"Adolfo Suárez, una tragedia griega", de José García Abad,
Con lo que no acabo de estar de acuerdo -pese a ser la lectora número uno- es el amarillismo-rosismo de estas publicaciones sobre la decadencia de personas que en algún momento han tenido un peso específico en la política ( o en ciencia, literatura, es igual).
No me parece ético que se describan cosas como:
durante un traslado a una clínica donde debían hacerle unos análisis, Suárez se tiró del coche y se puso a ordenar la circulación de automóviles.
Por otro lado, justamente Adolfo Suárez, teniendo un papel políticamente dificil, asumió errores y dimitió sin empotrarse en el trono. De los pocos que han conservado cierta honorabilidad política.