Shiz escribió:Pero a ver, a mí me parece fantástico que cada cual actúe o se vista como crea conveniente según el caso siempre y cuando se aplique a todos, incluidos nosotros; somos, en mi opinión, demasiado críticos con las cosas de casa. Y Evo querrá transmitir lo que tú digas, pero pasó por encima de ciertas normas de "obligado cumplimiento"; si es indígena y le apetece reivindicar su derecho a seguir siéndolo ocupe el cargo que ocupe, que acuda a actos oficiales con el taparrabos de gala. El jersey estaba totalmente fuera de lugar aunque sea de marca. Es que también es una cuestión de respeto, no lo olvides. ¿Por qué las mujeres occidentales han tenido que cubrirse la cabeza cuando han visitado un país musulmán?Stewie escribió:Hombre, es que Evo estaba mandando un mensaje al mundo muy intencionado, y ese era el del indigenismo. Estoy contigo en que la cultura aymara seguramente tiene mejores galas. Pero seguramente para Evo, eso es ir bien vestido por lo que dice DDB y qué coño, se puso de moda el jersey y se vendió por todo el mundo.
Entonces volviendo a nuestro asunto, habremos de entender que ZP quería o no le importaba transmitirle al presidente de los EE.UU. que sus niñas son adolescentes góticas y que no le importa que vayan así en visita oficial porque somos un país moderno y no reprimimos a los ninios que no hacen más que manifestar sus respetabilísimos gustos musicales y estéticos.
Mongolismo puro y duro. (Me) creo que los musulmanes no permiten que en las comidas se beba vino por muy diplomáticas que sean. Si puagh o alguien lo pudiera confirmar, estariamos ante un caso flagrante de no reciprocidad.
Te concedo que Evo podía haber llevado mejores galas, aunque yo lo veo bien si es coherente y lo lleva habitualmente como vestido de trabajo.
Un editorial de Expansión que me ha hecho gracia:
Un gótico en el G-20
Publicado el 26-09-09 , por Iñaki Garay
Quien a los quince años no es gótico es que no tiene corazón, pero quien pasados los cuarenta sigue siéndolo es que no tiene cabeza. A muchos les ha sorprendido la estética de las hijas del presidente Zapatero. A mí no.
Por mucho que tu padre presida el país, cuando tienes quince años hay un ramalazo biológico de inconformismo que te impulsa a darle la vuelta al calcetín hasta que todos esos seres engolados que te rodean sepan que existes y que, además, estás dispuesta a arruinarles la fiesta. Los góticos, herederos del movimiento punk, proceden realmente de los godos, que como todo el mundo sabe fueron esos bárbaros que acabaron con el Imperio Romano.
Me parece que es sano para una sociedad que los jóvenes pongan en cuestión, de forma pacífica, todo lo que han hecho los mayores. Ahí está la base del progreso, y por eso me sulivella que las hijas de Zapatero sean góticas. Lo que pasa es que casi nadie repara en que quien realmente es gótico es el propio José Luis.
Es el presidente, rozando ya los cincuenta, el que quiere acabar con el Imperio Romano. Alguien que pretende revisar la historia, cambiar el modelo económico, refundar el capitalismo, poblar el planeta de molinos, acabar con los ricos e impulsar un abrazo colectivo de civilizaciones, en definitiva, cambiar el sistema, tiene que ser gótico por narices.
Zapatero es un gótico vestido de occidental que nos anuncia el apocalipsis climático, al mismo tiempo que subvenciona al carbón. Lo que no entiendo es qué hace un gótico en el G-20. Qué hace un antisistema dándose un baño de autoestima en el centro del sistema. En esa especie de club en el que los grandes líderes pastorean a los pequeños líderes con el único objetivo de que todo siga igual.
Cuando tenía la edad que tienen más o menos ahora las hijas de Zapatero me dio por leer a Edgar Allan Poe, un escritor norteamericano del siglo XIX, que bien podría ser uno de los iconos del movimiento gótico.
Poe tenía la capacidad de transmitir a través de sus escritos sensaciones delirantes y angustiosas. En una carta que envió en cierta ocasión a un amigo, Poe decía: “Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de la soledad, mofa de las cosas de este mundo, un honesto deseo de futuro”. La descripción que hizo Poe de su existencia es perfectamente aplicable a Zapatero. Lástima que este último no se haya dedicado a la literatura.
Para todos aquellos que están poniendo a parir a las hijas del presidente, les recuerdo que para nada son responsables de los errores o aciertos de su padre. Y todo aquel que tiene retoños sabe que tarde o temprano te sorprenden. Y puede ser bueno que no dejen de hacerlo.
Director de redacción
Presentarte en una cumbre del G-20 con tus mejores galas góticas, seas o no representante oficial, adolescente de un país de vuelta de todo o pobre niña desamparada, es un clarísimo faux pas. El mundo no se va a acabar por ello, pero negar lo evidente solo sirve para generar entertainment.
Algo muy respetable, por otro lado.
Estoy de acuerdo, los italianos que de etiqueta saben mucho en esto nos llevan mucha ventaja. Sería inimaginable que las hijas de Berlusconi fueran así vestidas al G-20, a no ser que el diseño fuera de Armani, claro.