Lo divertido es que hasta el portero del edificio lo reconoció y lo saludó por su nombre, a pesar del bigote y la gorra.
QUE GRANDE.
Pajares siempre me ha caído bien, aunque esté como un puta cabra.
El que es un mierdas es Esteso.
Su ex-mujer vivía en mi barrio, y su hija también, y en ocasiones podía uno encontrárselo en bares y pubs de la zona, y paseando por el Corte inglés del centro comercial. Siempre con su nariz levantada, como oliendo mierda, y destilando un tufo a superioridad que daban ganas de meterle de ostias hasta que echara monedas por las orejas.
Pajares, sin embargo, es GRANDE.

Sinceramente, querida, me importa un bledo.