Marilyn Monroe escribió:Prez escribió:Me explico. De siempre se ha utilizado el lenguaje como arma política, y esta época no es una excepción. Una de las banderas que empuñan actualmente las izquierdas es la de la igualdad entre sexos —objetivo loable donde los haya—. El problema surge cuando se ven gigantes donde sólo hay molinos. Así, ciertos ideólogos del progresisimo —otro ejemplo de uso político de un vocablo— creyeron ver un ejemplo de machismo en el uso indistinto para ambos sexos de determinadas palabras —debido al hecho bastante simplista de suponer que las palabras femeninas han de acabar mayoritariamente en la letra a—, por lo cual se inventaron los correspondientes femeninos a tan sexistas palabras. Bien, pues la RAE ha sido una institución ampliamente criticada por su conservadurismo rayano en lo arcaico, bastantes veces con razón. Por lo cual, curiosamente muchos de los pasos que se han ido dando últimamente han ido encaminados a darle un aspecto más «moderno» y menos «retrógrado», como puede ser el ingreso de pelagatos como académicos o asumir los criterios lingüísticos de la izquierda política.
No creo que sea una práctica que se pueda atribuir únicamente a la izquierda, simplemente está de moda porque queda "bien" y capta votos cuando realmente es una tomadura de pelo que en lugar de acercarse a la igualdad la convierte en una farsa.
Desde luego que no es atribuible únicamente a la izquierda, pero ése es su origen y es en ese ámbito donde más se utiliza.
tonetti escribió:En realidad soy uno de los personajes que yo mismo digo que no deberían hablar sobre las decisiones de la academia me alegra que usted se considere capacitado para discutir sobre dichas cuestiones.
¡Qué va, si yo soy un matao! En absoluto me considero yo un experto en nada, y menos en eso. Lo que pasa es que con su argumento de que «todos creemos que podemos hablar de la lengua con autoridad porque sabemos hablar», entonces no podríamos tratar prácticamente ningún tema. Es como si yo le dijese a usted, que veo que le tira el tema político, «te crees tú que puedes hablar con autoridad sobre política sólo porque votas cada cuatro años». Opino que se puede —y hasta se debe— discutir sobre todos los temas, aunque no se dominen a fondo. Así aprendemos todos. Y no debemos dudar en criticar a aquellos que saben más que nosotros, aunque posiblemente luego resulte que ellos tenían razón.
tonetti escribió:En cuanto a Jueza o asín, esta claro que son términos erroneos, vulgarismo o como los quiera llamar pero aún así tenga en cuenta que el lenguaje que hablamos hoy en día es fruto de la sucesiva incorporación de vulgarismos y términos erroneos a la lengua que se hablaba hace siglos, si en el siglo 14 por poner un ejemplo se hubiese establecido una academia del signo que ustedes proponen y se hubiesen llevado a rajatabla los preceptos de dicha academia hoy en día hablaríamos igual que se hacía entonces y personalmente no le veo la necesidad ni la utilidad, para eso podríamos declarar el latin como lengua oficial y dejarnos de hostias.
¿Sabe qué es lo que más me incomoda de la inclusión de estos términos femeninos que estamos considerando? La falta de un criterio unificado. Si la RAE dijera «a partir de ahora, todos los participios activos admitirán un femenino terminado en -enta» se podrá estar o no de acuerdo, pero no supondría ningún destrozo y podríamos considerarlo tranquilamente como una evolución de la lengua. El problema es decir «vale, aceptamos substantivos como
presidenta o
clienta, pero no aceptamos otros substantivos como
ponenta —de ponente— o adjetivos como
toleranta o
impresionanta». Si se hacen las cosas, que se hagan con coherencia —como se hizo, por ejemplo, las reformas ortográficas del siglo XIX—.
Y mire, ojalá hubiera habido una academia en el siglo V. Ahora quizá toda Europa hablara el mismo idioma, un latín evolucionado.
como apuntaba correctamente cisterna floja la función de la academia en ese sentido es mayormente notarial
Le digo lo que le dije a Sirena Coja: la función de la academia no es simplemente notarial, sino que tiene un gran componente normativo. Voy a poner un ejemplo: en una de las últimas ediciones del dicionario de la lengua se incorporó el término «millardo» con el significado de «mil millones». ¿Existía antes ese término? No. ¿Lo usaba alguien? Tampoco. Entonces, si la función de la academia fuese meramente
notarial, ¿por qué incluye un término que nadie usaba anteriormente? Pues precisamente porque también pretende marcar la pauta y crear norma. Ya que, aunque me repita, el diccionario de la academia es un diccionario
normativo, no un diccionario
de uso como pueda ser el María Moliner.
tonetti escribió:El disparate que estaba usted profiriendo era insinuara que en la real academia no sabían que juez es una palabra neutra.
Ah, pues si he insinuado eso efectivamente es un disparate.
tonetti escribió:pero esté usted tranquilo que ese tipo de cosas no se deciden un día porque llegué Cebrián y diga: que se me ha ocurrido meter jueza en el diccionario y los otros dicen: pos habrá que meterlo no vayan a decir que semos unos carcas!
Obviamente no afirmo que las cosas ocurran de una manera tan simplista, pero los académicos son personas que viven en una sociedad y por tanto no son ajenos a la presión ejercida por ésta.
eso es todo seguramente se me olvida algo pero no quiero convertir esto en un mamotreto. Como siempre es un placer dialogar con uste don Perez.
No se preocupe: como verá no me asustan los mamotretos.
También es un placer hablar con usted. Un saludo.