JAPUTA

[Merodeador]

Mis gustos que no opinión sobre las normas y melosidades.


En esto del vino tinto y el pescado me las salto, ni blancos ni grasos ni pollas, si veo un caldo que me llama la atención y es tinto lo pido y si en la carta un plato de pescado me hace un guiño, para adelante. De verdad que no he notado ningún inconveniente para no hacerlo y si, ante mi perplejidad, la aprobación de muchos maîtres. También me pasa que el blanco solo lo tomo con pescados, mariscos y arroces realizados con caldo de pescado y alguna vez con aperitivos nunca me apetecen con carnes y guisos.
Para el marisco siempre blancos sin excepción.

Del rosado tengo cierta nostalgia, pues mi contacto con el vino empezó con ellos, los vinos de aguja, mi querido Peñascal y el sin par Mateus Rose. Que fácil era que se aprovecharan de mí después de unas botellas.

En la cena familiar de navidades me toca llevar el vino, dos botellas de rosado y dos de tinto, ninguna de blanco. Este año ya los tengo comprados y son el rosado, este fijo sin posible variación, Castillo de Olite, y el tinto me decanté por un Enate reserva.

El gusto va cambiando según le adiestres al paladar, el año pasado sobró, en la cena, una de rosado y este he comprado tres de tinto, por si acaso.

Dos detalles; limpiarse los morros antes de beber en la copa y la servilleta que se pone en la cubitera de enfriar el vino no es para hacerle un turbante o tocado a la botella en el momento de servir , si no, para secarle el culo y no gotee, lechones.

Cuis cuis cuis.




Con Dios.