[flash width=425 height=350 loop=false]http://www.youtube.com/v/FnVsByJcg8A[/flash]
¿Por qué no suena del todo incomprensible? Porque el cine se ha valido de estos hallazgos estableciendo un lenguaje musical universal que, de tantas referencias como se tiene en una vida, uno sabe perfectamente qué efecto pretende sugerir en casi todo momento. El expresionismo es lo que tiene, que se expresa muy bien. Por eso nos lo han metido desde Hitchcock hasta Tom y Jerri. No hace falta saber quien es Berg para haberlo mamado
La puesta en escena:
El espectáculo que se está dando en el Real (vaaaaale, la producción es del Liceu. Pero el calzado lo ponía el Real, eh!) es deslumbrante. Es de las puestas en escena más memorables que he tenido ocasión de ver hasta la fecha. Pese, eso sí, a que en su ánimo por transgredir (la verdad es que la obra pide a gritos un director de escena como Bieito), incurre en topicazos gores, como autopsias, vómitos, y desnudos gratuitos que nadie ha terminado de comprender bien. Puede que eso impresione a la señorona octogenaria, pero con un mancebo en la flor de la vida como yo hay que hilar más fino. Dejando eso a un lado, ¡qué montaje! La visión de Bieito es futurista. El único decorado imita una refinería, o al protector de pantallas de Windows 95 de las tuberías, con una alambicada estructura de conductos, escaleras y pasarelas en amarillo, gris y butano efectistamente iluminada y que hará las delicias de cualquier aficionado a la arquitectura (sí, estigui, eso va por ti).
En las escenas que transcurren en el interior de la casa desciende colgado una caseta de obra tipo container seccionada, y el efecto es fantasmagórico. Al niño se le retrata como un asmático calvo conectado a una bombona de oxígeno. Todo muy Dune, muy Fura dels Baus, especialmente cuando comienza a caer una copiosa lluvia fina entre el intrincado de tuberías sobre la que se proyectan imágenes confusas. Campo abonado para que alguien con el nombre y el presupuesto de Bieito tire la casa por la ventana.
Estupenda Angela Denoke. Aunque no se tenga ni idea de cómo se debe cantar esto, cuando se canta bien se convence aunque en la partitura haya arcadas.



Y con eso vais aviaos. Si leo alguna otra cosa cachonda ya volveré a cascarla.
- Stewie
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Hombre, siendo tú, seguramente disfrutarías más un Anillo ó Wozzeck. Los Cuentos son aptos para todos los públicos, hay gorgoritos, amor, personajes arquetípicos, nada con lo que uno pueda quedar como un paleto padaleando Vega Sicilias en tragos de a copa.
7€bros está muy decente, sino te entusiasma (que por otraparte, lo dudo) lo agardecerás.
7€bros está muy decente, sino te entusiasma (que por otraparte, lo dudo) lo agardecerás.
Pepe escribió: A mi todo esto (la extinción del lince) me parece una mierda. El lince mola, es bonito como gato y elegante como abrigo, que se vaya a la mierda no mola, que hagan corridas de linces.
- Stewie
- Ulema
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Urdu escribió:El único decorado imita una refinería, o al protector de pantallas de Windows 95 de las tuberías, con una alambicada estructura de conductos, escaleras y pasarelas en amarillo, gris y butano efectistamente iluminada y que hará las delicias de cualquier aficionado a la arquitectura (sí, estigui, eso va por ti).
Vale, bien. Ahora a ver cómo le explico a mis colejis que vamos a ver en el Teatro Real, una representación ciber-punk basada en una historia de principios del S.XX, con toques gore-escatológicos y música como de Tom y Jerry de fondo.
Lo que son ganas no me faltan, a ver si pasan los exámenes.
Urdu escribió:No entiendo tu último post, stigui. ¿Vienes borracho?
Todavía no. Es que estaba contestando a Cíclope y me he ido a merendar magdalenas con relleno de fresa.
Pepe escribió: A mi todo esto (la extinción del lince) me parece una mierda. El lince mola, es bonito como gato y elegante como abrigo, que se vaya a la mierda no mola, que hagan corridas de linces.