Dolordebarriga escribió: ↑14 May 2024 12:09
creo que de una Eublemma ostrina aunque ésta no ha sido todavía corroborada por la comunidad. Ya he conseguido el v/b de un experto en polillas. yuupi!!
Mi foto no es buena, pero los tonos violáceos de las alas son preciosos. También aquí se trataría de mi primer ejemplar, para una polilla que tiene 760 visualizaciones contabilizadas en inaturalist. la distribución de esta polilla es más amplia, España y resto del Mediterráneo llegando hasta Asia central. Aún así no parece fácil de ver.
Llevo unos días admirando a esta pequeña...

Leo que le encantan las plantas con pinchos y mucho néctar, como esta planta de sortilegio: la carlina acaulis, angélica o sin tallo, en desuso científico ya pero utilizada para variados tratamientos sobretodo de dermatitis severas. Cuenta la leyenda que los mismísimos ángeles le enseñaron a Carlomagno cómo debía emplearla y que así libró a sus huestes de la peste. Más tarde la leyenda cambió a Carlos I de España, que por lo visto es realmente la interpretación que sirvió de base para nombrar con honor al género.
Destaco también para esta ocasión este otro ornamental de su flor seca con mitología vasco/azteca/georgiana incluida:
En Aragón se emplea como elemento protector contra las Bruixas y Bruixons (Brujas y Brujos) y contra el Foscor (la oscuridad, la maldad y los malos espíritus). Se colocan en puertas, ventanas y chimeneas para evitar la entrada de las brujas, que debido a su gran curiosidad cuentan los flósculos que componen la inflorescencia haciéndoseles de día, momento en el cual deben volver a sus refugios sin haber cometido ninguna maldad.
En otras regiones (País Vasco y Navarra), es una de las tres soluciones (en concreto la tercera) del mito de la creación del mundo de la mitología vasca, que Amalur proporcionó para proteger a los mortales de los genios nocturnos. Se colocaban en las puertas de los caseríos o encima de ellas para proteger la casa: si algún espíritu maligno pretendía entrar en la casa y encontraba una Eguzki lore (significa "flor del sol"), igual que ocurría con las brujas en Aragón, tenía que pararse para contar los numerosísimos pelos o brácteas de la inflorescencia y el día le sorprendía sin haber terminado su tarea.
En las masías de los Pirineos catalanes también es tradición colgar una carlina.
