
Sólo os quería contar que mi perro se ha comido a un Batman de esos. No tenía el disfraz entero, sólo la capa. Tampoco creo que la dueña supiese que era de Batman, pero vamos, era una puta capa de Batman. Mi perro no suele atacar al resto, por no hacer ni les hace caso normalmente. Lo suyo es jugar e intentar que el mundo juegue con él. Claro está que sus juegos pasan por romperle la espina dorsal a los gatos de un bocado o perseguir perros disfrazados. Los perros por sí mismos se la sudan, pero si tienen algún tipo de complemento textil lo ponen muy nervioso; no sé si los confunde con Demis Rusos o Falete y espera pillar cacho ternesco ahí debajo, pero el caso es que no duda en azuzarlos hasta que huyen de sus posesiones. Hasta ayer se conformaba con eso.
Pero el chucho lamecoños de ayer se resistió a su embite sonoro, y fue más allá cuando intentó cogerle "su juguete" (una cuerda gruesa en forma de horca presta para ser arrojada). Y claro, pasó lo que tenía que pasar, se comió a Batman. Lo que no pudo el joker en tantos años va mi humilde can y lo consigue en un arrebato de sincero anhelo por dominar el mundo. O algo.