Ojalá fuera por algo que valiera la pena
- Perro De Lobo
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Perro De Lobo escribió:Y que lo digas, no pude reunir la psicomotricidad suficiente para cambiar de canal.
Que flojera, colega. Espero que se te quede la tele en algún interesante para cuando se te acaben las pilas del mando a distancia.
Palahniuk, este año parece que no habrá la típica celebración en el balcón de la generalitat. Se irá a ofrecer el título a las instituciones como siempre, pero sin montar el pollo típico y clásico de otros años. La fiesta grande se supone que será en el Camp Nou, que es donde debería haber sido siempre, creo yo.
The last samurai escribió:Palahniuk, este año parece que no habrá la típica celebración en el balcón de la generalitat. Se irá a ofrecer el título a las instituciones como siempre, pero sin montar el pollo típico y clásico de otros años. La fiesta grande se supone que será en el Camp Nou, que es donde debería haber sido siempre, creo yo.
No, no me refiero a eso.Me refiero a lo que el entorno del trullo de Laporta le dice:Que acabará como "President". *
* De la futura República de Catalunya ?
This is not an exit
- Criadillas
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Saliamos ayer del chino, con el sabor al chupito de "licor de flores" todavía en la boca. Todo eran conversaciones animadas, aprovechando la noche del sábado como lo que es; el único momento de la semana en la que todos coincidimos.
El tono general era bastante animado. Las horas de ocio las sabemos aprovechar por lo menos.
Llegamos al cruce que lleva hacia "El Límite", y en ese momento (y os aseguro que no exagero lo más mínimo) ocho coches seguidos pasaron pitando y dejando las bufandas del barcelona ondear en el aire entre una explosión de gritos histéricos provenientes de su interior. Sería alguna peña que se iba de fiesta o algo parecido.
Yo no pude reprimir una sonrisa, porque sabía todo lo que significaba, y comulgo un poco con la alegría de que el Madrid se haya quedado en blanco una vez más.
Años y años conviviendo con miles de seguidores te hacen ver las cosas con un poco menos de paciencia.
A todos mis amigos, e incluso alguna amiga, se les avinagró la cara de tal modo que decidí no hacer ningún comentario al respecto.
Jorge, el más gráfico de todos, dijo:
-Putos catalanes, mira cómo lo celebran.
-Normal- dije yo.- Tú también lo harías, cabrón. No vais a ganar siempre.
Me miró buscando argumentos pero decidió encogerse de hombros y seguir con cara de encabronamiento.
Cuatro horas después estábamos en camiseta, en un baño, yo intentando lavar una mancha de ron que me había caído encima, y él con la cabeza metida en uno de los váteres.
No estaba siendo una gran noche para él, aunque yo no me podía quejar si he de ser sincero.
-Seguro que lo del Barça en estos momentos te importa una mierda. Jaja- le comenté.
Siguió vomitando sin hacerme ni puto caso.
Durante toda la noche no fueron pocas la manifestaciones en voz alta entre la concurrencia, cagándose en el resultado final de la liga mientras veíamos el informativo de madrugada de Telecinco que daban por la tele.
Manifestaciones de palo de:
-Putos catalanes.
-Puto Barça.
Nada muy ingenioso.
Pocos se atrevieron a celebrar abiertamente su triunfo de anoche, sobre todo a horas cada vez más altas; todo muy extraño.
Un tipo unos años mayor que yo, y visiblemente cocido, al conocer que no era del Madrid, me invitó animadamente a unos chupitos. Otros nos miraban de reojo al saber el motivo de nuestra corta celebración.
Dos chicas de menos de veinte años pasaron andando apresuradamente, moviéndose de forma ostentosa y luciéndose ante todos mientras lanzaban miradas de perdonavidas de saldo muy cerca de nosotros. Una de ellas mordía una pajita que salía a flote de un mini de color rosa.
Estaban francamente buenas.
No dudaron en increpar a otro chaval que había tenido la feliz idea de salir con una banderita del Barcelona a la calle.
No recuerdo qué le llamaron, pero no fue muy agradable, ni un piropo.
Ayer no fuí muy consciente, pero en cierto modo era palpable un ambiente bastante enrarecido por todos. Y el motivo era un puto partido de fútbol que se había acabado hacía unas horas.
Raro.
Y no me malinterpretéis; a mí el fútbol me gusta mucho y me lo paso en grande considerándome "partícipe" de los resultados de cierto equipo (con muy poco acierto en los últimos años, para qué negarlo). Pero que media capital se quedase tan impactada por lo que tan sólo es un partido, dice muy poco de muchas cosas importantes.
A lo mejor es que ayer tan sólo coincidí con los gilipollas, no sé.
Dos horas después aguantaba la charla alcoholizada de una chica con la que prácticamente no había hablado en mi vida, pese a haber coincidido con ella en el mismo garito durante los últimos meses.
Blusa oscura sobre camiseta blanca, los hombros al aire, el pelo oscuro, largo y bien arreglado, pantalones ajustados, un piercing azul en el lado izquierdo de la nariz; no me podía quejar, coño.
La conversación no era gran cosa; muy típica, pero recuerdo que en un momento cayó el tema del partido.
Asunto que a ella le importaba casi tanto como a mí.
Bien, joder.
Cerca de mí, el mismo amigo cabreado y borracho de hacía unas horas, se encontraba ahora aplastado en todos los aspectos sobre una silla, sin hablar con nadie, sin prestar atención a nada, tan sólo mirando a su móvil haciéndonos ver que hacía algo importante con él.
