Pues mira, yo para estas cosas siempre estoy rezumando más odio que líquido preseminal en pleno follartour y, por dios, deberíais levantarle un templo a Churrumete por proponer tan precioso post.
Porque esto sí que supone un alivio y reconforte y no un escaneo de unas tetas estriadas, neutrinos míos.
En fin, ahí voy:
Green Day.
Los odio, con fuerza, con inquina, de verdad que celebraría muchísimo la noticia de que una pandilla de punkies les han partido las piernas, las muñecas y la nuez además de haberles obligado a ingerir un garrafón de tabasco y orines.
Qué trío de hijos de puta, qué trío de mierdas, pero qué dignos de beatificación son al lado de sus fans.
Porque si hay algo peor que los autores de American Idiot son sus fans. Quilo y medio de cicuta para todos y cada uno de ellos, que tanta asquerosidad, ignorancia impúber, subnormalidad y gusto por la pose merecen eso y más.
Bah, hijos de perra.
A los raperos y reggaetoneros.
Vale, lo de Green Day es mucho odio, pero lo de esta pandilla de orangutanes es pura justicia divina.
Esta gente, que son gentuza, junto con OT y los putos grupos prefabricados son el mayor cáncer sonoro que ha habido, hay y habrá.
Letras mierdosas en la mayoría de los casos, nula calidad musical y una actitud y pose que destilan machismo, subnormalidad, epilepsia y chulería a partes iguales son merecedoras de una jaula, atado de manos e inmersión en la Fosa de las Marianas.
Al Pacífico con ellos.
Beyoncé.
Vale, Madonna es una puta, una soberbia, una zorra y una calientabraguetas.
Pero ella lo es más.
Además de jodidamente mala, capaz de seguir actuando tan tranquila cuando una compañera se ha hostiado en pleno escenario, humillar a un país entero en una ceremonia de los Oscars, ser hija de un importante magnate musical e intentar negar que ello haya influido en su carrera, haber sido imágen del puto anuncio de Tommy y, en definitiva, por existir.
Así la violen una pandilla de vagabundos malolientes, con sarna, sida y ladillas como mejillones.
Ah, y J.Lo también lo merece, aunque ella ya lo tiene. A ver si la pinta de sidoso del Marc Anthony va a ser fortuita.
Carmen de Mairena.
Podría decir que es facha, mongólica, representante de la américa profunda, del pop más asqueroso, quinceañero y comercial, pero doy por hecho que cualquier persona con un mínimo de sentido común deseará ver a esta mongola terminando sus días como pornochacha a 3 euros la hora.
Maguaia Carey.
Jairo, una imágen vale más que mil palabras. Y si es acompañada de un subtítulo, más que milveinte:
Maguaia posando con un atónito mendigo que se encontraba junto al restaurante en el que (ella) acababa de cenar.
Y si es full media,
NO TIENE PRECIO.
Las Niñas.*
"Soy latina cuando muevo el chochete"
"Comerme er coño"
"Y que corra la sangre de los coñetes que tengan el mes a sus pies"
"Somos algo único en el panorama actual"
"
Porompopom, porompompero"
Alejandro Putanz.
Es odioso, tanto o más que Mamoncín, Miguel Ríos, Victor Belén y Ana Manuel y Teddy Bautista juntos.
Cuando canta, cuando suelta demagogia barata y soplapolleces por la boca en cualquier entrevista, con sus pintas (y ya no hablemos de su época Alejandro Magno), su música, su nueva pasión por el reggaetón, sus amistades, sus todo. Hijo de la gran puta, así se le hubiera ido la luz desde un principio y un peso que nos quitaba a todos de encima.
La Oreja de Van Gogh.
Al principio no me caían mal, pero disco tras disco, el odio ha ido aumentando exponencialmente, pese a que la mofa de ver a su cantante saltando alegremente sobre un viejo y poco resistente escenario, o enfundada en unas chaquetas que parecían corses a punto de estallar, debería haber suavizado la inquina que siento hacia ellos.
Ñoños, pijos, para pijos, para pijas, para subnormales, subnormales, puta mierda.
Y es que los hacía ahogar uno por uno en un cubo de leche condensada y con un electrodo en los huevos, a ver si asín cantan, hombre ya.
Extremoduro.
El grupo en sí no me ha hecho nada, es más, ni siquiera tendría nada en contra de ellos de no ser por sus putos fans que, en muchas ocasiones, comparten con los de los innombrables.
Mongolos de kalimotxo en mano, con soplapolleces oídas y cantadas a modo de ideario y mayor problema de acné en la parte interior que en la exterior del cráneo.
Bisbal
Me puede muchísimo y me parece un repelente de la peor especie que, además, tarde o temprano terminará siendo un ícono del típical spanish en el extranjero con lo que, tras Julio Iglesias (e hijos), los del Río, las Ketchup y Aznar, el bombardeo internacional sobre la piel de toro estará un poco bastante más cerca.
Y la verdad es que, pese a ser él una personificación del maligno, no se me ocurre algún castigo en concreto. Que sufra mucho sí, pero el cómo aún está por hacer acto de presencia.
La Raquel Winchester esa.
Menudas putas, música y cantante, o cantosa.
Qué asco de tía, joder, tan grimosamente subnormal, arrabalera y choni que sólo podía gustarle a Arafat & cía.
Para que luego digan que son las moscas las únicas que van a la mierda.
Jacko.
Siempre me ha caído como una patada en los cojones, tanto él como su música (últimamente sus talifanes también, por eso de ampliar el pack), pero viendo como tiene de traumatizados a los críos, que está criando a dos Mansons en potencia y los rumores acerca de las lavativas que hace a menores, merecería haber protagonizado la versión real de Holocausto Caníbal.
Qué grandísimo hijo de puta.**
Y su simiesca hermana, otra que tal, que debería haber aprendido de Latoya y dedicarse a hacerse dedos ante la cámara.
Justin Timberlake.
Esa voz. Argf.
Esas pintas. Argf Argf.
Ese sombrerito a lo Astrud pero más mejor. Argf Argf Argf.
Ese mojabraguismo masivo que provoca su mera presencia. ARGF.
Pena de ácido derrochado en Bangladesh.
Terminando ya, también metería a Junior y a Avril Lavigne, pero ya los han mencionado. La foca retardada de la Osbourne también lo merecería pero, siendo sincero, os diré que el verla tan rematadamente mongólica y patética me produce cierta compasión hacia ella.
Es, joder, entrañable y todo, recordándonos sólo con verla a todos esos graciosos subnormales que han pasado por nuestras vidas escolares.
Bueno, hasta aquí por hoy. En otro momento de relax eyaculo unos cuantos mas, que mis huevos aún suenan como si estuvieran llenos de amor.
* Sus fans también son lo más de lo plus, pero es que al lado de los de Green Day, cualquier cosa es nada, tú.
** Eso sí, bien por él por haber dejado como la bandera de Japón al Macaulaulai Caulquin ese, que me hizo descubrir (a una demasiada tierna edad) lo que era odiar.