Ioputa, que casi tiro el café de la risa. Sí, obviamente ser calvo no es una virtud, tampoco vamos a intentar venderos la moto. Pero es algo que he hablado muchas veces con muuuuchos tíos, y en todos noto el pavor a perder el pelo, no así a ser gordos o bajitos. No sé si tendrá algo que ver con la antigua cantinela de "perder la hombría", pero yo es que no le veo el menor problema a tener la cabeza pelada. Es más, pocas cosas hay más cómodas cuando llega el verano, y lo dice uno que lució melena. Y sí, si pudiera tener pelo solo chasqueando los dedos, lo volvería a tener, pero no sé si luego me lo volvería a quitar. En mi caso llevo así más de media vida, todos mis colegas dicen que no me imaginan con pelo.Dolordebarriga escribió: ↑11 Jul 2023 13:28 Yo me quedaría muy tocado si perdiera mi melenaza. Me gusta mucho mi pelazo, la verdad y sufriría al perderlo. Los calvos a mí me dais penica como a otros se la dan los gordos. Se que muchos lo lleváis perfectamente, se que otros incluso se encuentran la bomba de sexis sin pelo pero a mi un calvo me da penica como me la da un tipo en silla de ruedas. Bueno, lo de la silla de ruedas todavía te da ventajas para aparcar o cobrar paguitas.
Lo que dice el empresaurio hóptico facha no menos verdad: es peor quedarte calvo pasados los cuarenta o cincuenta. Supongo que porque está uno en un momento vital más jodido y ver que el pelo clarea es un síntoma de no retorno. Yo lo veo ahora en muchos amigos que hace veinte años se reían de mí.
Por otro lado (y aquí me repito), intuyo que muchos hombres creen que las mujeres ven a un calvo igual que lo ven los hombres, y es un error mayúsculo. Pocas mujeres (poquísimas) dirán "nunca saldría con un calvo". Esto ya lo comenté hace siglos, pero en un hombre (ciñéndonos únicamente al tema físico), la altura es lo peor que le puede pasar. Puedes ser calvo, tener algo de sobrepeso o una nariz quevediana, pero como midas 160 cm tus posibilidades se van a reducir un 90%.
@Criadillas Tu pelo mola mil, no lo pierdas nunca. Ese pelito canoso, esas gafitas cachondas y ese trato tan dulzón que das a tus clientes son armas que jamás deberás perder.