Los precios son de escándalo, y si no mirad al Geely MR:

Gasolina, 1300 centímetros cúbicos, 5000 euros.
Un Fiat GranPunto, coche similar, cuesta 13.000... ¿Empezáis a ver el sudor frío en el frente occidental?
Por supuesto nos dirán -con razón, seguramente- que la calidad de esos coches es mucho inferior, que los motores se rompen más, que la carrocería es más endeble...
Los chinos dicen que tienen mano de obra tan cualificada como en Europa y que su nivel tecnológico está a la par. Qué van a decir. Lo cierto es que la competencia automovilística en China es espantosa, y los fabricantes se han visto en la obligación de ir reduciendo precios y por lo tanto costes. Para lograrlo, muchas empresas se han especializado: por ejemplo, hay empresas que sólo hacen turismos, otras furgonetas... Del mismo modo, muchos modelos tienen un motor fijo, al contrario de lo que pasa aquí, donde uno puede escoger distintas variedades entre diésel y gasolina, variando la cilindrada desde 1100 hasta 1900 ccs, por ejemplo.
Los coches que nos están llegando -y más que llegarán en los próximos dos años- son las sobras de stock chino, producto de esta brutal competencia, que desde luego parece una gran enemiga de la calidad final del producto.
Lo previsible es que varias marcas terminen agrupándose para poder tirar adelante y empiecen a expanderse de verdad de la buena por países en vías de desarrollo (Latinoamérica, Asia) para preparar el asalto final al primer mundo, que llaman.
Venga.