Es una buena persona, y me cae bien; nos conocemos desde hace cinco años y hemos pasado algunos malos tragos juntos, pero en ese momento me hubiese gustado aplastarle la cara con un bate de baseball con todas mis fuerzas por todo lo que se estaba perdiendo.
Hay ciertas cosas que no entiendo.
Y como ya he dicho (o no, no sé), quitadle todo el aire "mesiánico" o prepotente a éste post. Disfruto con el fútbol, y me considero un buen aficionado de mi equipo, pero hay cosas que no...
El tono general era bastante animado. Las horas de ocio las sabemos aprovechar por lo menos.
Llegamos al cruce que lleva hacia "El Límite", y en ese momento (y os aseguro que no exagero lo más mínimo) ocho coches seguidos pasaron pitando y dejando las bufandas del barcelona ondear en el aire entre una explosión de gritos histéricos provenientes de su interior. Sería alguna peña que se iba de fiesta o algo parecido.
Yo no pude reprimir una sonrisa, porque sabía todo lo que significaba, y comulgo un poco con la alegría de que el Madrid se haya quedado en blanco una vez más.
Años y años conviviendo con miles de seguidores te hacen ver las cosas con un poco menos de paciencia.
A todos mis amigos, e incluso alguna amiga, se les avinagró la cara de tal modo que decidí no hacer ningún comentario al respecto.
Jorge, el más gráfico de todos, dijo:
-Putos catalanes, mira cómo lo celebran.
-Normal- dije yo.- Tú también lo harías, cabrón. No vais a ganar siempre.
Me miró buscando argumentos pero decidió encogerse de hombros y seguir con cara de encabronamiento.
Cuatro horas después estábamos en camiseta, en un baño, yo intentando lavar una mancha de ron que me había caído encima, y él con la cabeza metida en uno de los váteres.
No estaba siendo una gran noche para él, aunque yo no me podía quejar si he de ser sincero.
-Seguro que lo del Barça en estos momentos te importa una mierda. Jaja- le comenté.
Siguió vomitando sin hacerme ni puto caso.
Durante toda la noche no fueron pocas la manifestaciones en voz alta entre la concurrencia, cagándose en el resultado final de la liga mientras veíamos el informativo de madrugada de Telecinco que daban por la tele.
Manifestaciones de palo de:
-Putos catalanes.
-Puto Barça.
Nada muy ingenioso.
Pocos se atrevieron a celebrar abiertamente su triunfo de anoche, sobre todo a horas cada vez más altas; todo muy extraño.
Un tipo unos años mayor que yo, y visiblemente cocido, al conocer que no era del Madrid, me invitó animadamente a unos chupitos. Otros nos miraban de reojo al saber el motivo de nuestra corta celebración.
Dos chicas de menos de veinte años pasaron andando apresuradamente, moviéndose de forma ostentosa y luciéndose ante todos mientras lanzaban miradas de perdonavidas de saldo muy cerca de nosotros. Una de ellas mordía una pajita que salía a flote de un mini de color rosa.
Estaban francamente buenas.
No dudaron en increpar a otro chaval que había tenido la feliz idea de salir con una banderita del Barcelona a la calle.
No recuerdo qué le llamaron, pero no fue muy agradable, ni un piropo.
Ayer no fuí muy consciente, pero en cierto modo era palpable un ambiente bastante enrarecido por todos. Y el motivo era un puto partido de fútbol que se había acabado hacía unas horas.
Raro.
Y no me malinterpretéis; a mí el fútbol me gusta mucho y me lo paso en grande considerándome "partícipe" de los resultados de cierto equipo (con muy poco acierto en los últimos años, para qué negarlo). Pero que media capital se quedase tan impactada por lo que tan sólo es un partido, dice muy poco de muchas cosas importantes.
A lo mejor es que ayer tan sólo coincidí con los gilipollas, no sé.
Dos horas después aguantaba la charla alcoholizada de una chica con la que prácticamente no había hablado en mi vida, pese a haber coincidido con ella en el mismo garito durante los últimos meses.
Blusa oscura sobre camiseta blanca, los hombros al aire, el pelo oscuro, largo y bien arreglado, pantalones ajustados, un piercing azul en el lado izquierdo de la nariz; no me podía quejar, coño.
La conversación no era gran cosa; muy típica, pero recuerdo que en un momento cayó el tema del partido.
Asunto que a ella le importaba casi tanto como a mí.
Bien, joder.
Cerca de mí, el mismo amigo cabreado y borracho de hacía unas horas, se encontraba ahora aplastado en todos los aspectos sobre una silla, sin hablar con nadie, sin prestar atención a nada, tan sólo mirando a su móvil haciéndonos ver que hacía algo importante con él.
Es una buena persona, y me cae bien; nos conocemos desde hace cinco años y hemos pasado algunos malos tragos juntos, pero en ese momento me hubiese gustado aplastarle la cara con un bate de baseball con todas mis fuerzas por todo lo que se estaba perdiendo.
Hay ciertas cosas que no entiendo.
Y como ya he dicho (o no, no sé), quitadle todo el aire "mesiánico" o prepotente a éste post. Disfruto con el fútbol, y me considero un buen aficionado de mi equipo, pero hay cosas que no...
Dunkis dijo:
Criadillas es un hombre triste de derechas, quién lo iba a decir.
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