¿Es verdad, ángel de amor, que en esta apartada orilla, más pura la Luna brilla y se lanzan esputos mejor? Sirena Coja, tu nombre es bella paradoja, digna de ser eterna y trovada, tú, la más sublime de las odas. Debe de sentirse indeciblemente mortificada al enamoriscarse de un Cíclope tan cabestro que bebe directamente del brick con el meñique enhiesto.
Fuiste concebida como la némesis de tu prójimo mitológico, oh tú mi Sirena Coja, mas no importa, pues tratas de postergar lo ineludible de nuestra tempestuosa concupiscencia. Soy un indolente, y no cavilo en vela quién es trasunto de su endiosado embozo. Tal vez, sea Nena y su dardo en la palabra, la warrilla de Barbie y sus complementos de sex-shop, LunaOskura y sus flagelos de lancinante invectiva, la mujer barbuda Miss Doris Day, Blanquita con su no tan frejco entrepán, el algodón de azúcar hecho carne en el nombre de Pazita y cualquier otra mujer de vida airada; huelga el declarar que es admisiblemente verosímil el que un grandísimo truchón, híbrido con palomo cojo, esté tras el seudónimo de la Sirena Coja.
Sirena Coja escribió:Mira, Cíclope Bizco, son muy habituales en los foros los mensajes que ostentan faltas de ortografía o de gramática, pero por lo general –sí, por lo general- nadie se molesta en llamar la atención sobre ellas siempre que sus autores alcancen el fin perseguido, a saber, comunicar sus ideas, opiniones, insultos o chorradas.
Sí,
por lo general, tan desconsoladores y tibios, que me dan unas ganas incoercibles de usar mi propia campanilla como
sparring.
Sirena Coja escribió:Ahora bien, en tu caso, como al parecer tu principal y casi único objetivo es el de exhibir tu dominio del lenguaje, no puedo resistirme a resaltar que en un rápido repaso de este hilo veo que has cometido algunos errores de bulto. Que conste que, con independencia de ellos, tu empeño me parece absolutamente risible, ya que la sustitución sistemática de palabras habituales por sinónimos raros, sin otro fin que el de llamar la atención y aparecer como alguien “culto y leído”, es y ha sido toda la vida un mero caso de pedantería, lo mismo en un foro que en un casino. Eso sí, cuando a la pedantería se añade el error flagrante, hay que ser inflexible.
Acojo, impertérrito, su acusación de diletantismo en el desusado arte de la sinonimia. Mi intención dista leguas de querer parecer alguien "culto y leído", no es sino turbar la anquilosada mente de un papantas que no usa más de cien palabras. Tíldeme de culterano preciosista si le viene en gana, empero, mi labor es íntegramente altruista. No soy ningún admonitor inflexible que goce con el escarmiento, pero sin caer en el error flagrante, sí que debe confesarse primero de sus pecados veniales. ¿Es el casino el arquetipo y parangón de las artes y la cultura? Ateneos, óperas, paraninfos, museos, bibliotecas y hasta el plató de Sánchez Dragó se me antojan mejores y más válidas analogías.
Sirena Coja escribió:La expresión “superlatividad lexicológica” es incorrecta por dos razones: porque “superlatividad” es palabra que el diccionario desconoce y que tu supuesta erudición debiera haber sustituido oportunamente por la correcta “superlación”, y sobre todo porque has dicho “lexicológica” donde querías decir “léxica”, pues lo cierto es que tus mensajes nada aportan a la ciencia de la lexicología. De lo único de que en verdad alardeas es de superfluencia léxica, y desde mi punto de vista de superfluidad.
Tómelo como un modismo errado, y si transige un latinajo, un
lapsus calami menor y sesgado. Ni siquiera los lingüistas matusalenes de la Real Academia, domeñan la miríada de acepciones, giros y registros que alumbra la puérpera de vocablos que llamamos español. Por lo precedente, si bien admito la irrefutable existencia de
superlación como cualidad de superlativo y no
superlatividad, disiento en las infundadas conjeturas
lexicológicas. Sirena Coja, se centra en demasía en la univocidad sañuda y errada certeza de endilgarme una vanagloria en cuanto al léxico que, a buen recaudo, atesoro. Con literalidad, la lexicología profundiza en las relaciones sistemáticas que se establecen entre las unidades léxicas. Viéndolo de este modo, todo el post es un compendio de técnicas lexicológicas.
Sirena Coja escribió:En cuanto a tu alegre consejo de que cada cual “lacre con su imprimátur” sus escritos, de nuevo dices algo distinto a lo que querías decir, ya que salta a la vista que querías referirte a la “impronta”, pero, pareciéndote probablemente esta palabra demasiado corta, la sustituiste con alevosía por ese “imprimátur” que, permíteme que te informe, mi querido cabestro, no significa lo que tú crees que significa ni es un sinónimo “culto” de impronta, sino algo muy diferente y que no se puede poner en relación con el lacre en ningún contexto.
He reflejado fielmente lo que pretendía decir. La total carencia de eufonía de la palabra impronta en comparación con la latinizante imprimátur es manifiesta. No me expreso en gíglico, que bien pudiera y aunque muchos les pareciera. Juzgo que es un error constreñirse a las normas idiomáticas y la metáfora facilona; el imprimátur, en la actualidad, es la anuencia papal para publicar nuevas biblias. Por ende, cualquier tipo de licencia obtenida mediante la censura de sus partes. Con el extracto de
cada cual que lacre sus pasajes con su inalienable imprimátur, reclamaba la potestad moral de no claudicar ante puntillosos libelos como el suyo. Libertad de expresión, así lo nombran los demócratas fundamentalistas.
Sirena Coja escribió:Resumiendo, oh bisojo congénere de Polifemo: tu pretendido dominio del lenguaje no es más que una fachada, y sólo Dios sabe con cuántas fatigas has pergeñado tus infumables mensajes. Casi me da pena, realmente, darte este tirón de orejas y ponerte de manifiesto cuán falaces son tus ilusiones cuando crees que nos tienes a todos engañaos y con la boca abierta tres palmos por la admiración.
Vaya trápala de sirena que estás hecha, estarás habituada a guiar hasta las aguas del Erebo a argonautas de agua dulce con sus peripatéticos cantos de tertuliana de Salsa Rosa, con un cíclope flemático y ducho en ardides, se puede dedicar a hacer calceta para su cola contrahecha.
Icor de mis venas, ambrosía de mi corazón, ¿te huele a tí el coño a bacalao en salazón?