
Como ya he dicho alguna vez, sólo hará un par de años que jugué mi primera partida de ajedrez, pero ha sido tiempo suficiente como para poder apreciar, aunque sea a medias, la magia de partidas como esta (que jugó a los 13 años y que para casi todo el mundo y para él mismo es la preferida), y el arrebatador estilo de juego de Fischer.
Pero tanto o más fascinante que su juego resultan su biografía (especialmente a partir de proclamarse campeón del mundo en 1972) y su estrafalaria personalidad. Por desgracia, parece que vamos a asistir, si Fischer es deportado a su país natal, a un espectáculo más bien triste y sórdido, como sus últimas apariciones radiofónicas insultando a los judíos (Fischer es de padres judíos), a los norteamericanos, justificando a los nazis, elogiando a Ben Laden... la leyenda del "Mozart del ajedrez" adquiere, año tras año, tintes más oscuros.
Una verdadera lástima.
Noticia en el Marca.
Noticia en El Mundo.
Noticia
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