Los dos somos Lavrinovic; Lavrinovic somos todos

Dos chavales bien criados, los hermanos Lavrinovic. 2.10 y 2.11 de mocetón lituano en bruto. Todo cojonudo. Pero un día cualquiera, una tal Natalja Tomasevic acusó a los dos hermanitos y a otro pariente de ellos de hacer cosas malas con su (de ella) cuerpo, varias veces, en varias posturas. Y ahí tenemos a los hermanos Lavrinovic en la cárcel, sí señor.
En un inesperado giro de los acontecimientos la Natalja dijo que no, que se había hecho un lío y que en realidad se había calzado a los tres voluntariamente, que era así de zorra. No ha trascendido si su cambio de declaración (que le costó un año de prisión por falso testimonio) fue debido a una cantidad desconocida de dinero o a un breve episodio de ira porque no se sintió secsualmente satisfecha con la triple ración de rabo lituano que se metió entre pecho y espalda (chistaco).
Lo que sí es verdad es que la muchacha, muy arrepentida, y tras salir todos de la cárcel, se casó con Darius, el jugador del Madrid.
Amazing.
Una historia preciosa. Creo que están pensando en hacer una versión cinematográfica, y ya está apalabrada Meg Ryan para el papel de Natalja.