Las primeras -al menos que yo sepa- conspiranoyas respecto a las elecciones de Estados Unidos:
Las teorías conspirativas, versión 2004
MIAMI.- ¿Se robó Bush las elecciones del 2004 de la misma manera que lo hizo con las del 2000? Si se juzga por algunas de las teorías que proliferan vertiginosamente por Internet, muchas de ellas originadas en fuentes muy respetables, ésta es una posibilidad muy concreta.
Veamos un ejemplo. En Florida hubo distritos donde se utilizaron máquinas electrónicas de votar y distritos donde se utilizaron escáneres ópticos. Pero al día siguiente de las elecciones, Katty Dopp, matemática de Salt Lake City, Utah, comparó la modalidad de voto en los 67 condados de Florida, listando el método y los votos emitidos para cada candidato, y advirtió una curiosa tendencia: Bush había ganado en los condados donde se utilizaron escáneres ópticos y perdido en los que tenían máquinas de votar. ¿Casualidad? ¿Coincidencia? El análisis de Dopp, que fue reproducido por el weblog ustogether.org, provocó una avalancha de debates.
Otra serie de anomalías, registradas en algunos de los estados clave, contribuyeron a alimentar el flujo de teorías conspirativas recogidas por bloggers, periodistas improvisados que mantienen sitios de opinión política en Internet.
l A la 1.05 de la mañana del madrugada del miércoles 3, la CNN mostraba que Kerry aventajaba a Bush en Ohio, el estado que decidió finalmente las elecciones, por 53% a 47% entre las mujeres y 51% a 49% entre los hombres. Estadísticamente, es altamente improbable que los resultados se hubieran revertido.
l En el condado de Franklin, Ohio, las máquinas electrónicas de votar le dieron a Bush 4000 votos, aunque el total de votos emitidos en ese condado fue de 638.
l El departamento electoral de Cleveland, también en Ohio, publicó en su sitio de Internet cifras de votos emitidos que superaban el número de votantes registrados. Aunque posteriormente el departamento corrigió su error, numerosos bloggers ya habían incorporado el dato como evidencia de fraude.
l En Carolina del Norte, unos 4500 votos se perdieron cuando las máquinas electrónicas de votar excedieron la capacidad de memoria. Algunas de las sospechas de fraude expresadas por los bloggers parecieron lo suficientemente atendibles como para que tres representantes demócratas del Congreso -John Conyers, Jerrold Nadler y Robert Wexler- enviaran una carta a la Oficina de Responsabilidad del gobierno para que abriera una investigación sobre la confiabilidad de las máquinas electrónicas. Entre la documentación que acompaña el pedido, figura un enlace con el sitio ustogether.org.
La furiosa actividad de los bloggers no parece haber alterado, por el momento, la convicción de los demócratas de que ninguna de estas anomalías ha sido lo suficientemente decisiva como para alterar el básico resultado del escrutinio.
El transmisor oculto
Pero de todas las teorías conspirativas que rodearon la campaña electoral del 2004, probablemente la más fascinante sea la referida al misterioso bulto que apareció bajo el saco de Bush, durante los tres debates presidenciales. Los bloggers sugirieron que era ocasionado por un transmisor oculto en la espalda del presidente, a través del cual se le proveían las respuestas y fue lo suficientemente evidente como para que The New York Times y The Washington Post se ocuparan de él.
La televisión entrevistó al sastre de Bush, quien se negó a discutirlo. La periodista Paula Zahn, de la CNN, difundió los resultados de una encuesta en la que el 80% de los consultados opinó que se trataba de un adminículo electrónico; el 6% decía que era un chaleco antibalas; el 2% lo atribuía a un error del sastre y el 4% prefería pensar que era parte de una vasta conspiración de izquierda. La Casa Blanca se negó a comentarlo.
Por Mario Diament
