Curreta escribió:Menudo favor hizo Franco a todos estos radicales, los países que toman a España como ejemplo de transición sin rencores son una panda de ilusos, la transición no ha tenido lugar aún y son muchos los que tienen interés en que no haya nuca transición porque sacan tajada del odio de la gente, arengando a las masas contra un enemigo externo que los oprime y les expolia, mientras ellos se dedican a vivir del cuento.
Eso es lo que yo pienso. Aunque yo sí creo que llegó a casi completarse la transición, especialmente tras el fracaso del 23-F, cuando las cosas quedaron bastante claras. Pero también creo que el "estado autonómico" es la grieta por la que la transición no terminó de cerrar.
Lo que Juggernaut osadamente llama "cuatro competencias" (¿?) fue una extraordinaria y precipitada concesión a las regiones que aún no termino de comprender, y de la que aún se alimentan (de hecho, cada vez se alimentan más) los partidos nacionalistas y/o regionalistas.
Esas "cuatro competencias", que han desembocado en prácticamente el estado más descentralizado de Europa occidental, incluyen una desorbitada influencia de los partidos nacionalistas. Esos partidos, lejos de admitir la naturaleza del status quo del estado español, pretenden representar a pueblos (¿?) oprimidos (¿?) que no han podido autodeterminarse (¿?) dentro del Estado (¿¿??).
Yo, desde luego, no llamaría "no tener autodeterminación" a lo que ocurre en España, donde las autonomías -y especialmente algunas de ellas que, sistema electoral mediante, han acumulado aún más competencias d elas que ya tenían- tienen un nivel de "autodeterminación" que, visto desde otros países, es totalmente suficiente como para convertir cualquier revindicación nacionalista en una abstracción innecesaria. En el extranjero, los analistas especializados en España ya asumen que, más allá de la terminología, el nuestro es un estado federal. Por ejemplo, y esto no se suele citar en el debate político aunque es extremadamente importante, contemplan la libertad de cada autonomía para endeudarse por su cuenta más allá de las directrices o deseos del gobierno central, lo que es una característica de estados federales fuertemente descentralizados (por ejemplo, EEUU).
Y hasta aquí no he citado hechos aparentemente anecdóticos, y que en otros estados occidentales directamente no serían tolerados, como el hecho de que en edificios públicos no ondee la bandera nacional. Por no hablar de que hay algunos estados democráticos, europeos y modernos donde incluso llegan a estar prohibidos los partidos políticos que defiendan en su ideario la desmembración territorial del Estado.
Los conceptos de "autodeterminación" y muchos precedidos del sempiterno prefijo "derecho a..." son utilizados de forma endémica aunque carecen de todo sentido. En España, sin embargo, amplios sectores han llegado a la absurda conclusión de que regiones que jamás han sufrido una ocupación y que de ningún modo pueden considerarse colonias o "etnias minorizadas" pueden, por el simple procedimiento de afirmar desearlo, aspirar a la independencia.
En Canadá, por ejemplo, y tras asistir a una -como mínimo, chocante- sucesión de referenda sobre la independencia del Quebec, el estado canadiense puso fin al despropósito con la Ley de Claridad, y acudiendo al Tribunal Supremo, que dejó bien claro que un resultado abrumador en favor de la segregación del Quebec en un referendum no es justificación para conceder tal segregación, y que la misma, de hacerse, habrá de negociarse con el resto del Estado canadiense, y habrá de aprobarse por los procedimientos legislativos normales.
Este tipo de resoluciones, que en Canadá fueron asumidas sin ambientes guerracivilistas, son hoy en día impensables en una España atenazada por un nulo respeto a las instituciones del Estado por parte de, incluso, otras instituciones del Estado.
Yo he llegado a escuchar cómo se hablaba de "decisiones soberanas" de alguna que otra cámara autonómica o de algún "pueblo" regional, lo cual, en otro país occidental, sería tomado directamente como lo que debería ser aquí: un chiste.