Bueno, la penúltima etapa ha sido muy bonita aunque no le han sacado tanto jugo como podrían, seguramente porque Dumoulin hoy no ha parado a defecar y además ha estado fuerte en Monte Grappa, lugar en el que en la Primera Guerra Mundial murieron 23.000 soldados, entre austrohúngaros al ataque e italianos defendiendo. Hay un memorial que recuerda no sólo a los locales muertos si no también a los enemigos que cayeron:

La etapa ha pasado por escenarios preciosos, como no podría ser de otro modo en el Giro y en el norte de Italia, como por ejemplo el municipio de Valstagna, a los pies de los Alpes:

Ha habido una fuga que ha llegado a los 7 minutos de ventaja, que se han visto reducidos a 3-4 en la ascensión al Grappa. Ahí es cuando varios ciclistas han intentado ataques sin lograr diferencias, primero Zakarin, luego Nibali, pero sin conseguir despegar del todo a Dumoulin, que si bien ha perdido rueda en varios momentos, ha subido a ritmo con gran fuerza.
La fuga ha seguido por delante aunque ya con sólo dos escapados, que han alcanzado los favoritos al llegar al último puerto, el zigzagueante alto de Foza, subida obligada dada la geografía (está al final de un antiguo glaciar) y ahí es donde ha saltado del grupo Zakarin y a su rueda ha salido Pozzovivo, con los demás favoritos mirándose entre ellos sin saber muy bien qué hacer, así que nada han hecho más que dejarlos ir.
A ese ataque han seguido una serie de ataques combinados entre Quintana y Nibali, mientras el grupo pasaba por las sucesivas herraduras por las que la carretera se las apaña para subir por Foza, hasta que al final los dos han conseguido despegarse del resto, de los cuales ha tenido que tirara Dumoulin, sin nadie más con fuerzas para la tarea. Pronto estos dos han alcanzado a los dos escapados de delante, a los cuales se les ha sumado al poco Pinot. Así las cosas, cinco de los seis primeros clasificados se juntaban en un grupo atacante contra Dumoulin.
Al principio tiraba más que nada Nibali y luego Quintana le ha dado un relevo durante unos escasos cinco segundos, momento que ha aprovechado para abroncar a sus compañeros por no dar relevos, como si él hubiera estado tirando todo el rato. Manda huevos. En fin, de algún modo ha surgido efecto porque ahí los relevos se han ido sucedidendo, con la excepción de Pozzovivo, que es muy vivo y divo.
Atrás ciclistas de la talla de Yates, Landa, Jungels o Mollema chupaban rueda mientras sólo Dumoulin tiraba en búsqueda de los de delante, y así se ha llegado a la cima, con los cinco a 17 segundos de Dumoulin. Tras la cima, 15 kms en llano. Teniendo a un rodador como Jungels más la potencia de Dumoulin, era de esperar que los de atrás dieran alcance a los cinco, pero Jungels debía ir fundido porque pese a ser normalmente generoso en los relevos hoy ha dado poquitos y cortos, dejándole así la papeleta al holandés, porque los demás como si no estuvieran.
Ha sido un grandísimo final, en el que parecía que los de delante iban a ser alcanzados, con algún momento de parón de esos en los que nadie quiere tirar e intercambian miradas a lo Sam Peckimpah, pero por lo general han trabajado bien juntos, sabedores de que el rival a batir estaba detrás y no entre ellos.
Quintana tiraba del grupo al llegar al último kilómetro, y a los 400 metros más o menos Pozzovivo ha lanzado el sprint. Pinot lo ha visto de reojo y enseguida ha salido a su rueda, mientras Nairo caía atrás porque de esprinter tiene nada o menos. Poco antes de la última curva Pinot se ha puesto en cabeza (ha sido un sprint larguísimo, no me esperaba tanta potencia a final de etapa del francés) y ha cogido la curva por el interior, asegurándose así la victoria puesto que la meta estaba justo después de la curva. Esto, que es básico, es algo que Landa ha obviado en dos de las etapas de este Giro en las que lo tenía todo para ganar y ha perdido por coger la última curva abierto, dejando al de detrás el interior para que lo pase. Por eso decía que o bien es tonto o bien va a volver a casa con un par de sobres llenos de euros.
La cosa se queda así:

Va a estar muy justo mañana. Dumoulin ya no está en el podio siquiera, aunque lo recuperará y posiblemente se ponga de líder. El que sí viste de rosa, Quintana, puede que mañana pierda no sólo el maillot si no el podio. Nibali y Pinot no tienen opciones a victoria, pero sí lucharán por el segundo y tercer puesto.
Cuatro ciclistas en un minuto jugándose la victoria en la última etapa, contrarreloj individual para más señas: un enorme Giro con emoción hasta el final y todo lo que se puede pedir a un evento ciclista. Seguramente y de nuevo, la mejor gran vuelta del año.
Venga.